No somos hermanos Libro 1 (Prologo)

 

Desde las sombras

Las manos apretaban el pequeño cuello y mientras la mujer murmuraba incoherencias.  En instantes gritaba frente a su rostro el nombre del hombre que juraba amar, pero al que odiaba por haberla embarazado y abandonado. La sombra miraba con desprecio la escena y veía cómo el niño no hacía el esfuerzo de quitar la manos de su cuello, solo la miraba sin amor, sin dolor… solo esperando a que todo terminara. No era la primera vez… pero él se aseguraría de que fuera la última vez.  La oscuridad envolvió a los dos cuerpos en una pesadilla compartida. El niño de tres años sobreviviría pero reconociendo que no estaba solo y que el infierno estaba en su pecho.

¿Dulce venganza? 

JOHANIEL

Verlo de rodillas ante él no le producía el placer qué había esperado. Eran tantos años esperando por ese instante, que el deseo lo había enloquecido. Cuántas veces deseo pintar la ciudad de rojo con la sangre de todos aquellos que le rodeaban en un intento de acallar los gritos de rabia que despertaban gracias a ese hombre que ahora se veía derrotado ante él. 

Cómo diablos habían llegado a ese lugar, cómo era qué ambos se habían permitido el convertirse en extraños. La pesadilla actual comenzó por culpa de un tercero… pero ahora le tocaba a él terminarla. El fuego que tenía voz propia en su interior no sería fácil de controlar, temía matarlo mientras la rabia, la desilusión… y la lujuria lo engullía. No tenía idea si alguno de los dos sobreviviría o todo se iría al infierno. Cómo era que decía el viejo dicho… “Al mirar el abismo, lo encontrarás mirando en tu alma.” Ahora entendía que eso era lo qué sucedía mientras se perdía en esa mirada que se rendía ante él. 

 ZENIEN

¿Se sentía humillado? Sí… sabía que había perdido algo valioso, que había cometido errores irreparables. No tenía duda que su relación no volvería a ser el pilar de su vida. Quería llorar porque tal vez nunca podría ver la sonrisa que le dio paz en los años más difíciles de su vida. El saber que sus actos eran la causa para el desprecio en esa mirada, lo dejaban perdido frente a un camino que lo alejaba de lo que un día fue su refugio, su hogar. 

No entendía dónde inició la pesadilla, solo sabía que el huir solo había complicado una relación familiar, por un deseo carnal que aun lo devoraba, había huido lejos de su hogar. Ahora frente a ese ser que hacía latir su corazón no podía decir nada que justificara sus actos. A su alrededor la evidencia de cada cuerpo compartido, de cada situación en la que entró en un intento de olvidar esa pasión prohibida. Cada foto era un recordatorio de cómo había fastidiado su relación con el hombre que ahora lo miraba con desprecio en la mirada y que tenía la capacidad de destruir su vida utilizando su cobardía. 

Primera parte

 Cena familiar… ¡Creo!

Johaniel observaba a su padre, que siempre se mostraba tranquilo, mirar la puerta como si fuera a desaparecer en cualquier momento. Él seguía jugando con el teléfono buscando las nuevas aplicaciones, había estado jugando con la cuenta de inversiones que su abuelo le había regalado minutos antes. Sonrió al ver cómo el dinero había sido triplicado y aún cuando el dinero inicial no había sido suyo, las ganancias sí lo eran. Escuchó como su padre suspiraba, no por primera vez, no entendía los nervios del hombre, no era su primer matrimonio.

-¡Llegaron!- La palabra provocó un sobresalto en los comensales. Su tía miraba de soslayo a la mujer que se había ganado el corazón de ese adicto al trabajo que no creía en el amor desde hacía una década. Su padre sonreía como un idiota, lo que provocó que se detuviera a mirar con mayor detalle a la mujer que se movía con calma hacia ellos.  Su padre no tenía el mejor récord en escoger pareja. Cuando vio la mirada asesina del joven que seguía a una regordeta sonriente tuvo que hacer un segundo recorrido con la mirada. El joven que miraba a su padre como si este fuera una rata de alcantarilla era de cuidar. En primer punto era enorme, segundo los mahones rotos y la chaqueta manchada decía que le valía madre la opinión de las demás personas. 

A Johaniel que la vida le parecía aburrida y sin retos, no pudo evitar sonreír ante ese rostro que avisaba problemas. 

-Zenien, por favor, compórtate. - La madre susurró con una mirada de disculpa a quienes le recibían en la mesa.

-MMMmm ok…-Fue la única respuesta del joven que seguía de mal humor.

-Hola Alberto.

-Gracias por venir Laura.-  Ambos algo sonrojados, susurraban. Johaniel pensó que habían problemas cuando su padre de cuarenta y dos años se comportaba como un cachorro enamorado. Pero al mirar a la mujer vio que ésta lo miraba con adoración y un sonrojo más profundo que llegaba hasta las orejas.

-¡Oh por favor! - El joven murmuró entre molesto y sonrojado. Johaniel se preguntó qué estaba sucediendo en la mente de ese chico para que se sintiera tan incómodo.

-¡Zenien! Please… compórtate. 

-Mamá, qué quieres que haga…. esto es… Es… Ufff…- Un murmullo más profundo sentándose de forma inmediata al lado derecho de Johaniel. Comenzó a mirar los platos llenos de comida como si la vida dependiera de ello, evitando mirar a los adultos.

-Zeniel, sé que no es la norma, pero quiero que sepas qué nunca podré reemplazar a tu padre, quiero ser un amigo en el que puedes confiar. Serás tratado como mi hijo, pero no intentaré robar ese lugar. - Su padre miraba a Zenien con espectativas que sólo provocan que el joven lo mirara con desconfianza. Johaniel quería reír a carcajadas.

-Mientras respetes a my Mom, no hay lío, pero si la golpeas sólo una vez; vas a desear morir. - Una oración dejó a su padre con la boca abierta, a la mujer con rostro pálido y a su tía riéndose con malicia.

- ¡Zenien López M’cson!

-Sé que no ha sido fácil, pero te prometo que trataré a tu madre con respeto. Como la reina que es en mi vida.- Alberto sonrió acariciando la mejilla de la mujer que volvía a sonrojarse después de la caricia.

-Mmm. - El murmullo de Zenien fue anticlimático para Johaniel qué había esperado una batalla por parte de ese joven. Pero verlo servirse comida, como si se la fueran a quitar en cualquier momento, sin ceremonia alguna ante los que le observaban, fue un golpe al hueso de risa de Johaniel que ni siquiera sabía lo que era reírse a carcajadas de verdad deseaba hacerlo por primera vez. 

-Johaniel, sé que no podré ser una madre para ti, te prometo hacer lo mejor que pueda para ser parte de tu familia. - Johaniel sonrió para luego asentir  sin decir nada más.

- Después que no lo dejes morir, ya estás haciendo mejor trabajo qué su madre. - Eso lo dijo su tía con la risa sarcástica que provocó que Johaniel mordiera con fuerza y el labio superior temblaba, sabía que esa imagen de querer asesinar a alguien no debía ser mostrada a nadie. Por ello agachó la cabeza mientras escuchaba como su padre regañaba a la inoportuna que vivía en su casa de arrimada disque cuidando del joven. 

- Yo lo siento, no debí haber dicho nada.- Su tía le tocó la mano y sonreía con dulzura. Una mirada de reojo fue suficiente para que ella soltara su mano como si se hubiera quemado. Ambos sabían la verdad, que su padre dentro de su amor era incapaz de entender, Johaniel no dudaría en cortar esa mano y ella era una…

-Johaniel no hay lío… Siempre hay un desgraciado hijo de puta que no se merece llamarse familia o nuestro amor. 

-¡Zenien! No es forma de hablar.- Por primera vez Johaniel sintió como la rabia que tenía dentro de él se quedaba helada, mirando a ese ser que sin saber el pasado vivido entendía muy bien lo que era tener personas que compartían genética, pero que no merecían el título de familia. Con una sonrisa asintió a ese chico rudo qué ladeo la cabeza como si lo estuviera viendo por primera vez. 

- Gracias por tus palabras… Por otra parte, señora Laura M’cson no debe preocuparse, su hijo tiene razón. - Johaniel sonrío a la pareja que parecía estar sorprendidos por la dulzura en el rostro del joven. 

-Me puedes llamar tía Laura o sólo Laura.- Ella sonrió con dulzura  mirando como ese chico con rostro angelical le miraba con aceptación. Al sentirse aceptada miró al que sería su esposo con lágrimas en los ojos, a lo qué él respondió con una caricia en el rostro femenino y un beso en la frente

-Pequeño Monstruo. - murmuró su tía para que nadie la escuchara. Pero desvió la mirada al ver que la sonrisa de Johaniel era de todo menos inocente.

-Sí, lo sé querida tía. - La voz melosa y dulce provocó que sus tía se estremeciera, lo que a su vez lo hizo reír con crueldad lejos de la risa que había deseado anteriormente.

-Tienes una sonrisa linda Johaniel. - El mencionado se sorprendió al escuchar el cumplido, pero más aún cuando era de Zenien que sonreía como un niño inocente. ¿Qué diablos sucedía por la cabeza de ese matón? Más aún por qué no no era capaz de sentir la malicia en su cuerpo… algo en ese joven lo confundía. 


Nota de la autora:

Esperando que disfruten de esta nueva novela en la que me rete a escribir temas de fantasía con temas que me apasionan. Este nuevo mundo se encuentra en el universo de Santuario de amor, seríe que ha sido maltratada por esa servidora. Estos nuevos personajes fueron un intento por volver a escribir y el calor que me brindaron me hizo torturarlo con gran placer.

Aviso que esta termianda pero no editada... y tendra algunas partes eliminadas para hacerla amigable para todos. Los que deseen un poco más de esta historia deberan esperar a la publicación del libro. Besos y les deseo disfruten de esta nueva aventura.


Las primeras 3 novelas de Santuario de amor se encuentran gratuitas en este blog

Libro 1: Cristopher


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