SA#3 Jackie



 

Capítulo 1

          La noche era una de lluvia, pero no de tormenta, por lo cual no se explicaba el viento que golpeaba las puertas y ventanas de la vieja casona con tanta ferocidad. La casa al ser hecha en roble resistía los peores temporales, aunque ese viento parecía querer destruir las paredes. Con paso inseguro abrió la puerta principal lo que provocó que el viento lo rodeará y lo empujara fuera de la casa. Ayúdame… la voz era una infantil, pero el poder que la movía era tan antiguo como el mundo. No le quedó otra opción que dejarse arrastrar por el viento a través de todo el bosque. Cerca del pueblo el viento dejo de empujar y se movió envolviendo con cuidado una pequeña figura humana que se acurrucaba bajo un árbol caído. 

          – No puede ser… ¿Jack? – el niño levantó la vista y lo miró con asombro.

          – Ángel…– después de esa palabra el pequeño cerró los ojos que aún tenían lagrimas contenidas. Uno de ellos estaba hinchado y comenzaba a cambiar de color según se podía observar en la tenue luz.

          – No un ángel Jack… solo Carlín… y no hay forma de cambiar lo que ha venido a suceder, aun cuando tu despertar se ha adelantado por poco menos de veinte ciclos. ¿Por Lügsh, qué vamos a hacer si despiertas? – Con paso lento se acercó al cuerpo del niño, al tratar de moverlo lo escuchó quejarse de dolor y supo que los golpes no solo estaban en el rostro. La pequeña mano hinchada podría ser un problema, pero el latido era uno estable. Carlín colocó la mano en el árbol y este le contó tantas historias, la vida larga que había tenido y el cómo en esos últimos meses de existencia después de haber caído, ese pequeño había buscado refugio en su lecho. Una mujer pequeña y menuda, lo había acompañado la primera vez. Le había hablado de la vida del bosque, de lo hermoso que era todo de día y de noche, más aún que allí siempre estaría a salvo. Que cada árbol, flor, animal del bosque estaban para ser su amigo. En ese lugar podría estar seguro de que nadie le podría dañar. Era por ello que cuando ella le pidiera que saliera de la casa, él tendría que esperar allí. Después de eso fueron un grupo de imágenes, una después de la otra donde todas finalizaban con la mujer a veces mucho más golpeada que la vez anterior, iba a buscar al niño a ese lugar. Lo cual significaba que no lo podía mover de allí. – Gracias por protegerlo mi buen amigo. De verdad que has hecho el mejor obsequio a este viejo ser.

          Con imágenes de sus primeros días en ese lugar, el cómo se había alegrado el árbol de tenerlo allí entre ellos, Carlín regreso a la casa, allí buscó las plantas que necesitaba para sanar el pequeño cuerpo y para ayudarlo a descansar. Mientras Jack no tocara la puerta de la muerte no despertaría, pero por los golpeas podría pensarse que estaba muy cerca de ello. Al regresar al lado del niño la imagen del niño junto a su madre, detuvo su corazón. Ella lloraba sin tocarlo, lo hacía en silencio, sin dejar que el dolor que podía notarse en su mirada llegara realmente a expresarse en gemidos o ruido alguno, que pudiera despertar el descanso de su bebe.

          – ¿Hola? ¿Cree que puedo ayudarles? ­– Carlín levantó las manos esperando a que ella lo mirara bien, notará en el gesto, el deseo de no lastimar a ninguno de los dos. Ella levantó la quijada con orgullo y lo miró con sospecha. Ambas cosas las podía comprender bien, era una mujer que había sobrevivido a cosas que ni siquiera podía comenzar a imaginar. La vio asentir, lo que le permitió moverse con paso lento cerca del niño. Sabía que ella no le dejaría tocarla, así que era mejor comenzar con Jack. Con movimientos gentiles, él coloco las compresas de plantas en la pequeña mano y la cubrió con vendas de algodón. La cera con yerbas tendrían que ser suficiente para ayudar a sanar el ojo. Con cuidado coloco ambas medicinas en el tronco cerca de la mujer que aún lo miraba con recelo. Pero aun así tomo la medicina y comenzó a colocarla en los lugares que podía alcanzar. Una tenue brisa movió los risos de la mujer, la naturaleza no la entendía, pero la aceptaba como parte de Jack.       

          –El tiempo pasa y no es bueno que se queden aquí. La lluvia solo se ha detenido por un tiempo. Mi hogar está a su disposición y no muy lejos del final de la arboleda. – El silencio fue la única respuesta, la mujer se veía más que cansada… derrotada.

          –Yo no puedo ir lejos. Pero…– Con mano temblorosa tocó el cabello del niño que abrió los ojos de un salto y comenzó a mirar a la mujer como si quisiera ver que escondía.

          – ¿Munchkin? Necesito que vayas con tío a dormir. Yo iré mañana a buscarte…

          –Oká mam…– todo era extraño para Carlín, éste no concebía quién era el tío, pero el niño no se negó, así que debía conocerlo y sentirse seguro con él.

          – ¿Tío; podrías cuidarlo hasta mañana a las ocho? A esa hora lo puedo venir a buscar.

          –No hay problema…–Carlín no podía dejar de sonreír con tristeza. La necesidad de la madre era la inventiva que lo había colocado en ese lugar. Ahora la mujer buscaba refugio no para ella, sino para el niño. – ¿Cuál es el nombre del pequeño?

          –Oh… Lo siento, su nombre es Jackniell. – Él asintió en silencio y el niño le dio la mano en confianza. Con mucho cuidado el hombre lo tomo en brazos y comenzó a moverse. No había pasado más que unos segundos cuando se escuchó en el bosque el grito de un hombre.

          –¡LOREIN! Encontraste al maldito MOCOSO…

          –No Juan… esta vez se escondió en otro lado. – una maldición y el sonido de un par de golpes fueron la respuesta. La mirada enojada de Jackniell era suficiente como para saber que esa no era la primera vez que esa situación se daba. Aún más la fuerza con la que el viento levanto hojas y movió las ramas le dejo en claro a Carlín lo cerca de la muerte que había estado ese niño en más de una ocasión. Una sonrisa casi traviesa en los labios infantiles y un grito de dolor, también le dejo claro que el chico sabía muy bien lo que significaba ese viento. Más aún, que no tenía duda alguna de utilizarlo contra aquel que había dañado a quien amaba.

          Entre tantas vidas, esa había sido la primera vez en que uno de ellos había despertado antes de tiempo y si la cosa seguía de esa manera la respuesta final sería para el sufrir de muchos, locura.

*                  *                  *

          – ¿Hola? – Carlín susurró la palabra al niño que lo miraba desde su ojo no hinchado como si lo estuviera midiendo.

          –Tío… ¿Quién eres? ¿Por qué…? – la primera pregunta era lógica, la segunda Carlín podía sospecharla. Pero la verdad no sabía que responder, así que opto por la verdad.

          – Jackniell, la verdad es que no esperaba encontrarte tan pronto, pero tu viento helado es fuerte. 

          –Sí… sí lo es. – con esa afirmación el chico comenzó a desayunar como si hubiera recibido todas las respuestas que necesitaba. Lo que Carlín había preparado era algo sencillo y no contaba con carnes, algo que no podía realmente comer. Solo algo de frutas y cereales, más quesos. No por primera vez desde que el viento llamo a su puerta, se volvió a preguntar que había vivido esa llama vieja en esa corta nueva vida. Era cierto que la existencia de los guardianes nunca era sencilla y debían amar a todo lo que les rodeaba. Pero ese pequeño parecía estar recibiendo lo peor que podía ofrecer el ser humano.

          – ¿Quieres que llevemos desayuno a tu mamá?

          – ¿Podemos?

– Claro que sí… ¿Qué te gustaría llevarle?

– ¡De todo! – gritó con una sonrisa en los labios. Carlín asintió y comenzó a llenar una canasta con frutas, cereales, más otras cosas no comestibles que podrían marcar la diferencia en un mal día. Como el ungüento para las heridas y el zumo de Zarciora, que ayudaba a estabilizar el cuerpo. Termino su paquete de viaje con un libro y una manta, solo por si las moscas.

Cuando su mirada buscó al pequeño este lo miraba con intensidad, mientras asentía. Carlín no tenía duda de la identidad de quien le susurraba al oído… solo podía ser el viento. La habitación estaba fresca y su cabello se movía levemente. ¿El problema? En que la gran casa no había ventas o puertas abiertas. La cercanía del viento al joven le preocupaba por el posible resultado que llegaría como a todos ellos en la adolescencia. 

–Listo para ir a buscar a tu mama. ¿Sí? – el niño volvió a asentir mientras de un saltito se levantaba de la silla. Sus pies en el suelo no hicieron ningún ruido y en ningún momento perdió el balance. Carlín lo observó con una sonrisa en los labios intentando recordar en su propia experiencia y en las vidas pasadas compartidas, nunca había estado presente esa suavidad y delicadeza de movimiento hasta tener control total de su bendición. De seguro este guardián Júl, protector de la tierra durante el invierno no sería igual a sus otras vidas u otros guardianes. La fuerza de su mirada dejaba claro que era un guardián con una misión, pobre del que se pusiera en su camino. Solo esperaba poder estar a su lado cuando este lo necesitara.

*                            *                            *

Ambos se acercaron al árbol caído con pasos lentos y silenciosos. La madre del chico estaba recostada contra la madera, su vestido lila le quedaba algo grande, pero mostraba una figura de bailarina. Jackniell frunció sus labios y puso su dedo frente a estos, pidiendo silencio. Carlín asintió sin poder hacer más que observar como el chico se acercaba a su madre y acariciaba el rostro cargado de maquillaje. El viento no tardó en llegar de manera juguetona, movió las ramas, la piel erizada de la mujer demostraba que era muy frío para la poca cobertura que ella tenía. Con cuidado de no entorpecer el trabajo de Jackniell, Carlín sacó de la canasta la manta, pensó que sería buena para un picnic, pero la joven la necesitaba más. Cuando se acercó el niño lo miro con dudas. Una cosa era estar cerca de él y cuidarlo, otra muy diferente estar cerca de la mujer que amaba y cuidaba con celo. No había duda de que el chico esperaba algún tipo de ataque de su parte.

– ¿Puedo? – susurró Carlín, espero hasta ver al niño asentir. Antes de poder hacer cualquier movimiento el viento le arrebato de sus manos la frazada y con suaves movimientos esta fue colocada sobre el cuerpo de la mujer que solo gimió levemente.

Carlín asintió comprendiendo que no debería acercase más a la mujer. Jackniell la protegía lo mejor que podía, pero la vida en una casa de humanos no era nada fácil para los guardianes, en especial en los últimos años cando el metal era lo que más se utilizaba en la construcción. La diosa había sido sabia en su decisión de colocarlos dentro del ciclo de vida de los humanos, pero de seguro nunca imagino una familia incapaz de proteger a uno de los guardianes en la infancia. Con una sonrisa triste en los labios ante esa realidad, saco el libro de plantas que había guardado, era un regalo para el chico durante esa mañana. A lo que él terminaba de cuidar de su madre, él comenzaría con la búsqueda cerca de los arbustos de algunas de las plantas. Por su parte ya no lo necesitaba dentro del bosque, pero era importante confirmar que las imágenes de las hojas seguían siendo correctas. Las páginas iban desde alcanfor, incienso, vicks entre muchas otras plantas, incluso la bien conocida sábila con sus variantes. Algunas de ellas ayudarían aliviar el dolor en los músculos de la mujer en esos días en que los golpes fueran parte de su diario vivir.

– ¿Qué haces? – la voz de Jackniell lo sobre saltó ya que no estaba acostumbrado a una entidad más silenciosa que él en ese bosque.

–Estoy buscando algunas plantas para el dolor del cuerpo, creo que a tu madre le vendrían bien. – Carlín explicó con una sonrisa en los labios. Ambos se voltearon a ver a la mujer que dormía relajadamente. No por primera vez se sorprendió por lo relajada que ella parecía en ese lugar.

– ¿Puedo ayudar?

–Claro Jackniell, la verdad el libro es para ti. Mira esta hoja en el libro y búscala cerca del suelo. Cada descripción te dice donde puedes encontrarla de manera silvestre, las letras son difíciles de entender pero estoy seguro que si observas la imagen con cuidado podrás encontrar lo que buscas. Luego te explica cómo puedes utilizarla con aceite para ofrecer un buen masaje, en esa parte te puedo ayudar hasta que comprendas la lectura. – Carlín vio como el chico se tiraba al suelo con el libro en mano, buscando la planta con las hojas ilustradas en la página. Trabajaron en silencio colocando una pequeña bolsa de tela cada hoja que podían encontrar. Sus pasos se detuvieron cuando escucharon una voz melodiosa tarareando una canción de cuna. Con una sonrisa en los labios Jackniell se acercó a la mujer que lo esperaba con los brazos abiertos. Ella asintió al verle y apretó con fuerza el pequeño cuerpo. 

– Ya debe estar frío, pero hemos traído el desayudo. ¿Gusta un poco? – Lo dijo todo en voz muy baja para no interrumpir el momento entre madre e hijo, más no se movió cerca de la familia, aun cuando señaló la canasta en la que había situado todo.

– ¡Gracias! Me siento mucho mejor… no estuviste haciendo algo raro, verdad Moshking.

–Nada que ver mam… –  la sonrisa de ella dejaba claro que no le creía y que esa no era la primera vez. Lo más seguro tampoco sería la última.

–Gracias por el desayuno y por cuidar de Jackniell. Sé que fue una imposición, pero si el bosque le dejo encontrarlo eso solo significa que nunca le haría daño. ¿Verdad tesoro?

– Sí mam… el bosque siempre me cuida y me esconde de él… así… – Jackniell guardo silencio y espero a que el viento dejara de jugar con su pelo. – De seguro tío es amigo del viento.

–Estoy seguro que no soy el único amigo del viento, me puede llamar Carlín. – dijo este mirando a la mujer que parecía desear respuestas.

–Diste las gracias a Carlín. ¿Verdad?…– El chico asintió y sonrió mostrando la pequeña hoja que tenía en las manos.– ¿Qué estabas haciendo?

–Estaba buscando plantas medicinales. Carlín tiene un libro de lo más guai.– Ella asintió con inseguridad y miró buscando a ver el libro y lo que habían encontrado. Su hijo pareció no tener problemas con mostrar lo sus hallazgos y hablar como todo un profesor sobre las hojas que quitaban el dolor, aun cuando repetía lo que se le había explicado unos minutos antes. Poco tiempo después el chico desapareció bajo unos arbustos, confiando que nada malo sucedería.


 

Capítulo 2

          –Señor Carlín Brack, podría explicar su extraña relación con el joven Jackniell. – Carlín suspiró, no era la primera vez que el abogado había hecho esa pregunta con una sonrisa… ¿mezquina?

          –Señor juez y abogado McSmith, mi relación con Jackniell es una de consecuencia, conocí a su madre por años, incluso cuidé al pequeño en varias ocasiones mientras ella sanaba en algún hospital. Ella dejo una carta dirigida a mi persona en la que me pedía que velara por el pequeño. La carta fue entregada después de su muerte por la mujer que fue amiga y jefa de la mujer en los últimos años. Ante la solicitud no había forma que me diera la vuelta, la mujer había intentado por todos los medios que la corte le cediera la custodia del niño ante el caso de maltrato. La jueza de ese caso le negó la custodia, ya que no tenía trabajo para mantener al niño y la custodia era un caso separado al de maltrato al que la mujer sufrió por años a manos de su esposo. – Carlín sabía que estaba siendo algo grosero, pero no entendía bien a donde quería llegar el abogado con eso de explicar su relación con el joven.

          –Eso ha dicho señor Brack, pero acá mi cliente ha presentado dudas de su relación íntima con su difunta esposa, ya que ha visto como el joven se acerca a usted de manera… algo… ¿romántica? – Carlín no pudo evitar la risa, sabía que su relación era muy difícil de explicar y solo Verónica, Derek y Armato, entendían el proceso de compañía y rencarnación que sufrían los guardianes.

          – Señor Brack, el abogado McSmith tiene un punto valido. Es mejor que responda y no se burle, lo que el caballero dice tiene mucho peso para la seguridad emocional del joven.

          – Señor juez, le recuerdo que yo no estoy solicitando la custodia de Jackniell, él está pidiendo ser removido de un hogar en el que es maltratado y explotado. Ni siquiera sé porque he sido llamado, cuando la evidencia en el cuerpo del joven es clara y contundente. Por otra parte, se ha mencionado una emoción romántica en el joven. Pero en mi caso no es más que la relación de un padre adoptivo con su hijo, un hijo al que debe consolar por la pérdida de su madre, al que debe ayudar a sanar por que vive con un monstruo del que la ley conoce y no puede defenderle. Sé muy bien que el padre de Jackniell, el señor… Gustavo, piensa que hay una relación amorosa, al igual que siempre ha pensado que hubo una relación con su esposa, eso es lo que ha dicho por años para “tomar dinero prestado”. – La mirada de desprecio al hombre que sonreía como si supiera todo lo malo que podía suceder lo enfureció. Pero con la misma ironía con la que lo trataba, por falta de derecho a matarlo, le miró fijamente y comenzó a hablar de lo que nunca había dicho a nadie. – Lo que el “caballero” no sabe, es que el dinero nunca fue mío… fue el dinero que la madre de Jackniell dejo a mi cuidado y que ha sido invertido a través de compra de acciones durante los últimos seis años. La mujer sabía que iba a morir y que al hacerlo ese dinero desaparecería en cuestión de meses. – Con una sonrisa en los labios se volteó a mirar al juez que fruncía el ceño observando al padre biológico del joven que abría y cerraba la boca como un pescado fuera del agua.– Ya que se está intentando cambiar la razón de este juicio, solicito que mi abogado pueda participar de igual forma y presentar la evidencia de todo lo que hoy estoy informando a esta corte.– Al terminar, Carlín escuchó los murmullos, había dialogado con Jackniell antes de mencionar todo esto. Pero en la última sesión cuando él había sido el único en sentarse en la silla de los “testigos” había quedado claro que era lo que estaba buscando el abogado de K’Cnell y Gustavo Smith.   

          –La sesión se cierra por hoy, comenzamos mañana a primera hora. Abogados conmigo a mi oficina. – Con la solicitud del alguacil de ponerse de pie. El juez salió de la corte con los hombros tensos y con dagas en la mirada.

*                  *                  *

          –Todo va a estar bien chico… déjalo en manos de Rey. – Verónica apretó con cuidado el hombro de Jack, pero sabía que sus palabras habían sido en vano. El joven había sido removido del hogar ante la acusación de maltrato. Pero el padre había luchado por la custodia del joven. Nadie había previsto que el hombre intentaría insinuar una relación amorosa entre Carlín y el adolescente. Todos estaban esperando el ángulo amoroso con la madre del joven, pero ese lado de la historia solo llegó de manera superficial en un inicio. Luego desapareció entre ideas más retorcidas. 

          – No entiendo que es lo que quiere, siempre me ha dicho que me odia y que desearía que nunca hubiese nacido. Ni siquiera sé por qué se quedó con mi madre si la despreciaba tanto.

          – Jackniell, existen personas que creen que las personas son como objetos que poseen y que nadie puede quitarle. Sin embargo, la verdad es que cada cual hace sus conexiones con otros y a su vez las puede destruir. Tu padre es un hombre que considera que aquellos que están bajo su techo son como un mueble, que solo él puede tener. – Luz lo abrazó con fuerza mientras susurraba esas palabras en su oído. No era la primera vez que la mujer intentaba explicarle esa “enfermedad mental” sin embargo, él seguía creyendo que su padre simplemente era un perro desgraciado. Todos decían que has de respetar madre y padre, pero la verdad es que el respeto se ganaba con respeto, un padre que nunca había respetado la existencia de su hijo, no se merecía menos de este. 

          – Jackniell siento mucho el haber tenido que mencionar a tu madre dentro de lo que está sucediendo en corte. Pero es la única manera en que puedo ayudarte, ya que están intentando desestimar tu solicitud con acusaciones erróneas. – Jackniell asintió y sintió que se sonrojaba un poco. El hombre había estado a su lado en los momentos más difíciles de su vida lo cual era mucho decir, era cierto que había sido más que un amigo… había sido como un padre. Pero la verdad es que no era lo único que traía con su magia. 

          –Siento que tengas que estar en este lugar Carlín… de verdad. – El hombre le había mencionado en más de una ocasión la importancia de mantenerse la mayor parte del tiempo rodeado de plantas y elementos vivos. Por ello su casa era tan extraña, creada en su totalidad con la ayuda del bosque, había poco o nada de muerte en lo que le rodeaba.

          – ¿A dónde te has ido Jack? – Hiana le sonrió mientras apretaba su mano. La chica había sido una gran amiga en ese proceso. Su bebe de un mes de nacido estaba bajo el cuidado de los gemelos que a su vez eran los padres adoptivos de Hiana, mientras ella se sentaba horas esperando que el mundo de Jackniell tuviese sentido nuevamente. El nacimiento prematuro los había tomado a todos por sorpresa, pero el alma luchadora en ese cuerpo tan pequeño no había sorprendido a nadie. Se parecía a su madre. Por otra parte, Jackie se sentía cansado de tanta vuelta. Eso hablaba de por sí del tiempo que había pasado desde que se había sentado en la oficina de Rey solicitando un divorcio de su padre. 

          – No muy lejos… solo pensando en que esta locura no quiere terminar y no entiendo por qué él no me deja ir. Me odia desde siempre. – El murmullo del joven fue suficiente para que la joven lo abrazara e intentará consolarle.

          – La verdad nunca vamos a entender a aquellos que aman u odian de maneras retorcidas. Está en nosotros en no repetir esos patrones. Por lo menos eso es lo que dice Verónica cada vez que desea asesinar a algún “desgraciado”. – El gruñido de la mujer fue suficiente para darse por enterados que los había escuchado. La verdad el sonido estaba cargado de camarería. La mujer había cambiado sus vidas de una manera u otra, pedía poco de aquellos que le rodeaban. “Proteger a los que no pueden hacerlo por sí mismos.” No por primera vez Jackniell se preguntó que hubiese sido de la vida de su madre si esas dos mujeres se hubiesen conocido. Una brisa suave acaricio su rostro y no pudo más que sonreír. Cada vez que pensaba en su madre el viento le hacía saber que no estaba completamente solo.

          –Vamos chicos… esto se terminó por hoy y ahora es cosa de los abogados.

*                  *                  *

          – Caballeros expliquen qué es lo que está sucediendo en mi sala. – El juez estaba mirando a ambos abogados como si no les hubiera vista antes. Sabía que ambos eran jóvenes y tenían deseos de competir, pero esas medias ideas eran como para volverse locos.

          – Señor juez… el caso puede llegar a ser mucho más complicado que un asunto de custodia. El hombre que ha estado como testigo, lleva años conviviendo con el joven y ahora que este llega a la adolescencia pide la custodia. – El abogado miraba serio al juez esperando que entendiera el punto desde el abuso sexual que se podía estar dando.

          – Le recuerdo a mi compañero de abogacía, que en primera instancia el señor Brack no está solicitando la custodia del menor, en segundo lugar, que en un inicio quiso hacer entender que el señor Brack, era el padre biológico de Jackniell, más aún que se le debía compensar a su cliente por haber criado por años al hijo bastardo de una mujer de reputación dudosa. De igual forma le recuerdo que siempre ha habido evidencia del maltrato físico al que fue sometida la madre del joven, más la ordenanza de la jueza Charliote en el año 1982 en el cual le quitaba la custodia a la madre por esta no poder proveer un hogar estable económicamente hablando al menor. Esta situación la han creado nuestras leyes, hay un joven que pide separarse del hombre con el que ha crecido, lo está haciendo de manera legal ya que desea desvincularse completamente del apellido paterno. Por otra parte, usted caballero trae a colación la pedofilia como si fuera algo fácil de mencionar, de practicar y de encubrir. Se le olvida que el proceso que llevamos en el Santuario es uno serio y que lucha precisamente contra ese tipo de caso. 

          –¿Pedofilia? A eso es qué viene todo esto… No sé qué te traes entre manos pero te has equivocado de corte jovenzuelo. Quiero toda la evidencia que el señor Brack ha mencionado en mi escritorio en menos de dos horas. Si tienes prueba de abuso sexual al joven por este caballero, les recomiendo que vayan en alzada colocando una querella. Hasta ahora ni tu cliente, ni tú han demostrado nada más que mañas para desviar el tema principal de estas vistas. – El juez estaba tan enfrascado mirando al abogado McSmith, que se sorprendió cuando un sobre pesado fue colocado frente así.

          – Estos son solo copias, pero podrá observar que lo que ha mencionado el señor Brack, es cierto y que no ha habido ningún uso ilegal de los fondos del cual es albacea, tanto así que su contabilidad fue sometida a dos contables diferentes, ambos sin vínculos con el Santuario, la verdad es que la suma inicial era mínima y esta fue multiplicada en varias ocasiones con buenas inversiones. Incluso en los momentos en que hubo pérdida, el dinero principal siempre fue devuelto a la cuenta.

          – ¿Qué hombre hace eso por un joven que no es nada suyo?

          – Tal vez deberías preguntar por qué no otras personas hacen lo mismo, ante el dolor de un niño, el de una madre y el abuso que se comente contra aquellos que no pueden defenderse. – El juez los miraba y veía ambos puntos, era cierto que era mucho lo que había hecho ese hombre por un joven. Tal vez si no hubiera conocido a Victoria la mujer que había iniciado el Santuario y a la que muchos jóvenes le debían sus vidas, él también hubiese pensado lo mismo. Pero él había sido testigo en más de una ocasión de como un ser humano puede dar el todo por el todo por alguien que no conoce, solo con la intención de protegerlos de lo peor que podía ofrecer la vida. Tenía que admitir que esos casos, en los que las madres no podían pedir la custodia en el mismo caso que en los casos de maltrato eran una mancha horrible para el mundo legal. Hizo falta vistas en diferentes estados para llegar al conceso que el bienestar del joven emocional y físico era más importante que el económico.

          – Según esto se ha desglosado una cantidad superior a los treinta y ocho mil dólares en los últimos tres años. Incluso hay cheques firmados por el padre de Jackniell. – el abogado no sabía que decir ante esa evidencia. – Me quieres decir que el hombre supuestamente sospechaba de actos lascivos contra su hijo y pidió dinero a cambio. Eso es peor que cualquier otra cosa que se nos pueda ocurrir dentro del proceso legal que estamos llevando.

          –Señor juez, necesito tiempo para observar la nueva evidencia. De seguro no es lo que el compañero abogado de la defensa quiere insinuar. Ningún padre tan preocupado como lo está el de Jack haría algo así. –El abogado buscaba más tiempo, el juez lo sabía.

          –Mañana quiero al joven Jack en el asiento, es hora de que lo escuche a él. Ya basta de tantas vueltas que nos hacen perder el tiempo. ¿Entendido? Nada más de rodeo.

          –Así será… –murmuraron ambos saliendo de la oficina.

          –Esto no se quedará así, Rey… sabes muy bien que lo que estas intentando hacer puede crear un precedente peligroso en todo el país.

          – No lo creo Lucas, la verdad es hora de que los niños sepan que pueden separarse de padres que no tienen su bienestar personal como una prioridad. Si fuese así, tal vez no habría tantos problemas a largo plazo. Un padre por ser el donante biológico no lo hace el más adecuado para una crianza. Tu más que cualquier otro deberías aceptar esa verdad. – Reymond siguió con su camino sin esperar una respuesta del hombre al que había conocido desde hacía años, con el cual había jugado en la escuela, más con él que había competido en más de una ocasión por asuntos de baloncesto y faldas.

*                  *                  *

          –Jack, mantente tranquilo… no importa lo que diga el abogado de tu padre, sabes que tienes más de una razón para querer esta separación. – La noche se le había hecho eterna y el tener que tomar una de las decisiones más importantes de su vida le había costado. Jack asintió a Reymond, pero no sabía si de verdad toda esa pesadilla se detendría. Una de las cosas que le sorprendió fue la fuerza con la que su padre se negaba a soltarlo. Ya tenía una idea clara de la razón, pero en su momento no tenía nada claro.

          – Recuerda, no importa lo que el juez decida, eres parte de la familia y no te vamos a dejar solo. Sin importar los líos que ese loco trae consigo. Como siempre está la luna llena, para que los lobos salgan a jugar. – La voz ronca de Verónica mostraba lo frustrada que estaba. Aun no tenía claro que sucedía con la mujer, pero ella no era normal.

          –Bueno si tú lo dices, pero no entiendo el interés del abogado por demostrar que mi padre tiene la razón. Él debe saber el tipo de joya que es, por decirlo de una manera… formal. – Todos sonrieron ante el uso de vocabulario formal en el joven. La verdad uno de los problemas que habían tenido había sido controlar su vocabulario soez, que se hacía cuando la mayor parte de tu vida te estaban insultando y lo más bonito que te decían era que eras un hijo de puta.

          –Todos de pie, el juez Ibáñez entra en sala. – El Marshall de la corte miró a su alrededor, buscando a ver quién no cumplía con su orden. Su mirada se saltó a Verónica que gruño por lo bajo el día anterior cuando él se le quedo mirando directamente a los ojos. Jack se encogió de hombros e intento observar la sala como si fuera la primera vez. Era extraño que en ese momento todo pasara a su alrededor a cámara lenta, él sabía que lo estaban llamando para sentarse en el estrado. Sintió la mano de Verónica en el hombro y vio como Carlín asentía al lado de Hiana, pero no dejo de notar sus manos temblorosas, de verdad que ese lugar con tanto metal y contaminación lo estaba matando. De esa manera adormilada hizo su juramento, observo al Marshall con la Biblia en la mano y a su vez a su padre que lo miraba con odio. No por primera vez se preguntó por qué nadie más podía verlo.

          – ¿Desde qué edad conoce usted al señor Carlín Brack?

          – Desde que tenía cuatro a cinco años.

          – ¿En qué situación lo conoció?

          – Estaba escondiéndome en el bosque de mi padre borracho.

          – Dudo que a esa edad usted pudiera identificar si una persona estaba ebria. Así que evite su juicio. – Eso hizo reír a Jack sin poderlo evitar. Lo cual a su vez hizo que el abogado se pusiera rojo del coraje. No entendía al hombre, pero si sabía que había más de lo que el dejaba ver. El aire a su alrededor no dejaba dudas.

          – ¿Me gustaría saber que le hace gracia?

          – Nada abogado.

          – Joven me gustaría saber que le ha hecho gracia, mi corte no es un elemento de burla.

          – No señor juez. Lo que sucede es que el abogado, menciona mi edad como un elemento para evitar levantar juicio sobre el estado… bueno del caballero, pero no es cierto que un niño entiende su mundo a través de la prueba y el error, que solo necesita experimentar los procesos un par de veces para aprender. Así es que reconocemos las palabras, el cómo caminar o correr. Esa no fue la primera vez que tenía que esconderme en el bosque evitando una golpiza de una persona borracha y crea usted, no fue la última. – El juez se quedó en silencio mirando al joven que lo miraba sin rabia, sin rencor como si hubiera aceptado hacía mucho tiempo que esa era la vida que tenía que vivir. Mientras comprendía de dónde venía esa paz, le daba rabia el saber que el sistema que el sostenía había fallado de manera tan rotunda.

          – Señor juez, me gustaría que mi compañero paralegal, dedicará sus preguntas a la vida que mi cliente ha tenido junto a su padre y no a su relación con el benefactor de su madre y de él. No niego que puede observarse con detalle la relación del joven con el señor Brack. Pero le recuerdo a mi compañero que la solicitud del joven no es vivir con éste, sino dejar de vivir con su padre y que en casos donde ha habido evidencia de abusos esta búsqueda de culpables externos no se da. – explicó Reymond con una sonrisa en los labios. Jack había usado el vocabulario correcto y la paz recientemente encontrada para dialogar sobre un tema doloroso. Todos en esa sala estaban tan orgullosos del joven.

          – A favor la petición. – El juez le lanzó una mirada al abogado del padre en un intento por que este controlara y dirigiera sus preguntas.

          – Sí las palizas de su padre eran tan atroces por que las visitas al hospital eran mínimas.

          – ¿Quien lleva a un niño al hospital cuando esta inconsciente?

          – Esta no es una respuesta, jovenzuelo.

          – Podría alguien responder entonces. – dice Jackie mirando a su padre directamente. Nunca le había tenido miedo, en un momento le había provocado terror por el daño que le había hecho a su madre y que había jurado le provocaría a Carlín. Pero ya no.

          – Normalmente lo hace un padre o madre, que tiene que ver eso.

          – Entonces deberá preguntarle a mi “padre” la razón para no llevarme al hospital cuando tuve dos costillas rotas, cuando un brazo se disloco o cuando tuve un sangrado en la cabeza, si quieren le puedo enseñar esa cicatriz en la cabeza, nunca sano bien así que es muy pronunciada el área donde no crece el cabello. – Jackie sabía que era lo que tenía que decir y el cómo, pero no podía evitar el rencor en su voz.

          – Joven no hay evidencia de eso que dice en ningún lugar.

          – Me pregunto si una confesión de mi padre podría ser evidencia. – Todos sostuvieron el aire en sus pechos, eso había tomado a más de uno por sorpresa. Jackie no quería utilizar esa evidencia porque decía mucho de lo que había vivido, pero Carlín no podía pasar otro día más en ese lugar y se negaba a ponerlo en riesgo por un cerdo amante del dinero. Su madre de seguro estaría de acuerdo con esa decisión.

          – A que te refieres Jackie. – Preguntó Rey sin poder entender realmente lo que había mencionado. El abogado de su padre miraba al joven y al adulto uno a la vez intentando pensar en la olla de gusanos que estarían destapando.

          – Una noche en la que mi padre me estaba vendiendo a Carlín como un juguete sexual lo grabe a escondidas. El último regalo de navidad de mi madre vino muy bien. – Todos sabían que era una cámara de video que este cuidaba con esmero y que siempre había dejado en casa de Carlín. De su bulto saco una cinta VHS y se la entregó al juez. Todos vieron como el juez la tomaba como si fuera una bomba y tragaba con fuerza. Dio instrucciones de traer lo necesario para que pudieran ver la película.

          Carlín miró con duda al joven intentando saber que tramaba, sabía cuál noche era y el dolor que le provocaba el saber que fue testigo no era fácil de soportar. Jackie comienza a llorar mientras ve como preparan todo, todos dan un brinco cuando Verónica gruñe al sentir su dolor.

          – Por que llora joven. – El juez pregunta realmente preocupado, no sabía por qué pero sospechaba que todos estaban en peligro.

          – Nunca hicimos algo malo, mi madre y yo vivimos de manera humilde. Ella fue una madre que se quedó con un monstruo con tal de tener a su hijo a su lado y cuidar que este sufriera lo menos posible. Yo nunca he robado, no he golpeado a alguien que era más débil que yo… así que no entiendo porque mi madre y yo tuvimos que sufrir a manos de un hombre que hoy en día solo me ve como un símbolo de dinero.

          – ¿A qué te refieres jovenzuelo?

          – Ya verán, solo pongan el video por favor. Solo deben saber que mi mama fue una buena mujer y me amo sobre todas las cosas, acepto muchas cosas con tal de mantenerse a mi lado. Sufrió a manos del que un día juró amarla, porque alguien pensó que el dinero que ganaba mi padre era más importante que los golpes que recibía una mujer en sus manos. – Jackie levantó la quijada con el rostro bañado en lágrimas, sabía todo sobre la humillación, sabía lo que sucedía en esa casa cuando su madre lo enviaba a esconderse al bosque, todo lo supo por boca del cerdo que en esa corte se había llenado la boca hablando de ser un buen padre.

          El juez le asintió al Marshall para que pusiera la película y se preparó para recibir más de un golpe, tanto como hombre, pero sobre todo como velador de la ley que se suponía protegiera a una mujer y a un niño.


 

 

<<<<<VHS>>>>>

      – ¿Qué quieres ahora Gustavo? – Se veía claramente a Carlín cansado y mirando con asco a un Gustavo sucio, se había orinado encima y parece que había estado vomitando.

      – El maldito mocoso debe estar contigo… no queda otro lugar para esconderse.

      – Aquí no ha llegado Jackie. Esa es la verdad. – Carlín se puso la mano en el rostro en un intento de evitar los olores que liberaba la boca del hombre.

      – De seguro llegará pronto, siempre se esconde contigo… de seguro no sabe que eres un cerdo como todos los demás que compraron a su madre.

      – De que estas hablando…

      – Es que la puta nunca te dijo. – ante eso se río a carcajadas, se notó que temblaba la imagen, como el que sostenía la cámara se hubiera movido. – la maldita estuvo por muchos años recibiendo clientes de todo tipo para poder pagar los detalles del hogar.

      – En otras palabras, tus vicios.

      – Que más podía hacer una mujer tan inútil como ella. De seguro podemos quedar tú y yo en un acuerdo con el cuerpo del muchacho. Está entrando en una buena edad para que se inicie en el negocio de la familia. – la cara se distorsionó en Carlín por el rencor que podía notarse en él. – Sabes voy a tener que marcarlo como lo hice con su madre, tres quemaduras en su cuerpo fue suficiente para dejarle saber a todos que era mía. Tengo que pensar en algo especial para el chamaco antes que comience a recibir clientes. Lo malo es que es muy frágil, en un par de ocasiones perdió el conocimiento, solo por tener un par de costillas rotas y un brazo dislocado. Esas semanas fueron horribles, el mocoso no podía hacer nada en la casa. ¿Qué crees?  

      – Que tendrás una muerte solitaria y dolorosa en algún rincón oscuro.

      – Me estas amenazando fenómeno… crees que no sé qué estás pendiente de ese muchacho. – Carlín se veía negar en el video y como entró en la casa.

      – Sal maldito marica, te crees mejor que yo por tener dinero. Eres un maldito enfermo que solo quieres follar al muchacho.

      – Cállate la boca pedazo de mierda. Jackie al igual que su madre, son seres puros que tú con tu porquería de vida no comprenderás. Ella está libre de ti y pronto Jackie será adulto y no podrás controlarlo.

      – Créete eso pedazo de mierda, no sabes cómo podía estar toda la noche cogiendo, más aún cuando comencé a darle drogas para que estuviera caliente toda la noche. La puta suplicaba toda la noche por estar cogiendo por todos los rotos que tenía.

      – En serio eres lo peor que he conocido de los humanos. Tu karma llegará en su momento. Ahora, toma esto y lárgate, no quiero verte por mucho tiempo. Has el favor de morir en una de tus borracheras, de seguro eso sería más piadoso al final que te estás buscando con toda la energía negativa que estas liberando. – Carlín entró cerrando la puerta en el rostro de Gustavo, que le hizo un gesto grosero con la mano mientras apretaba el cheque en la otra.

      – Como si tú fueras mejor, eres un maldito pervertido que le gusta coger y dar por el culo. Nada mientras tengas dinero todo será un secreto entre nosotros. – en el video se veía como Gustavo bajaba los escalones y se iba por el sendero cantando una canción incompresible.

<<<<<Fin VHS>>>>>

 

Todos en la sala guardaban silencio, el juez miraba con un odio atroz al padre del joven que seguía llorando en silencio. Carlín también lloraba, siempre pensó que había protegido al joven de todo eso.

             – Hoy más que nunca necesito saber ¿por qué es obligatorio que un niño se quede junto a personas que no le quieren, que lo golpean, que no le alimentan? Sólo por ser “padre”, no se supone que éstos sean los que nos protejan del mundo, no se supone que los adultos velen por que estemos a salvo de… de… de la crueldad humana. Que sean ellos los que creen un hogar donde lo feo nunca llegue. Entonces que hacemos cuando el monstruo duerme bajo el mismo techo, cuando la persona que más te odia, le tienes que llamar padre. Que hacemos los niños cuando no nos aman y solo nos hacen sufrir. – Verónica gruñía por lo bajo, pero de igual forma lloraba sin poder evitarlo, reconocía sus palabras en las de Jackie. En más de una ocasión las había utilizado para defender el caso de Jackie en la corte con los abogados del Santuario.

          – Queda claro que el caballero no es apto para tener la custodia. Se le otorga al joven el permiso de remover su apellido de su nombre, quedándose con los apellidos de la mujer que le dio la vida.

          – Gracias señor juez, mi madre será feliz sabiendo que me llamare Jacknielle Lorence, que era su apellido de soltera.

          – Jovenzuelo, tuvo una madre muy valiente, nunca lo olvides. Muy pocas hubieran soportado lo que ella soportó por su amor a usted. En mi caso, pido disculpas por los errores cometidos en nombre de la justicia. Abogados espero saber que se han procesado cargos por prostitución a un menor de edad en contra del caballero ante la evidencia presentada hoy.

          – ¿¡QUÉ!? ¡NO ES POSIBLE QUE ESE PEDAZO DE MIERDA SE QUEDE LEJOS… TE VOY A MATAR JACKIE… TE HARE PAGAR ESTA HUMILLACIÓN CHIQUILLO DE MIERDA… SUFRIRAS LENTAMENTE HASTA QUE YA NO PUEDA TU CORAZÓN LATIR!

          –Esa es una amenaza de asesinato. Marshall quiero al caballero arrestado por violación a la paz, por amenaza de asesinato y todas las leyes que ha violado en mi corte. – Poco después que el Marshall hubiese llamado por radio el hombre salía arrestado del lugar aun gritando barbaridades, pero esposado. Carlín cerró los ojos y sintió como su cuerpo se desplomaba… aun en el suelo y con Jackie tomando su mano mientras pensaba en lo adulto que estaba el joven, su madre estaría tan orgullosa de él. Jackie les decía a todos que tenían que sacarlo de allí y llevarlo al bosque. Nadie le hacía caso y el joven sabía que si lo llevaban al hospital lo matarían, miro suplicando a Verónica y le mostro el cuello a ella mientras susurraba una y otra vez… por favor.

          – Fuera del camino… los hombres son todos unos inútiles. – Verónica estaba gruñendo mientras levantaba a Carlín en brazos como si fuera una pequeña princesa, lo que hizo que todos respiraran profundo, hubo murmullos y alguna que otra pregunta de qué carajo estaba tomando esa mujer.

          – Yo no sé qué toma, pero la verdad no la quiero tener encojona conmigo así que todos salgan del medio y déjenla salir. – eso fue el Marshall que se había sonrojado cuando el juez lo miraba con rostro asombrado por su comentario. El hombre medía casi siete pies y tenía músculos por todos lados, lo malo es que su voz había sonado cargada de miedo por una cosita de mujer. Definitivamente, era nieta de su abuela. 


 

Capítulo 3

          La oscuridad era profunda, pero sabía que estaba rodeado por las cosas que le permitían estar vivo. Así que seguía nadando en ese todo reconfortante. En ese estado sabía que tenía a Verónica y a Jackie en su casa, algo le decía que no eran los únicos, pero la verdad debía recuperarse un poco antes de volver al mundo de los humanos. Allí era como si estuviera en los brazos de su madre, permitiéndole recuperar las fuerzas para luego regresar a la lucha de proteger la naturaleza.

          – ¿Carlín…? Sí eres tú… he visto lo grande que esta mi Jackie, dile que estoy bien, que solo deseaba que fuera libre para poder descansar. – La pequeña mujer parecía estar brillando, había un par de luces pegadas a su espalda que posiblemente fuesen alas. – No escuchaste nada de lo que te dije.

          – Lo siento, no escuche nada, estás hermosa y creo que eso son alas. – Carlín dijo sin tacto, total era un sueño.

          Pareces estar drogado… te estaba diciendo que mi hermana me estaba esperando, Yacklinet se fue muy pronto del mundo por el maltrato de nuestro padrastro. Pero tenía el mismo regalo que tiene Jack. Hay algo que los está identificando y provocando que no lleguen a la adultez, avísale a esa chica loba. Sera mucho lo que llegará a su puerta y tiene que estar lista.

          – ¿Chica loba?

          Te dije que no iba a funcionar hermanita, mientras los guardianes están en los brazos de la madre, sin estar en estos, es como si estuvieran bajo el más potente sedante.

          – Eso capto mi atención. ¿Sí estoy con la madre? No estoy sobre la tierra.

          Con lo poco que puede dar después de la última guerra, sí. Recuerda unirte a ella de una forma más fácil, de esa forma podrás escucharla.  – quien me contesta me imagino es Yacklinet, está en el cuerpo de una niña de unos ocho años con cabello corto y rizo. La piel tostada por el sol estaba lejos del mundo de las sombras.

          Eres hermosa… ¿lo sabes? – por extraño que parezca Carlín la vio sonrojarse con una inocencia dulce y que confirmaba su juventud.

          Siento mucho no haber llegado a caminar contigo, mi sobrino será un buen guardián. Pero debes asegurarte de que llega a la edad. Esto no será lo único que le debe suceder y no es al único al que le está sucediendo. Debes mover a todos los guardianes, en especial bajo la reina que a de unir a los lobos.

          – ¿Que?

          La reina ha llegado para quedarse y serán cien años de lucha, para vivir mil en paz. Dile que todo vale la pena, cada lágrima, cada dolor, cada situación que viva la va a llevar a un alma que la necesita. Así lo ha pedido nuestra madre a los grandes padres que duermen en lo más profundo de nuestro planeta.

          – ¿Jackie está en peligro? ¿Verónica es…? – las vio asentir y con esa verdad explotando en su rostro no tuvo más que abrir los ojos, lo primero que vio fue a la mujer que de igual forma brillaba y tenía algo en el cuello, al verlo bien era la marca de la luna, no sabía muy bien como no se había dado cuenta… – Shit… estamos en problemas.

          – ¿Qué? – Gruño verónica a Carlín, pero su gruñido se convirtió en uno de frustración al verlo perder la conciencia de nuevo.

          – Solo está cansado Verónica no es nada persona. – Jackie dijo tratando que Verónica no golpeara el cuerpo inerte de Carlín, no creía que fuera capaz, pero los deseos estaban en su mirada.

          – Sí y yo soy Teresa de Calcuta.

– Casi, pero ella aún se te queda pequeña, por aquello que le faltaba una forma extra. – Murmuró Armatos desde la puerta, no había querido entrar en ese hogar ya que nunca había sido invitado y le parecía una falta de respeto. – Tienes que comer, sabes que mañana es luna llena. – Verónica asintió y salió de la casa. Por respeto a Carlín no había metido nada de carne, pero ellos eran lobos y no podían vivir sin ella. Había un pequeño festín delante de ellos, la mesa de patio parecía querer reventar y asintió pensando en que sus hermanos la querían ver gorda. Los que le rodeaban esperaron que ella diera el primer bocado, asintiendo después para todos. Aun no entendía por qué los humanos seguían a Derek en este caso, pero no se iba a poner a pelearse con eso, cuando aún tenía la cara de miedo en Carlín al mirarla metida en el cerebro. Esperaba no haber salido del salten para caer en la braza con esos dos.


 

Capítulo 4

          Tres semanas, habían sido tres semanas en las que nadie había dicho lo que estaría sucediendo en la cabaña. Pero la verdad no había forma de hacer una fiesta de bienvenida a Jackie, el Hombre del bosque y a la Loba en un lugar que no fuera la cabaña. Luz estaba representando a las madres de los hogares. No todos los hermanos del Santuario estaban presentes, pero los que si habían llegado eran una multitud.   

La luna llena brillaba en la montaña, estaban en la cabaña de Verónica, donde había estado buscando la verdad de Cristopher, ahora rodeada de algunos de sus hermanos, de miembros de su manda y aquellos que pertenecen al bosque podía sentir que el bosque está más despierto que nunca. La piel le picaba y la loba estaba cerca de la superficie, ambas estaban de acuerdo, había sido mucho el tiempo que había pasado desde la última vez.

          – Van a estar bien corriendo con lobos. – Verónica le pregunto con un poco de burla a Carlín que parecía estar tan deseoso como ella de dar comienzo a esa carrera.

          – No creo que tengamos problemas, nos disculparás si nos envolvemos y les dejamos atrás en algún momento. – Carlín sonrío asintiendo a Jackie que reía sabiendo lo que venía con lo de ser parte del bosque.

          – Luz por favor mantén a todos a salvo, sé que la primera vez Reymond y los otros me vieron de lejos pero ahora la loba está deseosa de conocer a la manada. A quienes considera parte de la familia. Jackie por favor no te alejes demasiado, ella es posesiva y tú entras en la categoría de proteger, sobre todo. – Jackie miro a Carlín y asintió luego a Verónica, pero esta vio que realmente no entendía. Ella sabía que, si el joven no se quedaba cerca, la loba lo alcanzaría y lo haría someterse a su cuidado. Podría ser que no fuera tan amable, ella solo suspiró esperando que ambas pudieran protegerlo de su lado salvaje. Incluso ante ese sentimiento sintió como la loba levantaba la vista al cielo… El chico aprenderá a no jugar con nosotras, si es que se atreve a no seguir instrucciones. – Eso me temo mi buena amiga, eso me temo. ¡Dereck!

          – Tomadlo con calma Verónica, no quiso cambiar frente a todos. – Armatos le abrió la puerta de la cabaña para que el lobo Derek saliera. Era hermoso, los humanos sostuvieron el aire, pero el lobo no se acercó a ninguno de ellos. Se paró al lado de Verónica que acaricio su cabeza haciéndole saber con el gesto que era bienvenido.

          – Ya sé por qué el bicker tiene de cabezas a Armatos, es todo un animal en la cama. – Reymond no lo pudo evitar, Derek miro a Verónica buscando su aprobación ella solo se encogió de hombres, a lo que él respondió de manera rápida dando un salto frente a Raymond, lo que provocó que el callera de culo y todos se rieran de él. Derek pasó cerca de Armatos para que este le acariciara y luego volvió a su lugar al lado de Verónica.

          – A ti nada más se te ocurre Raymond… – Luz se puso a reír a carcajadas, ella sabía muy bien de lo posesivos que son los lobos, esto sin evitar al omega que tendía a ser algo sumiso.

          – Hermanos no deseo perder a ninguno, manténganse con Luz a lo que mi loba puede familiarizarse con cada uno de ustedes. – Verónica no se atrevió a sonreír ante las caras pálidas. No era lo mismo llamar al diablo, que verlo venir. Ante esas palabras se dio la vuelta y comenzó a quitarse la ropa, la loba esta lista para salir así que el pantalón no había tocado el suelo, cuando la loba miraba a todos los que le rodeaban con su gran tamaño, fue cerca de Derek, donde ella le acaricio, este se lanzó al suelo y expuso su vientre. Atrapó con cariño el cuello de este entre sus colmillos reconociéndolo como parte de la manada. Al ponerse en cuatro patas este se sacudió y roso su cuerpo junto al de ella. Carlín fue el próximo en recibir esa mirada, este desvió los ojos y mostro su cuello, cuando le toco a Jackie este tal vez por ser joven o por fascinación se le quedo mirando directamente a lo que la loba le gruño. Este con rapidez busco en la mirada de Carlín. Este le hizo un gesto con la cabeza para que expusiera su cuello a lo que este se negó. La loba volvió a gruñir…

          – Solo si eres capaz de atraparme… – el reto había sido lanzado y con una vuelta del viento Jackie había desaparecido.

          – Lo siento Verónica, en él su ser guardián es muy fuerte para la edad así que no se dejará guiar hasta que muestres que puedes contenerlo. – Ella lo miró con la cabeza ladeada. Lanzó un aullido al viento y salió corriendo tras él. Derek no tardo en unirse y Carlín no estaba muy atrás. La cacería de un mocoso había dado inicio y no había forma de detenerla.

          No hay duda el chico es rápido, más todavía le ayuda el viento… pero hay algo que le falta. Estrategia, Derek a la derecha y comienza a hacer tanto ruido como puedas. Con un movimiento de la cabeza envío a Carlín con Derek y en ese instante dejo libre un aullido de cacería. Ambas se movían sobre la tierra, piedras y arboles como si hubieran nacido para hacer eso. Verónica analizando la información que recibía a través de los sentidos de la loba. Era interesante como todo aún en blanco y negro podía dar tanta información. Jackie estaba a un lateral corriendo hacia el norte. Pero escapaba de Derek que estaba tras él. Podía escuchar a ambos, más a Derek que a Jack, pero este no era completamente silencioso. Una de las razones era que la naturaleza misma cedía la información a la loba que pedía atrapar al pequeño niño. Cinco segundos después un grito y un gruñido se unieron. Derek gimió y se lanzó sobre el pequeño Jack que miraba horrorizado a un gran lobo crema que estaba en una pendiente de la montaña mirándolo con desdén.

          –¿Qué carajos es eso?

          –Nuestra pesadilla… un Laycan… –Respondió Carlín llegando en ese momento. Mostró su cuello al lobo que no dejaba de mirarlos sin hacer un movimiento. Todo cambio cuando Verónica se colocó frente a todos en un gesto protector. El lobo se sentó y la miró confundido. Era como si la reconociera, pero no había rastro de humanidad en esos ojos.

          ­Míos… cada uno de ellos es mío para proteger.

          ¿Por qué la caza hija de la luna?

          El cachorro deseaba jugar y nosotros mostrarle lo peligroso del bosque sin la manada.

          Bien… por lo menos él no está solo para aprender.

– que quiere decir… pregúntale por favor. Mi humana quiere saber qué quieres decir… pero más que eso… quien es el niño que te sigue.

– Mío… mío para proteger. – Con esas palabras rebotando en el cerebro de la loba, Verónica comenzó a liberar maldiciones. No podían seguirlo ya que este conocía mejor la montaña que ella, más aún la búsqueda de este se había detenido por las necesidades que se presentaban con todos los chicos. El parto prematuro de Hiana, había lanzado a todos a una labor gigantesca, seguida de cerca por el caso de Jack.

Verónica mañana debemos subir solas a buscarlo, hay demasiado en él y algo me llama a estar de su lado, pero no quiero poner en peligro a la manada. Verónica asintió y dejo que la loba guiara a todos hacía la cabaña allí había una barbacoa nocturna iniciada por las mujeres y hombres que eran parte de la familia.

–Que rápido te atraparon Jackie. Esa sí que no me la esperaba.

–Ja… muy gracioso Reymond, tú también serías atrapado si el lobo del tamaño de un oso polar se pone frente a ti.

–¡QUÉ! – gritaron algunos ante esta afirmación.

– Creo que nos encontramos de frente con el rey de los lobos. Lo extraño es que parecía bastante cómodo ante Verónica que es un poco más pequeña que él.

– Eso sí que es grande.

– Sí y el problema es que no creo que sea su tamaño final. Recuerden que él debe ser un joven adolescente aún. Su tamaño será afectado por su forma de adulto. – Carlín murmuro mientras Verónica aprovecho el momento para pasear alrededor de los diferentes miembros de la familia, ninguno le estaba prestando demasiada atención lo que hacía que sus miedos no estuvieran a flote. Luz reía con los saltos que algunos de ellos daban al encontrarse al lado de una loba tan grande. Con cuidado y sin espantar a nadie ella se alejó del grupo y tomo una forma humanoide que arranco más de un gemido y algunos varones lo negarían hasta la muerte, algún gritito de niña.

– Hay un niño con él… no será fácil buscarlos ya que él Laycan lo protege. No logramos verlo, pero la loba pudo percibir su olor. Mañana volveré a investigar más sobre el asunto.       


 

Capítulo 5

          La luna había perdido el brillo de la noche anterior, pero seguía en el cielo guiando sus pasos.  Las piedras, ramas en el suelo y piedras podían sentirse a través de las almohadillas de los metacarpos en sus patas, dando información que Verónica podía entender aun estando en el asiento trasero de esa carrera.  Estaban en un área peligrosa con desprendimiento de terreno. El rastro del lobo había dado tantas vueltas a la cabaña que no había forma de donde iniciar la búsqueda. La loba estaba de cacería y Verónica temía a lo que podía suceder si se encontraban con el lobo. Pero aún no detenía esa búsqueda, ya que había algo que tenían que comprender. La conexión entre ambos era extraña, ambas estaban de acuerdo que, si no existieran los lazos humanos, mucho tiempo atrás hubiera desaparecido con él en esa montaña.

          ¿Alma gemela? ¿Puede ser que sea el líder de la manada?

          Imposible, mí manada… Ok… entonces ¿Por qué nos llama y nosotros respondemos?

          Ni idea Verónica, pero la verdad la descubriremos juntas. Me niego a dejarle en mi territorio. ¿Tu territorio?

          ¿Nuestro?  Mucho mejor… sé que es difícil compartir, pero ambas estamos en esto. En una hora debemos regresar. Mañana hay una reunión importante con el ex Alfa de Derek.

          No es buena idea, un Alfa tan cerca de la manada. De acuerdo, por eso quien va a hacer la conversación es el hombre del bosque como mediador. No inicies nada y todo estará bien.

          Yo no lo voy a iniciar, eso lo juro, pero si… ya sabes… yo lo voy a terminar. Nosotros lo vamos a terminar. Nadie se mete con nuestra manada.

          Un aullido en dirección contraria las hizo dar la vuelta de forma automática, sabían que era una carrera imposible, pero tenía que llegar ante el que le había llamado. Cinco minutos, solo cinco minutos, el lugar olía… a él… al niño y… a sangre.

          Buen proveedor… ¿Qué?

          Mira allí niña, es un animal no muy grande pero suficiente como para saciar nuestra hambre esta noche.  No me dirás que comerás esto, todavía sigue vivo. ¿Qué es?

          Es la cena, y parece felino… tú sabrás más que yo. No puedo creer que estarás alimentándote de algo vivo.

          Las plantas que comes están vivas y yo no digo nada. Cierra los ojos.  

          Los ruidos de dientes desgarrando la piel y la última exhalación del felino fue parte de lo que comprendía Verónica en ese lugar en que estaba. No entendía para nada la alegría de la loba ante tal cena, el Lyacan no había tocado el animal más que para dejarlo moribundo. Tampoco comprendía el cómo no sentía asco o deseos de vomitar, pero eso sería para analizarlo en otro momento.

          Vamos… él no se dejará ver hoy y no está en plan de guerra. No me digas que eso era un obsequio de paz. ¿Por qué no lo comiste todo, aún tienes hambre?

          Es de mala educación comer todo, cuando sabes que te observan para ver si eres buena cuidando de otros. Él no está lejos y el niño de seguro aún no come, reglas de la manada. Mierda… ¿dejaste suficiente?

          Me encanta como funciona tu cerebro. Solo tú podrías ser mi compañera por siglos. ¿Siglos?

          Upss luego tú y yo hablamos.

          Verónica terminaría loca después de un par de años con tantas cosas que le estaban cambiando la vida. A veces dudaba de haber sobrevivido la caída en la montaña. Pero solo le bastaba con sentir a su manada cerca como para aceptar esa realidad. Una manada que ante los cambios podría estar en peligro. Antes de llegar a su hogar, sintió a Derek corriendo hacía ellas. La loba no dudo en recibirlo saltando sobre él. La reacción de este fue darse la vuelta y devolver el susto con una mordida en una pata delantera y luego una lamida bajo el hocico de ella.

          Muy bien pequeño… una pata delantera lastimada puede ayudarte a escapar, tanto como a ganar una pelea.

          – Gracias Alfa. Sabes a sangre.

          Un obsequio de paz del Laycan. No creo que se deje encontrar, pero sí que estará pendiente de nosotros. No significa que puedes estar en las montañas solo. Aun no…

          – Lo sé… no soy tan fuerte.

          Al lado de ese lobo, nadie es tan fuerte. Pero no es la razón… La manada necesita que estemos pendiente con lo que viene de ahora en adelante. Lo menos que imagine fue que los Alfas intentarán tomar decisiones sobre estos niños que no quieren.

          No son los Alfas, Verónica… Derek susurró en su mente algo avergonzado.

          ¿Entonces quién…? Susurraron ambas un poco más preocupadas. Por lo menos ya podían controlar mejor el cómo le hablaban a Derek, esto le permitía a él respirar profundo y dar malas noticias sin pensar que moriría por ser el mensajero.

          Hay una dominante que ha unido a los nómadas, esta quiere mantener control de lo que sucede con estos niños. No por mal, pero si no quiere que sean utilizados. Ella nos lo puede tener, los nómadas nunca han sido estables, pero la verdad ella ha sido testigo de lo que sucede con los híbridos.  

          Por qué no los ha protegido ella…

          Ella es dominante, no Alfa. Los nómadas se dejan guiar por ella por la necesidad que tenemos todos de ser parte de una manada. Pero no son material de guerra y créeme es un tema para grandes batallas. Más aún sin un Alfa, es peligroso para todos, incluyéndola.

          – OK… entiendo… gracias a mi loba, podemos tomar ciertas libertades.

          Sí, sin olvidar que contamos con dos guardianes en nuestras filas. Eso nos permite cierta libertad. Ella no va ha estar pensando muy mal, pero si con sus palabras va a provocar que los Alfas que no han hecho mucho, muevan su trasero.  

          – Estoy de acuerdo Derek, pero la verdad es que no debemos mencionar a Jack. En primera instancia hay algo que no va bien con sus poderes. No te creas que han pasado desapercibidas las miradas preocupadas de Carlín cada vez que libera su poder. Vamos a casa… tenemos que descansar.

          Buenas noches mis niños… La voz de un lobo ajeno a la manada los detuvo. Pero no era amenazante y logro que la Loba sonriera de manera muy canina, aunque se negó en explicar dicha emoción.


 

Capítulo 6

– No te creas que los voy a dejar ir solos.

– Luz, las cosas pueden complicarse. – Verónica nunca había visto a su hermana vestida con algo que no fuese un vestido de flores. Ahora con pantalones y camisa negra no había duda de que tenía ganas de pleito.

– No voy a hablar, voy como parte del grupo que les deja saber que no somos la presa de ninguno de aquellos que visitan. – Verónica asintió, más aún cuando la Loba pidió que le dejara ir, no con muchas palabras, pero si lo suficiente como para aprobar. ¿Qué carajo significaba que huele a peligro? No estaba dispuesta a preguntar, ya que habían quedado que la Loba estaría en lo más profundo de su subconsciente, cosa que supieran que había lobos en esa manada, pero no dar mucha información. Por otra parte, temía que la parte violenta de la conducta de su compañera no permitiera una buena comunicación con los “invitados”.  Lo que si extrañó a Verónica fue que, al llegar al lugar de reunión, Luz saco de un pequeño bulto un envase de cristal que parecía perfume.

– Esa parte no la entiendo.

– Un buen truco para no mostrar que estoy cargando. –Verónica asintió como si entendiera la conversación, sonrió cuando vio que Carlín no había logrado convencer a Jack de que se quedará en el hogar con Hiana. No muy lejos de ellos había una camioneta y una motocicleta, no había duda de que eran los invitados. – Bien, Jackie logro venir… podrás mantener el viento a nuestro favor.

Verónica pudo observar la preocupación en Carlín, pero este no dijo nada al ver la sonrisa de Jack al sentirse útil en esa reunión. No por primera vez se preguntó qué carajo se estaba perdiendo de todos los locos que le rodeaban. Interesante… ¿Qué? Beta… y no huele a ellos. Ya entendía el cambio de viento, más como les podía beneficiar. Ellos no tenían el beneficio de olerles hasta que estén cerca.

– Buenas tardes Alfa de Montana, es un placer conocerle después de nuestras largas charlas.

– Gracias por abrir las vías de comunicación y ser moderador. Aunque no creo entender que hace un guardián metido en asuntos de lobos.

– Más que lobos, diría que es cosa de familia, pero eso ya lo había mencionado. El documento que le envíe tiene la información básica del proyecto.

– Sí… pero aún no quedo convencido ya que no hay un Alfa que de tanto sin esperar algo a cambio.

– Lo sé… puede decir que nuestro Alfa no es parte del pensamiento común. – Ante esta frase Derek no pudo evitar sonreír y dejar escapar una tos escondiendo la carcajada. Eso era cierto en relación con Verónica.

– ¿De qué te ríes mariquilla de mierda…? – El comentario escapó de un joven que posiblemente era mayor a los veinticinco años que aparentaba.

– No comprenderías el chiste, aunque te hiciera dibujos. – Este comentario fue acompañado por la mirada desafiante de Derek. Fue más de una sorpresa, Derek que siempre había guardado silencio frente a los que eran más dominantes que él, respondía seguro de sí mismo. La sorpresa tuvo que ser suficiente como para que todos los que acompañaban al Alfa no prestarán atención al gruñido que escapo de otro cuerpo más pequeño que se encontraba al lado izquierdo y que los miraba a todos de forma calculadora.  Era una cosita llena de curvas y con cabello rojizo que brillaba al sol. No estaba seguro, pero el Alfa estaba dudando de las implicaciones que esa pecosa podría tener sobre esas conversaciones.

– No hay duda de que el estar lejos de la manada te ha mostrado que tienes cojones, pero nada que no podamos remediar con una buena paliza.

– Caballeros no aconsejaría que provocaran violencia alguna en este lugar. El Alfa de este lugar no estará nada contento con el resultado. – Carlín intento bajar el nivel de energía que estaba desarrollándose en el lugar. Pero sabía muy bien que nadie podría detenerla si se metían con aquellos que Verónica protegía. Movió a Jack con él al notar que esta se movía frente a Derek y que lo acariciaba. El asintió y dio un paso atrás.

– En verdad que no me dejas de sorprender, no era que te gustaba coger por el culo, pedazo de mierda. Ahora les tiras a las perras humanas. – Esto último hizo reír a Derek con mayor fuerza y Verónica no pudo esconder la sonrisa en los labios.

– De verdad… ¿Son todos unos idiotas en tu manada o es solo él? – Verónica al fina había hablado y lo había hecho mirando con desprecio al Alfa que esperaba callado a ver que sucedía. No había perdido detalle del hecho que Derek no se había acobardado, más aún que había aceptado la orden silenciosa de ella de dar un paso atrás. Había otra figura que sonreía con odio en dirección a uno de los lobos que estaban a su lado. Este olía a sorpresa más que otra cosa, pero no creía que estuviera de su parte sí se iniciaba una pelea.

– Cada miembro de la manada tiene libertad de pensar lo que deseen de los mezclados.

– Sí ya sé, esa mierda de que, si no es puro, no es un lobo. Pero en esta manada eso no es importante. Acá se respeta a cada miembro y se espera dicha acción de la visita. Así que es mejor que el idiota se meta la lengua donde no le da el sol. – Verónica sonreía mientras observaba como varios lobos, la miraban e intentaban entender de donde salía esa confianza.

– ¿Verónica? – Carlín la llamó intentando controlar a la loba, mientras está lo miraba el tildo un poco su cabeza mostrando el cuello, gesto que fue repetido por Jack. El problema era que la loba en el rincón que estaba se reía a carcajadas, como una hiena. Todo ese coraje era de Verónica solamente, a todos se les olvido, que ésta era mucho más peligrosa.

La sorpresa ante el gesto del guardían no fue poca para el Alfa y algunos de los que le acompañaban. Solo un par de betas habían sonreído ante el lío en que se había metido el idiota.

– Es la primera vez que un guardián admite a un lobo como dominante. – Carlín, pensó en el comentario que había escuchado sobre la reina y no tuvo que dar explicaciones. Solo se encogió de hombros y sonrió. Mientras Verónica no sabía qué hacer, ya que la loba aún se mantenía lejos de todo esto y le permitía tomar las decisiones. Aunque estaba segura de que se estaba burlando.

– Agradeceré caballeros que aparenten ser educados, si no pueden actuar como personas inteligentes, será mejor que se den la vuelta. Vamos a sentarnos y a dialogar sobre el hogar, si lo desean, para aclarar dudas. No es que tengan opinión que valga dentro de este proyecto.

– Sabe que no podrá hacer nada si no tiene el apoyo de un Alfa.

– Lo sé y este hogar tiene el apoyo de dos Alfas. – Esto dejo a muchos perplejos. Ninguna manada tenía dos alfas, eso era un suicidio.

– ¡MENTIRA…! Nunca ha habido nos Alfas… lo dices para engañarnos. – El lobo que había estado mirando con desdén a Derek desde el inicio se encontró con la sonrisa confiada de este. Lo que pareció provocarle mayor rabia. – Pedazo de mierda, te crees que no puedo partirte la madre porque estas con otra manada.

Él hizo un movimiento para ir directo contra Derek, para sorpresas de muchos este se cuadro para recibirlo en plan de batalla. Sin embargo, algo rápido y pequeño lo lanzó al suelo.

Nuestro para proteger… mi manada, mía para cuidar. Cachorro parece que deseas morir pronto. – las voces se mezclaban e iban al cerebro de todos los presentes.

– ¡Alfa!

– ¿Súper Alfa?

– Es mejor que nadie se mueva o este pequeño Alfa va a terminar con la cabeza llena de plata. – Luz se había movido junto con Verónica, se encontraba con un revólver phyton calibre .357, 8" de 1955, en muy buen estado, pegado a la cabeza del hombre que se suponía venía a dialogar. Verónica sabía de la existencia y que tipo era, ese era el tesoro de Luz desde que llego a ese lugar. Los otros dos lobos eran enfrentados por un Derek que sonreía y esto los había detenido en su carrera de ir a ayudar a su Alfa.

– ¿Luz? – La voz ronca era del único lobo que no se había movido dentro de esos segundos, ni siquiera había mirado dos veces las garras de la mujer que sostenía por el cuello en el suelo al idiota que había intentado morder más de lo que podía.

– Ok… les voy a decir las dos maneras en que esto puede terminar. Primero vamos a intentar actuar como personas civilizadas, ustedes harán sus preguntas e informarán al resto de los Alfas que es lo que se pretende hacer con estos hogares. O segundo, se regresan menos dos a explicar cómo carajo en una reunión que solo era buscar información la cagaron a la mierda por un idiota que no sabe cuándo callarse la puta boca. – Verónica miró directamente al idiota que tenía bajo su garra. – Ahora cuál opción caballeros, es la que escogerán. Aun no hay sangre corriendo, así que no lo piensen mucho. Más tu pequeño idiota, es mejor que te quedes callado.

– Considero que lo que está sucediendo en este lugar es algo que nunca había sucedió. Guardianes, una Alfa… lo que nunca había sucedido en nuestra historia y una ¿Cazadora? Juntos… esto es de locos. – El Alfa parecía intentar comprender lo que sucedía.

– La madre ha hablado, son pocos los niños que nacen puros y estos están siendo eliminados por mentes estrechas. Los guardianes estarán del lado de Verónica, nuestra Reina. – Todos los hombres lobos sabían quién era la madre, era por ello por lo que ante estas palabras todos abrieron los ojos, los lobos miraron a la mujer que no había soltado al hombre pero que los miraba como si fueran insectos. Nadie más que Luz podía saber que esa era la cara de póker de la mujer cuando estaba a punto de sufrir un corto circuito mental. Upss… Tú y yo tenemos que mejorar este proceso de comunicación. Pensó Verónica dirigiendo esta idea a la Loba que parecía no parar de reír en su mente.   

          – Caballeros no deseo un enfrentamiento, pero lo más importante son los niños. Estos deben estar protegidos y estamos dispuestos a trabajar para que tengan un hogar en el que sean aceptados. Lo que necesitamos de las manadas es que los envíen, no se les estará pidiendo manutención. – El Alfa miró a Verónica como si esta le hubiese salido otra cabeza. Tal vez era que al levantarse había arrastrado consigo el cuerpo del hombre que media casi siete pies. Este intentaba soltarse, pero no podía y más aún se tenía que agachar para que ella no le arrancara la garganta con las garras que habían sido liberadas aun en forma humana. Eso nada más hablaba de poder, él que llevaba más de cuatrocientos años vivo no podía hacer eso sin que el lobo tomara el control unos minutos luego.  

          – En qué carajo nos metimos.

          – No sé ustedes, pero esto puede ser tan tranquilo como ustedes quieran o tan… doloroso. – Estas palabras que salieron de Luz y la sonrisa cínica en los labios fue dirigida al hombre que aún la miraba sorprendido.

          – Luz… yo… ¿estás viva…?

          – Si mister obvio… no gracias a tu madre. Muy viva y con ganas de patear varios traseros si se meten con mis niños. – Ahí había una gran historia, Verónica se prometió buscar que había sucedido.

          – ¿Tus niños? Tienes una familia.

          – Sí… – Ella sonrió al Alfa y se movió cerca del hombre que parecía haber recibido la información como si hubiera sido un accidente triple en una autopista. –Te debo esto… –La pequeña mujer se movió tan rápido que el hombre no pudo verla patear sus piernas, lo que lo tiró al suelo para luego recibir un puñetazo en la quijada. –Yo era una niña de trece años, no tenía quien me defendiera y sabías malditamente bien que mi situación como hija humana me pondría en peligro si te acercabas. Tu madre hizo de mi último año con la manada un infierno por un beso que no pedí, que nunca entendí y que me marco como tuya ante la manada. Un hombre que luego desapareció, lo que todos aprovecharon, hasta que me vendieron al mejor postor. Regresa por donde viniste, aquí no eres bienvenido Dante.

          – Upss, ya esto se jodió… entre un idiota y un pedófilo, no sé qué más necesito en mi casa. Ahora Alfa, que desea saber. – Con estas palabras Verónica soltó un gruñido que provoco que varios de los lobos dieran un paso atrás. Incluso el idiota que estaba agarrado aun a sus uñas. El gemido de este al sentir como la piel era desgarrada no fue registrado por el Alfa. Estaba completamente muerto si daba un mal paso. Quien había dicho que era el más adecuado por su reputación de no comer mierda y de arrancar cabezas a los que jodían demasiado. Quisiera ver a cualquiera de esos débiles seudo Alfas parado frente a la Reina. Eso significaba que el Rey no estaba lejos, por ello pensó muy bien las palabras para expresar sus dudas.

          – ¿Los niños serán… parte de… experimentos? Serán… un nuevo ejército…

          – ¡CARLÍN! – Verónica sentía como la loba quería salir y arrancar la cabeza al idiota mayor de esta reunión.

          – Verónica es normal que piensen en eso y no sea preocupación por los niños lo que los mueva a hablar con nosotros. Es el único valor que ellos le ven a estas criaturas.

          – Yo pensaba que los humanos estaban jodidos con esa habilidad de cagarle la existencia a los niños. Pero esto es peor, mucho peor.

          – Te debí haber preparado, pero la verdad… no hay forma de saber que mierda aún piensan las manadas. – Verónica escucho el dolor en las palabras de Luz, miró hacia las montañas de su hermosa ciudad, pensó en si realmente estaba lista para luchar contra un mundo completamente nuevo. Ella no tenía tanta fuerza como para acabar con años de prejuicios, de maltratos…

          –Verónica… un niño a la vez…– Jackie susurró esas palabras y el viento acaricio su rostro. Era cierto, un niño a la vez. Pensó en el Lycan que se escondía en las montañas y deseo tenerlo cerca… la idea le sorprendió, pero el aullido que llego a ellos e hizo temblar a muchos de los presentes, le entibio el alma y supo que no estaba sola.

          – Poco a poco, trabajamos en la creación de un Santuario para estos niños, jóvenes y adultos que son diferentes y no tienen espacio en sus grupos. Nada más y nada menos. Los guardianes estarán ayudando en identificar y enviarlos en nuestra dirección. Lo que quiero de las manadas es paso libre para estos niños. Descubrí que algunos de ustedes tienden a… bueno a usarlos como elementos de cacería o juegos vulgares. – Verónica miraba hacia la montaña, esperando algún otro aullido que le diera mayores fuerzas. Sonrío al escuchar el llamado. – Los guardianes y algunos nómadas estarán haciendo el viaje con estos niños, se supone que hoy llegaría con ustedes uno de ellos enviado por la madre de Derek para supervisar el proyecto. – El movimiento de mirada llamó la atención de Verónica sobre el hombre que seguía tirado en el suelo y que miraba a Luz, como si esta fuera cortarle el cuello.

          – Mierda… esto sí que es risorio… tu un nómada, no me lo creo. – El horror y espanto en el rostro de Luz fue suficiente como para saber que esa no era una noticia bien recibida. Ella se acercó a Verónica sin dejar de mirar con odio al hombre que le cambio la vida y no para bien.

          – Bienvenido, ya te puedes dar cuenta que aquí si jodes, te joden… cada uno de los miembros de la familia se protege. No te metas con mi hermana y yo no te sacaré el corazón. Luego buscaremos otros arreglos. Por otra parte, no me interesa vivir con otras manadas, ustedes sigan como lo hacen y disfruten de sus reinos. Solo deseo libertad para los que deseen ser parte del Santuario.

          – Estás invitados a todos los…

          – Cuidado con lo que vas a decir Alfa… el respeto que podías ganar de mi parte se quedó en las preguntas que hiciste.      

          – Bueno los vampiros serán bienvenidos…

          – No tenemos contacto aún con ellos, pero si hay alguno que necesite un lugar para vivir en paz, será recibido.

          – Gracias por la invitación… nuestros números son menos. Pero la verdad no esperábamos estar incluidos. – La voz a la derecha de un hombre encapullado y que olía a flores no fue una sorpresa para Verónica, la sorpresa fue saber que era del clan de Vampiros.

          – ¿Tío? – Derek susurró con los ojos bien abiertos.

          – Hola retoño, es bueno verte fuerte y orgulloso. – Verónica miró al recién llegado con duda, no había notado la diferencia y ahora que se había acercado entendía la razón. Él olía un poco a Derek y a… bosque, pero sobre todo a flores. Nunca pensó que fuera otra cosa que un lobo con secretos. Carlín lo miraba con ojos enormes y un poco de susto. – Es bueno verte de nuevo Carlín.

          – ¿Printempo?

          – Algo así, pero eso es para dialogar luego. Ahora basta con que sepan que el Clan esta con este proyecto, mientras los niños sean tratados como lo que son, un tesoro.

          – ¿Pero Malcom?

          – Falleció… ya no tiene el control del Clan.

          – ¿Quién…?

          – Tienes que preguntar…

          – Mi padre… – Derek parecía querer sonreír o echarse a llorar.

          – Frost, es bueno verte…– El hombre se acercó a saludar a Jackie que miraba hasta ese instante con una simple curiosidad.

          – Mierda… Printempo ¿Tenías que abrir tu bocota? – Carlín parecía querer matarlo en ese lugar.

          – Pero el chico…

          – Cállate… solo cállate.

          – Carlín que está pasando…– El temblor en la voz del joven fue suficiente, Luz estaba a su lado y le colocaba el brazo sobre los hombros. 

          – Jack… es algo que debemos dialogar, pero con todo lo que ha sucedido no he podido hacerlo. Primero era peligroso por tu padre, ahora es que no hemos detenido el paso con tantas cosas que tener listas para el nuevo Santuario. – El hace mención a tus vidas pasadas como Frost, el guardián del viento del norte, o como lo llaman los humanos, invierno.


 

Capítulo 7

          Jack no podía creer que Carlín le hubiese mentido… más aún que solo le quedaban de quince a veinte años juntos. El viento daba vueltas a su alrededor, tan furioso y confuso como él se sentía. Siempre había escuchado la leyenda, siempre había pensado que podía creer en el pequeño Frost. Tanto así que le encantaba que su nombre fuera el mismo del mito. Pero hoy solo era un dolor de cabeza, una mentira más de los adultos.

          – Jack, si no dejas de jugar con el viento me tendré que ir dentro. Esta más frío de lo normal. – Hiana le había hecho compañía en silencio por más de dos horas. No había dicho nada, pero al mirarla podía ver que ciertamente sus labios un poco lila avisaban que tenía mucho frío.

          – Lo siento Hiana. La verdad no sé qué pensar de todo esto.

          – Carlín estuvo allí cuando lo necesitaste, estuvo para tu mamá. Ahora la pregunta… tu enojo te va a alejar de él, cuando más te necesita.

          – Mierda chica, no te aguantas las palabras.

          – Ninguno de los dos tenemos tiempo para estar moviendo la mierda. Esto es fácil, entiendes por qué no te dijo nada. Comprendes que no lo hizo para hacerte daño. Si no lo comprendes, qué vas a hacer, vas a preguntar que más se esconde bajo las sombras o vas a meter tu cabeza en el roto más cercano. – Hiana había estado pasando demasiado tiempo con los gemelos, estos eran salvajes en sus conversaciones. Eran un muy mal ejemplo, en especial en la biblioteca. Fuera de esta volvían a ser propios y educados. Por lo menos uno de ellos, el otro no hablaba. Pero eso no lo tenía que saber nadie más, solo Jack, que había sido quien le había ayudado a comprender ese cambio de personalidad tan drástico. Ella había sido aceptada como familia, así que no había razón para esconder todo lo que eran.

          – Bueno con eso no puedo quedarme más tiempo acá escondiendo mi cabeza.

          – Vamos, sabes que ese hombre da todo lo que es por ti. Así que no hay forma de tu hacer menos. – Jack sonrió ante esa idea, era cierto, ni siquiera su padre había sido incondicional.

          – Bueno es mejor que me regrese a casa de Luz. Sabes que este fin de semana los esperamos para una parrillada. No puedes faltar. – Hiana asintió y comenzó a caminar hacia la casa, tuvo que guardar una carcajada ya que en la puerta estaban los gemelos con Sofia en brazos. Los tres parecían haber estado a punto de salir a buscarla. – Jack… cada uno de ellos es maravilloso, han hecho tanto por nosotros. Estoy segura de que ya llegará el momento para que podamos devolver tanto… amor.

          – Cierto… es hora de que yo hable con el hombre del bosque. – Hiana sonreía mientras lo veía correr hacia el borde del bosque que estaba cerca de la casa de los gemelos. Lo vio desaparecer, no era la primera vez que lo hacía, pero siempre le dejaba la sensación de que la magia estaba alrededor de todos ellos. Solo había que saber como buscarla.  

*        *        *

          El bosque lo recibió nuevamente con los brazos abiertos. No había duda de que era el lugar donde cualquiera que tuviera afinidad con la naturaleza podía ser protegido. Lo extraño era la energía que ahora se movía a través de cada uno de los árboles, se sentía viva, como si una melodía se moviera a través de todas las raíces. Era como si tuvieran una canción propia, lo había notado la noche que llegó Printempo, este ser que parecía tener la mente en otro lado y la boca muy grande, como explicó Carlín. Éste había provocado un gran alboroto a través de toda la montaña. Aun la energía seguía moviéndose a través de la tierra misma debajo de sus pies.

          – ¿A dónde vas corriendo Frost? – Los pasos se vieron detenidos ante la imagen de Printempo casi desnudo junto a un Carlín que dormía desnudo en una cama de tierra. Esto por poco le provoca un ataque cardiaco.

          – ¿Qué sucede? – Carlín parecía haber muerto y estuvieran a punto de enterrarlo.

          – El muy idiota no ha dormido en la tierra por más de una década lo que ha sido un problema con tanta concentración de metales a su alrededor. En la tierra podrá estabilizar las energías que van con ser el guardián del otoño. Tú deberías hacer lo mismo Frost. – Jackie con la imagen que tenía frente así, se había olvidado de corregir al idiota sobre su nombre.

          –¿Eso ayudará a Carlín?

          – Claro que sí, de esa manera aprenderás a balancear la energía que conlleva ser el invierno en la tierra. Carlín no tendrá que hacerlo por ti y de una vez posiblemente sobrevivas sin enloquecer tu transición.

          – ¿Estás loco?

          – Eso creo… mi despertar no fue normal y no me tocaba ser primavera, ese trabajo era el de mi gemelo. Pero bueno… es lo que pasa cuando la madre necesita de nosotros y vemos a quien amamos morir en manos de locos. – Jack quiso preguntar a qué se refería, pero no había forma de abrir esa herida sin tener a alguien que le pudiera ayudar a sanarla.

          – Ok… pero sigo pensando que esto es de locos. ¿Qué es lo que debo hacer?

          – Ve al lado de Carlín, coloca tus manos en la tierra y pregunta si te puede dejar descansar en los brazos de la madre. Si la tierra se abre para ti. Eso significa que podrás descansar como nosotros, sino se abre, podrás aun descansar, pero no podrás hacer las conexiones con la naturaleza como un guardián maduro. – Jack hizo lo que el guardián le había recomendado y sintió como la tierra lanzaba energía a su cuerpo, lo que provocó que un gemido escapara de sus labios. Carlín intento moverse como si sintiera la necesidad del joven que a su lado parecía haber sido hechizado por la conexión con la tierra. – Niños… bueno te ayudo a quitarte la ropa para que descanses. Jack enrojeció al sentir como la ropa era eliminada, no por estar desnudo sino por todas las cicatrices que podían verse con la luz del atardecer. La tierra mientras se abrió dejando espacio del tamaño de Jack al lado de Carlín que había vuelto a quedar tranquilo en su sueño.

          – Falta algo… no sé qué es… pero…

          – Sí… Sumestiu… no sé cómo se llamará en su nueva vida. Pero entró al ciclo de vida hace unos cuatro años. En estos momentos debe ser un bebe. Una de las razones por las que estoy yo ayudando, en el lugar de él. – Jack asintió viendo las lágrimas caer por el rostro de ese pequeño loco que había llegado a mostrarle su realidad como guardián.

          – Carlín has estado guardando mucha información.

          – No debes culparlo, normalmente estamos en parejas para que la soledad no nos… ahogue. Pero tú no habías llegado durante varias décadas.

          – ¿Yo y Carlín?

          – Si al igual que Sumestiu y yo. Tal vez sea la primera vez que las cuatro estaciones que ha establecido nuestra madre naturaleza estén todas juntos. Pero el tonto de Carlín no ha descansado lo suficiente así que su cuerpo humano no podrá soportar mucho más.

          – Por eso los quince años.

          – Sí… estamos hechos para sobrevivir doscientos años o un poco más, pero debemos tener cuidado de como usamos la energía que nos rodea, nosotros no generamos energía solo utilizamos lo que la naturaleza nos permite. Este proceso depende de un balance delicado entre madurez, energía y lo que nos rodea. Este lugar será idear para los guardianes sanar. Han hecho un buen trabajo cuidando el mismo. Pero la verdad muy pocos guardianes recuerdan cómo hacer estas conexiones. Ahora descansa luego los despierto. –Jackie supo que había mucho más que debía preguntar, pero no había forma de hacer esas preguntas cuando su mente ya se movía en otra dirección. Carlín había estado solo por muchos años. No lo dejaría solo nuevamente.

          La tierra le abrazó en cuanto su cuerpo estuvo en el suelo, la sintió moverse y amoldarse a cada contorno de su cuerpo de catorce años. Sabía que era más delgado que los demás jóvenes, Luz se lo había dicho en cuando llegó al hogar. Pero pensó en Carlín, en cómo en los últimos meses había bajado de peso, incluso había perdido el color acanelado de su piel.

          La sensación era como si miel tibia recorriera su cuerpo, Jackie sonrió ante la sensación, el clima era frío ya que el viento seguía jugando con ellos, pero el sol de la primavera y el otoño le acompañaban en ese viaje. Una mano le toco en el hombro y esto hizo que él se sobresaltara.

          Hola mi niño…

¿Mami?

Sí y no…

– No entiendo.

Soy más que tú mama, pero ella ha dejado algo aquí conmigo para ti. Ella entró al ciclo de la vida.

¿Oh…? ¿Estoy soñando?

Sí y no bebe… es un poco de sueño, pero más que eso es un estado en el que tu entras en mis brazos. Eres uno de los más jóvenes que lo logran. Pero sé que no has tenido una vida fácil. No sabes el dolor que me provoca que existan muchos que aún no entiendan el regalo tan grande que son cada uno de los bebes que nacen en este mundo. Los padres lloran conmigo por cada perdida… pero siempre llega alguien como tú, como Carlín, como Verónica que nos dan esperanza como padres ante un mundo que es tan cruel.

¿Madre… por qué lloras?

Un poco de felicidad por qué has podido llegar a mis brazos, lo que podrá tal vez salvarte mí bebe. Por otra parte, es un poco de sentirme frustrada ante no poder hacer mucho por cada uno de mis hijos. Estará en tus manos el nuevo hogar. Sé que no será fácil, pero Verónica no sabe lo que estará llegando a su puerta pronto. Más aún tendrá una lucha ardua que hacer para que nadie haga daño a los seres que serán colocados en sus manos. Serán muchos los que no querrán el cambio que se avecina, pero es hora ya que el mundo temblara y serán muchos los que saldrán del ciclo de la vida.

No sé qué hacer, no creo estar listo.

No tienes que estar listo mí bebe, la realidad es que tu corazón tiene claro que eso que recibe debe darlo hacia adelante. Ya tienes una gran familia. Las niñas que han cuidado de estos hogares serán unas grandes maestras. Los elementos pronto estarán ante ustedes y serán quienes podrán ayudar a Verónica a defender este paraíso. Los dioses están al tanto del llamado y cada uno de ellos prestará su fuerza. No creas jamás que estarás solo, aun cuando tu mundo sea roto en mil pedazos.

– ¿Todavía queda mucho dolor…?

Si mi bebe, pero como todo, es pasajero y créeme te hará más fuerte.

Madre, estamos rotos, como podremos ayudar a otros.

Mi niño quién, que no ha sido lastimado puede sentir empatía por un alma que llora y sangra.

           Jackie podía sentir que sus cuerpos sobre la tierra no estaban solos, había una fuerza tan en sintonía con la naturaleza misma que invadía ese estado de descanso, pero se hacía sentir como lo que era. Un guardián.

          Bien madre… llegue a tiempo sigo sin confiar en tus humanos, pero de igual forma no se puede confiar en las manadas. El viento le acaricio el pelaje y el gran lobo cerró sus ojos mientras se acostaba cerca de los tres hombres que completamente desnudos se entregaban a la tierra. La naturaleza misma mantenía a todos los demás lejos de ese lugar, pero cada uno de ellos era tan importante que dolía la sola idea de no ser capaces de cuidar de cada uno de ellos.

          El frío viento volvió a recorrer su pelaje, como si agradeciera la protección para su expresión humana, Frost.

Nada que agradecer, Frost tiene su trabajo cortado para él y serán muchos los cachorros que necesitan que él este fuerte y estable.  Después de ese pensamiento dejado en libertad dejo que el sonido del bosque le arrullara hasta quedar también un poco adormilado.


 

Capítulo 8

          Tal vez por la edad, quizás por ser el que más cerca estaba del lobo, fue el primero en abrir los ojos, al hacerlo el lobo que había estado a su lado tranquilo, se puso en pie y dio un salto lejos de los cuerpos.

          – Gracias por cuidarlos. – Jack susurró al lobo, al cual vio desaparecer para ver en cuclillas a un chico un poco más alto que él, los ojos negros y el cabello crema eran compartidos con el lobo. Así que no había duda de quién era.

          – De nada hermano. – La voz era ronca, como si no estuviera acostumbrado a usarla.

          – Interesante, eres más pequeño de lo que imaginaba.

          – Fenrir es mucho más grande, ya que es un lobo adulto. Aunque me ha dicho que aún no tiene su tamaño completo.

          – Mierda… esa cosa será enorme. – Jack vio como el niño gruñía ante el uso de la palabrabota. –Jey no lo puedes negar, además que dirías tu encontrándote con algo así de grande mientras corres en el bosque.

          – No debiste escapar de ella. De esa manera él no hubiera intervenido.

          – ¿Dónde está lo divertido en eso? Los adultos deben saber en qué se están metiendo cuando desean ser parte de nuestra vida. No somos fáciles, pero eso sí, tampoco aburridos. – El chico con ojos negros parecía sonreír ante la imagen que tenía frente así.

          – Eres un dolor de cabeza completo. ¿Verdad?

          – Culpable. ¿Por qué no has hablado con Verónica?

          – Eso es cosa de Fenrir. Yo la encuentro fascinante, pero no entiendo muy bien que está haciendo él alejándose de ella. Así que por ahora respeto ese deseo. – Jack se comenzó a vestir y se dispuso a sentarse a esperar a que Carlín y Printempo despertaran. – Verónica te está buscando… estará pronto aquí.

          – Mierda… ¿qué hora es?

          – Pronto estará el sol saliendo… ¿Por qué?

          – Soy hombre muerto. Las madres me van a patear el trasero. – El otro joven asintió mientras sonreía. En lo que tomo aire su cuerpo desapareció para estar ante Jack el lobo con el que había despertado. – Gracias de nuevo… es mejor que te vayas… el viento se encargará de borrar tu rastro.

          No lo había terminado de decir, cuando el lobo salió corriendo y el viento hizo justo eso, comenzó a dar vueltas en el lugar dispersando lo mejor que podía el olor del compañero que había cuidado de los guardianes.

          – ¿Qué carajo les pasa…? ¿Por qué están sin ropa? – Verónica tenía en sus manos un pequeño bulto, por lo que podía ver era un kit de primeros auxilios.

          – Lo siento Verónica, necesitan contacto con la tierra para balancear las energías internas. Parece que Carlín no lo ha hecho durante décadas. – Jack no le dijo que él también había estado de igual forma, pero la mirada de ella con la ceja alzada le decía que no había forma de esconderle esa información. La vio levantar la mirada y con rapidez mirar en dirección en la que había desaparecido Fenrir.

          – Tienes mucho que explicar Jackie.

          – Bueno puedo intentarlo, pero creo que lo mejor es esperar por Printempo, él fue el de la idea y no tengo muy claro si lo que yo vi, escuché o sentí es real. – Jack miró de nuevo al mencionado, este parecía querer despertar… Carlín aún no se movía ni un poco.

          – Te voy a conseguir un teléfono… o mejor aún un maldito grillete.

          – Mucho metal… recuerda, guardián en proceso.

          – No hay forma de cogerte. Luz está a punto de un ataque cardiaco. Más aun después de encontrar la casa de Carlín vacía.

          – Cómo diablos la encontró sin ser invitada.

          – No digas nada, pero creo que esa mujer ha estado escondiendo mucho más de lo que aparentaba. Nunca la había visto ser violenta, si algunas de las historias de Rey son ciertas, la sangre ha corrido en más de una ocasión desde la llegada del lobo nómada. – Jack asintió aun podía ver como la mujer se había movido para golpearlo en esa primera reunión que había cambiado la vida de alguno de ellos. – ¿Qué hacía el Lycan aquí?

          – ¿Fenrir? Estaba cuidando de nosotros.

          – ¿Fenrir…? Ese es el nombre de él.

          – Bueno del lobo. El joven no me dijo cuál era su nombre. Si entiendo un poco lo que sucede contigo, la vida en un cuerpo compartido por dos. Algo así como el espíritu de un lobo viejo.

          Chico listo…Sí lo es. – Pensó Verónica en respuesta a la afirmación de la loba que compartía su cuerpo.

          – ¿Cuál es el nombre de tu loba?

          – Es esa es una buena pregunta… Pequeño me han llamado por muchos nombres a través de la historia y al igual que tú, soy un ser que crece con cada vida. Pero llevo mucho sin estar en la tierra.

          – Eso se siente extraño, es tu voz, pero no estas moviendo los labios así que sé que no eres tú la que estás hablando.

          – Lo sé, no tienes que decirlo dos veces como para yo saberlo, ya que a cada rato me vuelve loca. No te quejes… a la hora de la verdad no molesto tanto como los naturales. Sí lo sé… pero no dejo de pensar que estoy loca, sino fuera por el cambio de forma una vez al mes. O cuando necesitas una buena nariz.

          –Es gracioso, ella me está permitiendo escucharle, pero sin la voz de ella diría que estás completamente loca. ¿Cuál fue tu último nombre?

          No era un nombre en sí. Me llamarón Luperca, por el nombre de la cueva que fue el centro de nuestra manada en el Palatino.

          – Raro… ¿Cómo te vamos a llamar…?

          Los nombres son cosa de los hombres, Verónica me dice loba y con eso es suficiente…

          – Lovera, sería bonito.

          – Tengo miedo de preguntar que significa ese nombre. – Murmuró Printempo, sonriendo ante la imagen de la mujer que no se inmutaba ante la desnudes de ellos. – Jack es ridículo que te lo diga, pero deberías vestirte por aquello del frío, con ropa de invierno.

          – No es el único, por qué Carlín aún no despierta.

          – Estaba mucho más agotado y de seguro la madre aún no quiere soltarlo. No podemos negar que es uno de sus favoritos.

          – ¿Favoritos?

          – Sí… Carlín siempre ha sido un norte para todos nosotros, la madre nunca ha estado lejos de él. – Printempo sonreía mientras podía ver como la tierra se movía bajo el cuerpo del mencionado.

          – ¿Qué se espera de nosotros? – Jackie no pudo evitar preguntar, ya que tenía la sospecha que ese loco sería más sincero que Carlín.

          – Tenemos vidas largas, la naturaleza misma es parte de lo que somos. En lugares donde es más pura podemos hacer cosas maravillosas. Sin embargo, esos espacios cada vez son menos gracias a los descuidos y ambición humana.

          – ¿Qué tan largas?

          – Yo tengo cien años, como soy parte vampiro no sé qué tanto pueda vivir. Pero mi hermano era humano con la esencia de la primavera. El murió a los cincuenta, había estado defendiendo a una joven vampiresa, la última que había nacido en nuestro clan. Los humanos no deben hacerse sentir ante los nobles, pero mi hermano tenía cierta libertad por haber sido escogido como guardián. – las lágrimas rojas que bajaban por el rostro habían sido una sorpresa para Jackie y Verónica, sin embargo, ninguno tenía palabras para consolar esa alma herida.

          – ¿Puedes hablar de lo sucedido?

          – Nadie sabía que teníamos una conexión psíquica, así que compartíamos información. A mí me enviaban a visitar los diferentes clanes, Malcom siempre deseaba tener el control. La verdad nunca pensamos que todo se saliera de control. Alicia, que así se llamaba deseaba desposar a un humano, el infierno despertó cuando solicitó el cambiar su residencia. Malcom, mató al hombre delante de ella, lo que la destruyo por completo, nadie se atrevió a decir nada, solo mi hermano que detuvo la cruel tortura. Fue suficiente, este recibió el castigo dirigido a aquellos que han matado a un rey. Fue cortado poco a poco, yo grité por él, no pude moverme… pero él no le dio gusto a Malcom. Eres un monstruo y la madre lo sabe, nuestros hijos no llenaran los vientres de nuestras mujeres por lo que has hecho. Tu odio a la luz será tu perdición. Esas fueron las últimas palabras de mi hermano. Poco después cortaron su cabeza, lo que no sabían era que la energía de mi hermano había llegado a mi cuerpo.

          – Printempo, no estás solo…

          – Carlín, porque no me sorprende que mi dolor te despertará.

          – Hermano, así somos. La madre también siente tu dolor, Verónica nos va a ayudar a que ningún hermano pase por lo que tú has pasado.

          – ¿Yo? No sé cómo ayudar… hasta que él llegó, no había creído en los vampiros.

          – Solo se tu misma niña. La realidad es horrible, tanto para los guardianes, como para todos los niños de este mundo.

– El mundo es muy grande Carlín…

– Sí lo sé, pero tienes a la madre de tu parte, tienes a un Laycan y más aún tú unificaras a los hijos de la luna. Jack, vivimos mucho, pero tendemos a caminar juntos unos cien años, mientras unos duermen y vuelven al ciclo de la vida, otros caminan ayudando donde pueden a la madre. Yo solo tengo unos veinte años más. Es natural, es nuestro viaje.

          – Pero yo desapareceré en unos años así que no importa.

          – Jack… tu no desapareces, tu vida enriquece la visión de Frost. Esa esencia comparte contigo lo vivido, a su vez es parte de tu alma. No es como un vestido de Jack. Es algo más parecido a lo que está viviendo Verónica, sin una dualidad definida.

          – Eso dilo por ti…

          – Printempo, tú eres una anomalía a nuestras reglas. Eres lo que se supone no sucediera, pero la verdad creo que eres lo que necesitamos. Siento mucho tu perdida. Gracias por ayudar a derrocar a Malcom. Sé que fue difícil.

          – Nunca fue realmente nuestro rey. Pero al rey haber sido emparejado por la luna con una loba, bueno… ya sabes lo que sucedió.

          – ¿Crees que debemos decirle a Derek quien es realmente su padre?

          – Creo que lo sabe desde que la madre fue en busca de éste.

          – No lo dudo, una dominante no dejaría a su hijo sin una explicación. Tienden a ser muy protectoras, de seguro por eso fue por lo que no lo llevó con ella.

          – Créeme Derek sigue estando a salvo, porque nadie sabe de su existencia. – Printempo murmuró, lo que provocó que tanto Verónica como Lovera, gruñeran. ¿Lovera? ¿Ya me quedé con ese nombre? Está raro. Es mejor que Luperca. Cierto, hay que mantener a Derek a salvo. Sí.


 

Capítulo 9

        La noche había caído y Jackie seguía sin confiar muy bien en ese ser que despertaría dentro de su cuerpo al cumplir los veinte. Pero lo que más le afectaba era el hecho que Carlín aun cuando aparentaba solo tener unos treinta años, se veía cada vez más cansado.

          – Printempo, Carlín descansó, no se supone que este más… con más energía.

          – Sí, pero el muy terco aún no hace caso.

          – ¿Qué sucede?

          – Tus poderes no se supone que hubiesen despertado. Lo más seguro es que no sobrevivas tu transición si esta se adelanta. Pero el mundo no puede estar sin otoño e invierno al mismo tiempo. Las sequias y el peligro para los glaciares es demasiado.

          – ¿Tan importante es la existencia de los guardianes?

          – No entiendo muy bien cómo es que llegaron a ser. Pero tengo entendido que aun cuando la tierra era joven y el humano caminaba con los dioses. En ese tiempo eran muchos los que cuidaban de la naturaleza. Esta era una manifestación natural en los hijos de la tierra. Los padres creadores habían visto que esto sería necesario en nuestro planeta. Algunos dioses crearon lo que los humanos necesitaban, los padres que habían creado a los dioses, y estos al enamorarse del mundo habían seguido creando lo necesario. Sin embargo, muchos humanos dejaron de caminar con los dioses, de cuidar la naturaleza y se envolvieron en guerras que destruyen el balance.

          – No entiendo…

          – Yo tampoco y lo que me contó mi hermano nunca tenía sentido. Para él era una película a todo color, para mi es más un grupo de datos que no tienen sentido.  

          – Cómo podemos saberlo…

          – Te puedo contar lo que él me dijo, luego tú hablas con la madre. – Jackie asintió, no le quedaba mucho más y la verdad no creía ser capaz de comprender lo que el mundo esperaba de los guardianes. Él era un chico de catorce, bueno casi quince, el mundo era demasiado grande como para preocuparse por todo lo que en éste sucedía. – Nuestro planeta no despertó… los padres al ver que el nucleó de nuestra tierra no se movía, con gran valor decidieron dar su esencia para que este despertara. Cuatro hermanos, uno en el centro de la tierra, otro protegía el planeta de las fuerzas del espacio, otro inició los ríos, y el último se movió a lo más profundo del gran bloque de hielo que eran nuestros océanos. Listo para iniciar la vida. Millones de años pasaron y los padres, al ver que la tierra podía sostener la vida crearon seres de ensueño, grandes y majestuosos, que caminaron la tierra, junto a ellos lo que nosotros podemos llamar los primeros humanos caminaban cuidando de lo que habían creado.

          –¿Quiénes eran los padres…?

          –Ni idea… mi hermano nunca me dijo el nombre. Lo que, si te puedo decir Verónica, es que el mundo fue poblado poco a poco por estos seres que creen fielmente en el balance. Un balance que las diferentes creaciones han destrozado. No solo los humanos. Millones de años pasaron, el mundo cambió, hoy algunos hablan de un meteoro, los hijos de la tierra hablan de una guerra entre los dioses que fueron creados para proteger la tierra. Los padres fueron atrapados en grandes montañas del mundo, en un intento de tomar el control de la tierra. Pero poco antes de que esto sucediera, llego a la tierra Nomun. Ella se convirtió en la primera guardiana de la naturaleza. Al notar la necesidad del mundo y los humanos, fue creando a los guardianes. Tiene la capacidad de sus padres de crear, pero a su vez la energía es agotada de forma constante.

          –Ok… ya me perdí. Los padres están atrapados y nadie los ha liberado.

          –Lo sé es una locura, hoy en día nadie sabe que sucedió con ellos. Lo que si te puedo decir es que los guardianes mantienen el balance en un mundo que se supone nunca hubiera despertado.

          –Por eso dicen que el proceso de la vida en el planeta es cosa de extraterrestres.

          –Si… todas las criaturas han buscado encontrar una justificación para su existencia, de igual forma han estado buscando respuestas sobre el lugar en que provienen. Los que somos parte de la comunidad paranormal, nos alejamos siglos atrás de los humanos, ya que estos tenían una obsesión por adorar seres con mayor fuerza que ellos, pero a su vez destruir todo a lo que le temían. Sin embargo, al alejarnos de los humanos, los prejuicios contra las otras comunidades fueron en aumento. El problema que ha resultado de esto ya lo puedes ver en la necesidad de crear un hogar para los niños que son diferentes.

          – Creo que hay muchos huecos en esa historia, no entendí nada.

          – Tiene huecos eso es de saberse. Yo no escucho a la madre, la siento en mis descansos, ya que no soy parte del proceso natural de los guardianes. Puedo recuperarme, pero no puedo escuchar sus historias y lo que te he contado fue lo que mi hermano llegó en su momento a compartir conmigo. – El dolor en su mirada era suficiente como para poder entender lo mucho que le lastimaba aún la pérdida de su hermano.     

          – Gracias por compartir con Jack nuestra historia. La verdad no pensé que estaba tan agotado. – Carlín los miraba aún sentado en la tierra con una sonrisa en los labios. Jack se lanzó a sus brazos murmurando disculpas incomprensibles y promesas sobre portarse mejor. – Jackie, no espero que cambies, yo estaré contigo en el proceso y no seré el único. Ahora eres parte de una manada. Eso significa que tienes una familia que cuidará de ti, a su vez necesitan que cuides de ellos.  

          – ¿Cómo voy a cambiar?

          – No lo sé, cada uno de nosotros lo hace de forma diferente. Lo que sí te puedo decir mi pequeño invierno es que la vida está de tu parte. Eres fuerte para sobrevivir, para luchar y para construir una vida rica de emociones. Luego de la transición debes tener cuidado con las creaciones humanas. Todo lo que tenga hierro puede ser peligroso.

          – Niños, tengo que llevarme al pequeño, tiene problemas con las madres de los hogares y debe alimentarse. Además, el que estemos todos con pocas ropas no es gracioso. Solo me puedo imaginar los comentarios de nuestros vecinos. –Verónica explotó a reír, se imaginaba la cara de algunos de los hermanos con los que había crecido. Esto era de locos. La loba se carcajeo con ella entendiendo el retorcido sentido de humor. Una loba, un vampiro, un hombre del bosque y un chiquillo… todos con poca o sin ropa, era para que varios de sus hermanos perdieran la cabeza tratando de proteger a la damisela en peligro.  

          – Verónica no tenía mucha opción de salir de los brazos de la madre. Siento haber preocupado a Luz. Pero tampoco me gustaría tener que explicar que estaba haciendo.

          – Yo tampoco quiero explicarlo, pero creo que no será la única vez que lo estés haciendo. Así que la mejor manera de evitar dolores de cabeza en el futuro es ser franco desde ahora. Solo tienes que avisarle a ella, en esos momentos me llamas y salimos juntos. Así los compañeros de casa no van a sentir que no hay castigo por desaparecerse solito. – Jackie la miró y tuvo que admitir que era cierto.

          – Este mundo se te hace demasiado fácil.

          – No mi corazón, es que no tengo tiempo para jalarme de los pelos y perder la cordura. Terminamos con un caso y tenemos cinco más en lista para trabajar. A parte tenemos que detener al Lycan de crear más lobos y por supuesto la llegada de otros alfas a nuestras puertas buscando pleito. Créeme, tenemos las manos llenas y los bolsillos también. Hay cosas que tienen que esperar. Los hogares regulares están funcionando no al máximo de su capacidad, las madres siguen trabajando con los futuros padres, pero los niños siguen llegando así que nuestros hogares no se vacían. Tenemos la suerte que dos de mis hermanas han regresado y estarán tomando puestos administrativos para ayudar a que los hogares continúen. Lo malo de estar cocinando tantos platos es que lago se puede quemar, Derek esta ayudando con lo de las investigaciones así que es una tranquilidad extra en este mundo de locos. También podemos…

          – Espera, eso es mucho… no deseas explotar en alguna ocasión…

          – Bueno eso no quiere decir que no me tire al suelo de vez en cuando a llorar como una niña y a gritar sobre lo injusto que es el mundo. Pero es cosa de ponerme en pie, sacudirme la ropa, las manos y volver a trabajar. De que vale llorar por la leche derramada. Muchas veces los hogares son el último refugio para jóvenes que no han encontrado un hogar. Antes era más difícil, limitación de espacio significaba que niños y jóvenes se tenían que quedar fuera. Gracias a los procesos administrativos seguimos creciendo, tanto que mira ahora tenemos espacio para los niños de la sociedad paranormal. 

          – Creo que entiendo. Pero no sé cómo no has terminado loca. – Jackie podía ver en Verónica las acciones de su madre cuando sentía que no podía más. Los abrazos con fuerzas, susurrar palabras de amor en su oído. Para ponerse de pie de nuevo, sonreír y volver a la carga. Era difícil olvidar el amor con el que volvía a trabajar en la casa, ganar dinero y sobrevivir a los tratos crueles de un hombre. Pero siempre se ponía en pie. Siempre buscaba la solución, podía ser no la correcta ya que no era perfecta, pero siempre buscaba crear espacio para ambos poder crecer. No somos perfectos, cometemos errores, lo importante es aprender de ellos y cometer nuevos.

 


 

Capítulo 10

Preparar la casa fue fácil, demasiado fácil. La madre de Derek había enviado a un batallón de hombres y mujeres. Entre los nuevos llegados había una loba y vampira que eran pareja e intentaban proteger los hijos de ambas, ya que el alfa de la mamana las había tenido como concubinas… sí concubinas, éste las perseguía donde quiera que se metían. Ellas llegarían luego con alguien de los guardianes.

El problema real de la creación de ese espacio estaba siendo el asunto legal, no humano. Había muchos alfas y jefes de vampiros que deseaban meter las manos en el proyecto. Sin embargo, el padre de Derek había enviado varios guerreros que le eran fiel con una cantidad de dinero indecente. Sin duda el Santuario de Amor, que había creado su abuela había evolucionado.

Lo que era aún extraño, era ver la cara de amargado de Derek, ante los gestos de respeto de los vampiros. Era como si éste fuera una extensión de su padre. A su vez esto había obligado a Derek a endurecer sus gestos, solo volvía a mostrar dudas y miedo con la manada. Había quedado claro que estos vampiros esperaban que Derek creara un hogar para ellos, éste lo veía como un proyecto imposible ya que nunca había compartido con vampiros, así que no sabía nada de su cultura. Printempo, comenzó a pasar tiempo con la manada en un intento de preparar a Derek para lo que su padre deseaba, integrarlo a los clanes. Este tendría que tomar un lugar en el clan tarde o temprano. Lo que nadie había esperado es que muchos de esos guerreros habían sido encarcelados y torturados por seguir creyendo en el padre de Derek. Al ser liberados necesitaban una misión que pusiera en perspectiva tantos años de dolor. Derek sabía lo que era el dolor he intentaba ponerse en el lugar de ellos. La unión de tantos necesitados de sanar era una locura, pero muchas veces eso era justo lo que se necesitaba. Seres que conocían lo que era el dolor. Ella escuchó el susurró de Jackie, que parecía sentirse fuera de lugar en rodeado de adultos en esa reunión.    

 – Verónica, creo que debemos hablar con Carlín… Yo no voy a poder ayudar mucho con los jóvenes guardianes.

– Jackie sé que es un poco confuso. Pero no esperamos que estés criando. Solo que muestres el camino a la cultura que estas aprendiendo a amar. Si hay algún consejo sobre la casa será bien recibido. – Jackie asintió. Él había sido la nueva aparición a la mesa de discusión de ese nuevo hogar. Carlín había solicitado su presencia, sin dar muchas explicaciones solo que era necesario que él estuviera preparado para la responsabilidad que les estaba llegando.

– La verdad mientras crecía, era más importante tener salidas de emergencia como lugares donde esconderme mientras estaba en el bosque. Era importante que él no me encontrará, si lo hacía… me usaba para obligar a mi madre a hacer cosas que ella no quería. Así que no sé cómo puede ayudar mi experiencia. – Jackie tenía los ojos cargados de lágrimas, que se negaba a liberar. Verónica asintió y con dolor en el alma se preguntó por qué no se habían enterado de esta familia antes.

– Eso es precisamente lo que necesitamos Jackie. No tendremos una persona dañando a estos niños, pero de seguro tendremos varias personas que pueden pensar en utilizarlos. Esto sin hablar de los fanáticos que no desean que lo híbridos tengan un espacio en la comunidad. Isaac, el diseño puede añadir varias salidas de la casa y la construcción de espacios lejos de ésta, donde los niños estén protegidos ante una necesidad imperiosa. – Isaac asintió y sonrió con tristeza. Entre Luz, Rey y el lobo nuevo, Dante, le estaban rompiendo el corazón, pero ninguno podía hacer nada para detener ese tren a punto de estrellarse. Pensó Verónica viendo lo pálido y delgado que se veía, esas semanas habían sido duras para todos ellos.

– Se puede hacer, pero debemos traer a los nuestros a trabajar en esas áreas. – Verónica asintió y supo a lo que se refería. – Carlos no está lejos con su equipo de trabajo y el ochenta por ciento de la cuadrilla han sido nuestros. Así que tal vez se pueda hacer algo.

– Luz cuando llega la primera niña.

– Hoy en la noche, no llega sola, tengo entendido que han enviado a las dos mujeres con sus hijas, eso fue lo que menciono Derek. Cinco en total, la cabaña de tu abuela esta lista para recibirlas y Dante ha preparado el perímetro para que nadie pueda pasar sin que éste se entere. Hubo una solicitud especial, esperan que un guardián esté presente para recibir bueno a… Mellea.

– ¿Hay problemas con ella? – Verónica deseaba evitar cualquier situación que pusiera en peligro la vida de la niña.

– Creo que, si entendí bien, ella es el problema.

– Le diré a Carlín…

– No… es mejor que él siga descansando. Yo iré contigo en la tarde.

– Perfecto. – Verónica vio como todos iban saliendo y sintió un poco de paz. Todo estaba cayendo en su lugar y esperaba tener un poco de tiempo antes de la próxima crisis.


 

Capítulo 11

Verónica apretaba el guía del auto con fuerza, tanto que los nudillos estaban blancos. Parece que las primeras invitadas del mundo paranormal habían tenido un accidente en el camino. Algo provocado por el Alfa idiota, que las perseguía. El problema, Mellea había visto como intentaban robarse a su nueva amiga y había hecho chicharrón al sinvergüenza. Ahora ella estaba en un tipo de coma, en el que no podían acercarse a ella porque su poder de fuego la defendía.

          – ¿Jackie qué te dijo Printempo?

          – No mucho, solo que Prometeo podría ayudarla, ya que era su padre. ¿Sabes si la llevaron a un claro de tierra y dejaron que nuestra madre la recibiera?

          – Tengo entendido que así ha sido, pero la verdad no entiendo eso de nuestra madre… Lo sé pequeña, con el tiempo podrás tener esa conexión en estos momentos es suficiente con que yo solamente la tenga. Debes saber que, con cada decisión, haces a nuestra madre feliz. Prometeo no estará muy lejos.

          – Hola Lovera, espero estés bien. ¿Cómo sabes que Prometeo estará cerca? – Verónica entendió que Lovera había proyectado su voz a Jackie, cosa de incluirlo en la conversación.

          Los padres aun cuando no tienen mucho poder, nunca están lejos de sus hijos. Por ejemplo, Ursula sigue con sus osos y los hombres que comparten el espíritu con este ser majestuoso. Realmente los lobos humanos han sido los únicos que se han alejado de sus padres. Ah... y los vampiros. ­¿Los vampiros también tienen su conexión con la tierra? – preguntó Verónica pensando en las palabras que les había obsequiado Lovera. 

          Claro, ninguno de nosotros está libre de las conexiones, por eso es por lo que si la tierra es dañada todos sufrimos. Si un grupo de los creados es eliminado el balance se iría a la mierda. Por lo menos eso es lo que se está tratando de evitar. Bien, vamos que nos están esperando. – Verónica no espero más, se bajó del auto en cuanto llegaron a la cabaña y siguió el rastro de Dante hasta el claro en el que se encontraba Mellea.

          – Mami… por que Mellea esta tan pálida. – La niña que había preguntado no había mirado a su madre esperando respuesta, sino que seguía mirando con detalle el cuerpo de la niña un poco más grande que ella que seguía acostado en el suelo.  

          – Es que uso mucho de su poder. Por eso debemos dejarla descansar. – La mujer en cuanto vio a Verónica mostró su cuello y la otra tomo de los brazos a las niñas y los puso tras ella. Verónica sonrió ante esa acción de protección. Necesitarían muchos protectores para esos pequeños, aunque temieran su llegada, a Lovera le satisfacía de igual forma verlas protegiendo a las pequeñas.

          – Jackie intenta hablar con la madre. – Todos se sorprendieron cuando el joven comenzó a quietarse la ropa, todos menos Verónica que miraba a la pequeña rodeada de pequeños tornados de fuego y en el claro. La ropa se veía chamuscada por áreas. Los tornados parecían intentar sacar la ropa del medio. Entre una mirada y la otra, tanto Verónica como Lovera se acercaron a la joven y comenzaron a quietarle la ropa. Ante el contacto directo con la tierra, ambas vieron como esta se abría y comenzaba a arropar a la niña lo que sucedió de manera rápida con Jackie que estaba a su lado.

          Bienvenido pequeño Jackie Frost. Tu hermana está descansando, el fuego en ella es fuerte y su vida no ha sido fácil. Por eso también está en riesgo. Para despertarla necesitaras de su padre.

          –Madre cómo es que podemos llamar a su padre.

          Eso es fácil, solo necesitas colocar la mano derecha en el corazón de la joven mientras la izquierda toca la tierra y llamar su nombre. El responderá sin importar donde se encuentre en el mundo. Mellea es afortunada, ya que su padre es uno de los que más aman a sus hijos.

          –Madre, Carlín…

          Lo sé mi niño. Todo estará bien por ahora. Pero recuerda lo que ha de suceder nadie lo debe detener y la separación cuando llegue no será eterna. Lo que sí te puedo decir es que cuando él regrese a ti, tal vez necesite que tú lo protejas como él lo hizo contigo. Recuerda que la realidad en la que ustedes viven está siendo… deformada por algo que aún no hemos descubierto qué es. Por ahora solo podemos trabajar un niño a la vez y Mellea te necesita. – Jackie asintió y se dejó abrazar por su madre y por la energía que cuidaba de todos ellos. Al abrir los ojos, encontró a dos lobos sentados a los pies, rápidamente pudo ver que uno era Lovera y Verónica, el otro debía ser Dante. Las mujeres no estaban muy lejos y los niños dormían en sus brazos. Por primera vez se preguntó cuánto tiempo había pasado desde inicio su conversación con madre tierra.

          Un par de horas Jackie… Ambas estamos esperando a que despertaras. ¿Cómo podemos ayudar? – La voz de Lovera y de Verónica en su cabeza le recordaron a la voz de madre tierra. Asintió ambas y se movió cerca de Mellea.

          –Solo debo llamar a su padre para que este ayude a colocar una protección en su poder y así quede dormido hasta que ella lo necesite de nuevo. – Con cuidado Jackie se colocó cerca del cuerpo rodeado por pequeños tornados de fuego que se movieron a un lado al sentir el viento en él.  Tocando el corazón de la niña y la tierra Jackie cerró sus ojos, se dejó llevar por los latidos tanto del cuerpo como el de la tierra, que eran una pregunta y una respuesta en sí mismos. – Prometeo tu hija Mellea te necesita, es importante que le ayudes a dormir.

          Mi niña, mi niña… siempre eres quien despiertas a tu padre con el corazón en la boca del susto. Ahora a quien has castigado. – Para sorpresa de todos este no salió de la tierra ni bajo del cielo, simplemente un instante no estaba allí y al próximo ya estaba. Era como si hubiera sido un acto de magia. – Jack Frost, esto si es una grata sorpresa mi hermano. Espero que estés bien.

          – Buenas señor Prometeo, Mellea intento salvar a una niña y ahora esta con sus poderes fuera de control.

          Oh… sí, siempre ha sido así mi pequeña llama. – Con una sonrisa en los labios, el hombre se acercó a la pequeña, el fuego que la rodeaba rápido comenzó a pasearse a sus pies, como si fueran gatos reconociendo a su dueño. – Sí, lo han hecho bien. Ahora deben dormir otra vez hasta que mi pequeña vaya a necesitarlos.   

          Con esas palabras cada pequeño tornado saltó con alegría dentro del pequeño cuerpo de Mellea y el padre se sentó al lado de esta.

Eres un pedazo de mi

Eres la luz que un día ofrecí

No dudes mi niña

Siempre serás digna

La madre te llama

Nuestra hermana te necesita

Y nuestros padres sonríen ante tu fuerza y llama.

Despierta pequeña

La nueva aventura ante ti se encuentra

Nunca olvides lo mucho que tu padre te ama.

Los brazos de Verónica rodearon el cuerpo desnudo de Jack, que parecía querer llorar ante la leve melodía que Prometeo repetía una y otra vez acariciando el rostro de Mellea.

– ¿Por qué no despierta? – Jackie susurró, pensando que había hecho algo que no debía.

Frost, Mellea fue la primera en el mundo ayudando a los humanos, está cansada. Necesita mucho más que mis palabras para despertar. En un tiempo fue solo la llama que dio calor, luego se convirtió en la llama del conocimiento. Ahora ve lo que el humano ha hecho con este, crees que no está cansada de estos ciclos que no dejan de repetirse, con diferentes nombres, rostros, lugares, pero sigue siendo la misma guerra y batalla. – Prometeo parecía más que molesto, era un padre que no entendía por qué su hija debía seguir sufriendo en un mundo rodeado de seres que no respetaban lo único sagrado. La vida.

– Padre… estoy bien. – La voz de Mellea desvió la mirada de todos sobre el pequeño cuerpo, era una niña de nueve años, pero la mirada era la de una mujer de ochenta. Se notaba la sabiduría que se encontraba en ella y la sonrisa que le envió a su padre fue suficiente como para calmar ese mar de pena que se posaba en su corazón. –Regresa con Pandora, sé que aún te necesita.

Todas mis hijas son importante, Pandora tiene su trabajo y tú tienes el tuyo, igual que tus otras hermanas. Pero la realidad es que cada una de ustedes me tienen a su lado en cuanto me llamen. ¿Los sabes? – La niña se sentó con rapidez y se lanzó a los brazos de su padre susurrando cosas que solo ellos podían entender ya que la naturaleza protegía esos secretos. Con un leve beso en la frente, Prometeo se despidió de su hija y desapareció como había llegado, en el aire.

– Bien, quien fue el guardián que logró despertarme. – Todos miraron a Jackie que la miraba con el ceño fruncido ante esas palabras. El aún no se consideraba uno de los guardianes. –Frost… esto está más que interesante. Aun no tienes todos tus recuerdos, ¿verdad?

– Jackie aún no ha despertado y espero que eso no sea un problema. – Verónica susurró entregándole la ropa a ambos. Jackie se sonrojo de forma violenta y comenzó a vestirse.

– Reina, no hay lío… lo que sucede es que Frost nunca ha sido amigo del fuego por razones obvias. Como se pueden imaginar este encuentro en el que aún todavía no tiene todas las memorias va a ser más que interesante. – Mellea hablaba como una adulta, ese pensamiento asustaba más a Verónica, que el hecho que pudiera tener problemas con Jackie.

–Entendido. Primero mi nombre no es Reina, es Verónica. Por ahora agradeceré que nos expliques que sucedió en el último ataque. – Mellea se encogió de hombros y termino de colocarse la ropa, una sonrisa un poco chueca apareció en sus labios al notar que su abrigo favorito estaba chamuscado. No era el primero, ni sería el último, pero de verdad tenía que aprender a no tener cosas favoritas. Suspiro profundo y miró a la Reina, que parecía estar luchando con su lugar en la jerarquía.

– Reina, aviso que las chicas deben tener algún rastreador. Nos encontraron demasiado rápido en las últimas dos ocasiones. Yo buscaría algún geek que tenga un escáner para encontrar elementos de rastreo, o una bruja. Cualquiera de los dos podría tener una respuesta. Más un solo lobo no podrá con lo que viene por ellas. – Verónica ante estas palabras se olvidó por completo de que seguía llamándole Reina. Tomo su teléfono y llamo a Armatos, solicitando que buscara a un veterinario amigo del Santuario que pudiera tener un escáner de chips para mascotas, ese era un buen inicio.

– Jackie, te toca hablar del asunto de la bruja con Carlín.

– No deberías decirles brujas, no les gusta. En segundo lugar, no queremos deberles un favor a las hijas de la naturaleza en estos momentos.

– ¿Por qué?

– Una de las líderes de este clan es amante de mi papá. Así que de seguro no estarán contentas con nosotros.

–Ok… qué diablos hiciste Frost, para tener en contra uno de los clanes de locas.

– Mellea te gusta vivir peligroso. No debes llamarlas así.

– Las idiotas son hijas de mi llama. Claro que las puedo llamar así. – Todos guardaron silencio, parecía algo familiar, pero extraño. – Cual es el nombre de la líder. Por otro lado, alguien ha visto mi puto bulto.

– Mellea, no deberías hablar de esa manera. – Verónica estaba a punto de sufrir un ataque cardiaco. – No es propio de una niña.

  Ok… raro… que edad me pones Reina. Olvídalo sé qué edad me pones, niña tengo noventa años en este cuerpo y no va a cambiar. Acostúmbrate.   

– Pero por que el fuego debe ser controlado si tienes la edad.

– El cuerpo, no puede resistir todo el poder. Vamos a dejarlo que los que provocaron mi despertar a muy temprana edad no les fue bien y yo estoy atrapada en este cuerpo por unos ciento diez años más, si tengo suerte. – Todos quedaron con el rostro congelado y Mellea solo pudo reír. No le molestaba actuar como una niña, la verdad le gustaba. No era la primera vez que sorprendía a un grupo de personas con la realidad. Jackie la miro con miedo, pensando en que sus poderes podrían dejarlo atrapado en la adolescencia sería una pesadilla. Idea que estaba clara en su rostro y provocó que Mellea se riera a carcajadas con mayor fuerza. – Solo las hijas de Prometeo sufrimos de esta bendición. Es una forma de protegernos, o por lo menos eso dijo Pandora. Yo en lo personal no me lo creo… alguien tiene un sentido del humor retorcido y quisiera matarlo en cuanto me enteré quién es. Ok, Frost tenemos trabajo que hacer.

– Esta bien. – Jackie la siguió sin que le gustará muy bien que siguiera llamándole Frost. Pero eso no era importante en esos momentos, ni siquiera Verónica había logrado cambiarla de opinión en la forma en que la llamaba. Así que él ni siquiera lo intentaría.

– El viento siempre ha sido un buen compañero, pero lo tuyo es más el viento del norte, el frío del invierno. Por suerte no estamos lejos de la temporada así que llamarlo no será difícil. Lo cual no te pondrá en aprietos adelantando el conocimiento.

– Carlín dijo que no era bueno romper las reglas.

– Corazón, las reglas se hicieron para los Carlíns del mundo. Mientras nosotros aprendemos a que cuando se necesita nuestro poder, debemos utilizarlo. Te juro que lo que tenemos que hacer lo necesitamos.

Ambos colocaron las manos en la tierra y dieron fuerza a sus pensamientos llamando al ser que los unía a todos. Mostraron la imagen de la familia que intentaban salvar y más aun lo que estas habían sufrido y de lo que Mellea fue testigo. Poco a poco el bosque cobró vida. El fuego de la tierra subió, el viento comenzó a moverse y con él, unas nubes oscuras que cubrieron el cielo. No pasaron más que unos minutos cuando la primera nevada comenzó a sentirse. No podían olvidar que estaban a inicios de octubre, lo que era demasiado pronto para una tormenta invernal. Por último, los animales del bosque se acercaron a la cabaña dando su fuerza a aquellos que necesitaban protección.

Verónica y Lovera sintieron el llamado, la ropa que había sido colocada fue destrozada por la fuerza del cambio en el cuerpo. La madre llama y nosotros contestamos.  Con este pensamiento compartido por ambas, se escapó un aullido que se levantó en el viento y fue respondido por Fenrir, lo que hizo que ambas sonrieran. Esa familia estaría más que a salvo.

– Nada mal, en realidad nada mal. Es la primera vez que son tantos los que responden. Ahora a llamar a mis hijas a ver en qué lado van a estar, ante el llamado de nuestra madre. – Mellea se acercó al bulto que había sido traído por una de las madres después de ella solicitarlo.

En silencio sacó una caja de madera y de esta un celular envuelto también en madera. Era como si el case hubiese sido diseñado para ella. Marcó con calma y puso la llamada en alta voz.

– ¿Mellea?  

– Una galleta… por responder bien. Ahora estoy con Jackie Frost, Verónica… bueno no me sé el apellido, pero creo que tienes a una de las idiotas de mis hijas en líos con el padre de Jackie. Son parte del Santuario de Amor. ¿De qué lado van a estar mis hijas y a cuantas tengo que patearles el trasero?

– Madre… recibimos el llamado y respondemos como siempre. Nunca estaremos lejos de quien nos dio luz.

– No esperaba menos, yo no hago porquerías. Necesito a dos rastreadoras y a una buena en protección en el Santuario. Verónica las traerá al lugar en el que me encuentro. Nada de joder. Es la Reina y las reglas de juego han cambiado. Tiene permiso de nuestra madre para arrancar cabezas.              


 

Capítulo 12

El mundo se había vuelto loco, eran los niños los que habían sido marcados con rastreadores en los pies. Uno de ellos había llegado al hueso creando problemas con lo rápido que sanaban. El pediatra que había atendido la cirugía estaba que echaba fuego por la boca.

Por extraño que pareciera, las hijas de la tierra se habían adaptado a la familia y cuidaban de ellos junto a Dante veinticuatro horas. Mellea seguía volviendo loco a Jackie y este parecía temerle a la información que le daba sin él pedirla.

Carlín por poco explota cuando se enteró que le había mostrado como llamar el viento del Norte. Pero era poco lo que podía hacer, no era como si pudiera borrar el conocimiento. Aun no entendía por qué Mellea sea había pegado al joven, pero lo miraba de forma calculadora y lo molestaba con historias de las viejas travesuras de Frost. El teléfono de esta sonó nuevamente, lo que sorprendió a Carlín otra vez. Mellea le había explicado que por estar en un cuerpo no completamente integrado al elemento que era su esencia, no tenía tanto problema con la tecnología. Solo había que hacer algunos cambios. La chica tenía incluso FB e Instagram. Locura total.

– No me jodas, voy para allá. – Mellea había estado escuchando la conversación y parecía querer matar a alguien. – Frost… espero que no te moleste que mate a tu padre.

– ¿Qué hizo esta vez?

     – Tiene a una de las niñas del clan atada a un poste en vías de quemarla viva. Como carajos logró tenerla en su poder es algo que debo investigar. Pero por ahora te aviso que se ha metido con lo que no debe. – Mellea fue seguida por Carlín y Jackie, éste último llamó a Verónica para visarle lo que había sucedido. El gruñido en el teléfono fue suficiente. La caballería iba en camino.

Al llegar al lugar le sorprendió verlo rodeado de lobos y magos… ¿qué carajos? Jackie susurró a lo que Carlín le dio un pequeño toque en la espalda. Se le estaban pegando demasiadas cosas de Mellea, no sabía cómo podría darle cara a la madre de este.

– Madre… era de esperar que llegaras a salvar a una de tus pequeñas.

–Jean Carlos… no sé qué estás buscando mi niño, pero puedes jurar que no saldrás sin una buena golpiza en tu trasero. Que haces con estos demonios de mierda. Dime con quien andas y te diré quién eres, lección número uno.

– Madre pensé que lección número uno era proteger a Nomun. – la carcajada del hombre era más triste que cínica.

– No corazón, eso no es una lección. Es nuestro deber. Ahora muévete al lado para mostrarle a estos lobitos con quien se están metiendo.

– No… hoy tienes que aceptarnos como lo haces con tus hijas, no nos puedes dejar atrás como lo has estado haciendo en estos noventa años. – Mellea le lanzó una mirada de disculpas a Verónica que la miraba con una ceja arqueada. La pregunta era clara, que había hecho.

–No es cosa de preferencia, es cosa de poder. Estar atrapada en este cuerpo me limita y no hay fuerzas para cubrir a tanta gente. Se suponía que ustedes habían entendido eso. – Él asintió, pero la mirada dolida aún se encontraba en él. Cada uno de ellos dependía de Mellea para poder conectarse con la tierra y al ésta no estar, esa conexión se hacía más lejana. Lo que les dejaba completamente solos, aislados, dentro de un mundo donde todos ellos eran rechazados por ser hombres.

– De verdad que tenemos que esperar por este drama. Yo quiero a mis perras ahora.

– Te callas, aún no he llegado a hablar contigo. –Mellea tomo la mano de su hijo e hizo algo que se prometió no hacer, por el peligro que conllevaba. Llamó a sus hermanas, necesitaba ayuda para cerrar el ciclo. Tal vez por la sorpresa o por qué era el llamado de su hermana mayor, todas llegaron acompañadas de su padre. Este sonreía al verlas a todas juntas. Bueno menos tres que aún estaban en el ciclo de la vida intentando nacer nuevamente.

–Hija…– Prometeo supo que su hija tenía el corazón roto y no sabía qué hacer para enmendarlo. Las ninfas sonrieron y fueron a abrazar a su hermana, que con cuidado intento controlar su poder. El fuego era arrasador y si no se tenía cuidado podía dañar lo que más se amaba. Los hijos de Mellea todos abrieron los ojos y las hijas sonrieron, siempre se mantenían separados por tener misiones diferentes. Ellos eran guerreros y guardianes, ellas eran creadoras y sanadoras, Pero ninguno había estado en presencia de las hermanas de Mellea.

Sin esperar, se notó una división, donde los magos se acercaban a la madre buscando la unión, las hermanas de Mellea entendían y crearon un círculo en el que ella era el centro. El lobo intento atacar, pero una mirada de Prometeo fue suficiente para detener sus pasos.

– Por primera vez en siglos los hijos del fuego bailarán bajo la luna llena todos juntos. – Las palabras de Prometeo trajeron sonrisas a todos los presentes.

– Así es padre y si mis hermanas no tienen miedo de ser lastimadas por mi fuego son bienvenidas.

– Tonta nunca te hemos tenido miedo, eres un renacimiento para todas nosotras. La madre nos llama de igual forma a amar todo lo contrario. Por algo los humanos nos han llamado ninfas. – Cada ser vivo en la tierra tenía una representación entre las hijas de Prometeo. Este había sido sabio, había dado a los humanos el poder del fuego, aún en contra de su propia familia. Por otra parte, este fuego había sido solo el inicio de los obsequios.

– Demasiado drama para mi…– El lobo que había traído la lucha levantó un arma y disparo de cerca a Verónica, sabía que ella era la más peligrosa de todos. Tenía idea de quienes eran los otros, pero una Reina debía ser detenida antes de crear su imperio. – Ahora traigan a las perras que he venido a buscar.

Luz lanzo un grito al ver que su hermana sangraba en el piso, los había tomado por sorpresa, ya que los lobos nunca habían tomado armas. Los ojos cerrados de Verónica no auguraban nada bueno, Dante abrazó a Luz y tembló al escuchar el aullido que estaba muy cerca. El color desapareció del que había disparado. Había escuchado de dos alfas, pero pensó que era una mentira. Ahora tenía uno muy cerca y encabronado.

Los lobos que le seguían comenzaron a luchar en vías de intentar escapar, pero de la tierra comenzaron a salir plantas atrapando sus pies. Al transformarse, los lobos quedaban mucho más atrapados.

– Debraa, crea una protección para Verónica. – Mellea gritó mientras se quitaba su abrigo, miró a su padre y este levantó las manos al cielo dando un paso atrás. Esa no era su lucha. – Llamo a las hijas del fuego, hijas de la luna… llamo a mis hijos, que nacen de la pasión… llamo a los guardianes a luchar conmigo…

– ¡AQUÍ ESTAMOS…! – Mellea deseaba abrazar a cada uno de ellos, pero en esos momentos había una niña esperando ser rescatada y una manada que necesitaba aprender una lección. Mellea rodeada de sus hijos comenzó a avanzar luchando con lobos transformados y con formas humanas que creían tener el control por tener armas. Muchos de ellos fueron chamuscados al ser atacados por pequeños tornados de fuego que carecían en segundos y desaparecían luego.  

– Espero que no hayas olvidado que tenemos a una niña en nuestro poder. – Mellea se detuvo al escuchar al Alfa idiota, que tenía una antorcha en sus manos y estaba de pie al lado de una niña atada a un poste. Esta olía a combustible, Mellea sonrío a la niña y esta asintió cerrando sus ojos. Para sorpresa de todos Mellea lanzó uno de los pequeños torbellinos a la niña y esta comenzó a arder. No hubo gritos, no hubo lucha, solo calor, un fuego rojo vivo, pero sin humo.

– Me canse de ver como quemaban a mis hijos, me canse que estos fueron perseguidos y puestos en la hoguera por idiotas fanáticos que pensaban que el diablo vivía en ellos. – Mellea sonrió al ver como las ropas y sogas se desasían, más la niña salía ilesa de entre las llamas. 

– ¿Soy digna?

– Cuando aprenderán a que cada uno de mis hijos es digno de mi fuego… a todos los presentes, les presentó a mi hija Clarabella, la más joven en enfrentar mi fuego y ser aceptada por él. – Con estas palabras pequeños tornados viajaron con rapidez a cada uno de los presentes que compartían con ella esa llama. Las hermanas dieron un paso atrás llevando consigo a los que no podrían sobrevivir a ese compartir. La niña se abrazó a Mellea y comenzó a arder junto a ella, era como ver el sol llenar el bosque. Luz y Carlín seguían junto al cuerpo de Verónica.

En ese instante pasaron dos cosas simultaneas que provocaron que la tierra temblara, una que Fenrir llegó en todo su tamaño y tumbará al suelo a quien le había disparado a Verónica. Lo mató en un instante, el alfa nunca supo que había sucedido. Por otra parte, un gemido se escuchó en la parte en sombras, Jackie sangraba con un puñal en su pecho y miraba a su padre con lastima. Este por otra parte sonría desquiciado, al fin había matado a la abominación, al fin había terminado con ese demonio. Mellea se movió con rapidez y lo envolvió en fuego, pero el daño estaba hecho. Carlín gritó, la loba dentro de Verónica aulló por la impotencia de no poder proteger a su niño, la tierra comenzó a temblar con fuerza al sentir que perdía a sus hijos.

– No mi pequeño no te puedes ir así… no te puedes ir. – la tierra seguía con pequeños temblores, pero todos comprendía el dolor. El lobo se acercó a Verónica que tomo con fuerza una bocanada de aire, sentía como el lugar del balazo latía con fuerza, pero aún era mayor el dolor que sentía en su corazón. ¿Había perdido a otro de sus niños? El lobo lamió su rostro y con lágrimas en los ojos colocó su largo hocico metido en su cuello dio gracias por el poder abrir sus ojos a tiempo.

–Sálvalo, por favor… – El lobo la miró entre asustado y adolorido, como si sus palabras le hubieran herido. – No puedo perderlo, por favor.

Carlín seguía al lado de este murmurando canticos y dando toda la energía que podía. La tierra se movía a su alrededor buscando tocarles. Mellea con un gesto de las manos quemo sus ropas y se abrazó a sus hijos. Sentía como la energía escapaba de su cuerpo, estaba por llegar a su límite y no podría hacer mucho más.

– Mis hijos, favor de cuidar de todos ellos. – Con esas palabras Mellea se dejó caer, sin llegar al suelo ya que su padre la había atrapado y la había alzado en sus brazos. Todos vieron como Prometeo besaba su frente con lágrimas en los ojos. Nadie entendía por qué los hijos de la tierra seguían sufriendo tanto, pero la realidad era que un padre nunca estaba listo para ver a sus hijos sufrir a manos de otros.

– No es suficiente… no es suficiente… – las palabras de Carlín fueron la catarsis atroz para saber que todo estaba mal.

– Por favor… no sé cómo te estoy hiriendo, pero te juro subir a la montaña y averiguarlo. Te prometo ir y pedir disculpas si debo… por favor sálvalo. – Fenrir asintió sin dejar de mostrar el dolor que le causaba esa petición. Todos hicieron espacio mientras él se movía al lado del pequeño cuerpo. Jackie no había abierto sus ojos desde que Carlín lo tenía en brazos. El llanto del hombre era desgarrador, pero aun así intento proteger al niño de ese lobo. Solo hubo un movimiento de la tierra, eso fue suficiente, Carlín abrazó el cuerpo de Jackie y dejo que Fenrir lo mordiera.

Gracias, mi hermano, gracias por salvar a mis niños. Siento que estés en esta situación, sé que es como volver a comenzar. – La voz de Nomun fue escuchada por Fenrir solamente, nadie sabía lo que le habían pedido y sí, era como iniciar esa pesadilla otra vez. Con el sabor de la sangre de Jackie en la boca miró a Verónica que extendía su mano a él, pero en ese momento no podía compartir con ella su mismo aire. Se fue con rapidez a la montaña, donde aulló para que todos fueran testigos de su dolor. Verónica sabía que había traicionado a Fenrir, no sabía cómo… pero su alma estaba conectada al dolor de este. Escuchó como Luz le repetía que no se moviera, que la bala no debía tocar su corazón, pero que más podía hacer. Solo quería colocarse en forma fetal y llorar como la niña que un día lo había perdido todo. Esta escuchó como a lo lejos como algunos gritaban el nombre de Carlín, Prometeo era uno de ellos y mientras la oscuridad se la tragaba, supo que las cosas solo estaban empeorando.


 

Capítulo 13

     – Maldición, los estamos perdiendo, Jackie no te atrevas…. Quédate…– Mellea había despertado abrazada a su padre y con el rostro de sus hermanas lleno de lágrimas. Cada una había desparecido poco después volviendo a sus hogares, pero con la promesa de no estar lejos de esta necesitarlas. Los clanes de fuego, los hijos de Mellea en diferentes partes del mundo intentaban mantener el balance de la tierra. Verónica abrió los ojos nuevamente, sabía que el fuego que sentía en su herida se debía a la plata liquida destinada a matarla. Pero la necesitaban, tanto Lovera como ella sabían que tenían que sacar a los guardianes de ese hospital. Sus hermanos no entendían que era lo que sucedía, ella sí.

     – ¡BASTA!... Armatos, ayúdame a sacarlos de aquí. Derek busca un lugar en el bosque donde podamos entregarlos a la madre. – La voz de una mujer fue suficiente como para que el silencio reinara en el pequeño hospital. No se podía negar que el gruñido de Lovera ayudó bastante. Mellea asintió y mostró su cuello e hizo espacio.

     – Verónica no puedes llevártelos, eso los mataría.

     – Jean, sé que no entiendes, pero la realidad es que nuestras cosas, el metal, la aguja que tienen en el brazo los está matando lentamente, como un veneno. Necesitan sanar como los guardianes, no como los humanos. Dante muévete con Jackie. Los quiero a ambos en el bosque lo antes posible. – Todos los que conocían la historia sabían que era lo que estaba sucediendo.

– No te puedo dejar llevártelos Verónica… eso los mataría.

–Soy Printempo, hermano de ambos, así que firmare el alta. Llevo rato diciéndoles que ninguno de los dos debería haber llegado aquí. Llamamos por Verónica no por ellos. – La primavera nunca había estado tan encojonado. Él se había quedado atrás cuidando de los más pequeños en los hogares. Nunca pensó que perdería a dos de sus hermanos, más aún, que no podría hacer nada para salvarlos por que las leyes humanas lo detenían.

– Jean te lo voy a decir de esta manera, me importa un carajo lo que sabes que va a suceder, estoy diciendo que necesitan algo más, algo que los humanos no podemos darle. Te mueves de mi camino o te moveré a las malas y tu ocuparas una de esas malditas camas. – Un aullido a lo lejos les dejo saber que Derek había encontrado un lugar. No paso más de varios segundos cuando Jackie comenzó a convulsionar, parecía estar perdiendo el color.

– Verónica esto está mal, está despertando… y si lo hace aquí todos se verán afectados por la energía que se libera en ese momento. – Maldiciendo en murmullos Verónica comenzó a mover a las enfermeras y doctores. Los pocos que deseaban luchar, se enfrentaron a un grupo de locos que parecían tener fuego en el cabello. Las convulsiones en el cuerpo de Jackie no se detuvieron, pero Dante no soltó el cuerpo mientras corría con todas sus fuerzas donde les esperaba Derek.  Armatos era ayudado por dos hijos de Mellea a sacar a Carlín que seguía pálido e inconsciente, parecía estar en mucho dolor, pero un suspiro escapo de sus labios cuando lograron sacar la aguja que tenía en el brazo.   

–Madre los traemos a ti ya que no podemos hacer más, por favor protégelos. – La tierra se movió dejando espacio para ellos y Mellea quitó la ropa que les habían puesto en el hospital.  En el instante que sus cuerpos tocaron la tierra esta los cubrió como si fuera una manta, desapareciendo ambos de la vista. Ante el dolor, muchos cayeron al suelo, Lovera tomó el control del cuerpo, Verónica no podía pensar en las posibilidades de perder a otro de sus niños. La traeré pronto… Protejan este lugar. Todos asintieron y la vieron transformada en loba correr bosque adentro. Mientras tanto Verónica le suplicaba a Lovera que la regresara donde estaba Jackie.

     Verónica, eres el pilar y no te puedes derrumbar ante ellos. Sé que lo amas, pero en estos momentos esta con nuestra madre y nada podemos hacer para ayudar. El lugar está protegido y nosotras tenemos una misión. Hemos causado una herida en Fenrir, debemos ver que ha sucedido. – Verónica en ese rincón oscuro donde estaba mientras Lovera corría era un lugar cálido, allí podía recibir toda la información que la loba recibía y la podía analizar como cualquier lobo lo hacía. Incluyendo el llamado del Laycan. Pero al llegar quien le esperaba no era éste, sino un joven de unos trece años que parecía asustado por algo. Verónica no tardó mucho en transformarse y estar ante el joven que la miraba perplejo.

– ¿Dónde está él?

– No quiere verlas… no entiendo muy bien. – El joven parecía confundido y a punto de llorar.

– ¿Cuál es tu nombre?

– Fenrir…

– Ese es el nombre de tu lobo.

– Nunca escuché a nadie llamarme, así que compartimos el nombre.

– Fenrir no sabe tu nombre.

– No, solo sabe lo que sucedió el día que nos trajeron al bosque. Él aún no había despertado a los recuerdos del pasado.

– Esto es confuso, ¿de dónde eres?

– De aquí…– el joven Fenrir señalo las montañas y miró a su alrededor como si esto fuera una pregunta tonta.

– ¿Ok…, de dónde llegaste?

– Siempre he estado aquí desde que tengo recuerdo. Al principio solo era Fenrir, pero luego era ambos, corriendo por la montaña. Hace tres inviernos llego Lin.

– ¿El niño…? – Verónica lo vio asentir y desviar la mirada. Ahí había una historia, pero ese no era el momento.

– Sabes por qué Fenrir está enojado con nosotras. Sé que pedí algo que no debía, pero...

–No... no... no lo creas así. Tu siempre podrás pedir, pero… bueno… no sé cómo decirlo. – Verónica miró al joven que agachado en al lado de un tronco parecía cargar el mundo sobre sus hombros.

– ¿Qué crees está pasando por la mente de Fenrir?

– Soledad… antes no nos molestaba, pero ahora… bueno Fenrir tiene muchos recuerdos de las grandes manadas corriendo juntas bajo la luna. – Verónica entendió que ella seguía agregando miembros, mientras que él seguía solo.

– Si quiere podemos correr juntos, aunque no sea de manera formal parte de la manada, él es parte de nuestra familia. El hecho de que este cuidando de los míos, me da paz. – Con esas palabras Verónica tomo su forma lobuna una vez más y espero que el joven dejara de mirarla extrañado.

– Si es lo que quieres no entiendo por qué es una mala idea…– ante esas palabras susurradas el cuerpo juvenil desapareció para dejar espacio a Fenrir, un lobo con el tamaño de un oso que tenía demasiados secretos en su mirada. El comenzó a correr y Lovera lo siguió sin miedo. Aun cuando sus tamaños no eran exactamente iguales, ambos lobos eran poderosos. Verónica comenzó a recibir información del bosque, del lobo e incluso del viento. Era como si todo se moverá en una misma dirección, la de ellos. Sin embargo, Fenrir no interaccionaba como los demás miembros de la manada, Lovera mordió una de sus patas en forma de juego y Fenrir parecía asustado.

– ¿Qué está pasando…?

– ¿De verdad no lo entiendes pequeña…?

– No, la verdad no entiendo por qué no puedes correr con nosotros, por qué no nos permites ayudar a tus niños. Ambas tenemos experiencias criando niños humanos.      

Mi niño no necesita de ella… él está bien y todo el conocimiento humano lo recibe a través de mi conocimiento. –Mientras Lovera seguía corriendo de manera ágil a su lado, intentaba entender que era lo que sucedía.

Pero no es saludable estar solos…

– Lo sé, pero no tenemos opción. Por favor… no vengan a correr conmigo nuevamente. No soy tan fuerte.

De que estas hablando. – Un gruñido escapó de los labios de Fenrir a lo que Lovera respondió cuadrándose para luchar. No creía que él la atacara, pero en esos segundos él demostró que estaba equivocada. Entre ambos moviéndose para tener la ventaja, era difícil decir cuál de los dos ganaba.

Uno era fuerte en exceso, pero ella era ágil y tenía gran velocidad. Entre ambos era la estamina, lo que podría marcar la diferencia. En un instante de descuido Lovera mordió con fuerza el cuello de él, provocando que gimiera. Al sentir la sangre de él en su boca ella lo soltó como si se hubiera quemado, mientras utilizaba varias maldiciones de Verónica para expresar su confusión. Verónica en su rincón mental intentaba entender que había sucedido, pero Lovera estaba en estado de pánico mientras que Fenrir la miraba con tristeza.

– Ahora ve y mantente lejos de mi…

– Pero los niños…

– Yo me encargo de ellos…   

Si nos necesitas sabes dónde encontrarnos. La cabaña puede estar a su disposición… dile… él lo sabe Verónica, Fenrir te escucha tanto como yo. ¿Por qué? Él me despertó en ti… – con esas palabras Lovera se volteó y comenzó a correr hacia el claro donde se encontraban Carlín y Jackie.

Verónica quería saber más, pero su mente estaba ante el problema que tenía agarrado su corazón. El miedo de perder a uno de sus niños. Justo con lo que estaba contando Lovera para hacerla olvidar esa noche con Fenrir. A lo lejos podían ambas escuchar como el lobo hacía un llamado triste al viento. Lovera compartió un poco del dolor con Verónica, pero no le pudo explicar lo que significaba.


 

Capítulo 14

– ¿Estamos en bazos de la madre Carlín?

– Sí Jackie… pero no es para sanar. Tu estas despertando y no solo eso está cambiando.

– ¿Qué sucedió?

– Puedes decirme qué recuerdas.

– La sonrisa de mi padre mientras me apuñalaba.

– Bien, eso sucedió y estuvimos a punto de perderte. No sé si lo entiendes, pero nuestra conexión con la tierra permite cierto balance mientras los creadores siguen atrapados y nuestra madre intenta mantener el balance. Su poder no es absoluto, lo que provoca problemas en cuestión de ayudar las a los diferentes miembros de la familia. – Jackie miraba a Carlín, este le parecía más joven de lo normal, lo cual le provocaba una sonrisa. Posiblemente estaba mejorando en los brazos de su madre.

– Entiendo que cada uno de nosotros ayuda a mantener el balance y que tiene a cargo una estación del año.

– Nuestra existencia es suficiente para mantener el balance, pero no tenemos las respuestas de ya que es de esta manera. Lo que sí sabemos es que no puede haber ausencia de tres guardianes de las estaciones. Siempre debe haber dos de los cuatro, aun así, esto provoca luchas en la naturaleza, más tormentas, oleadas de calor, terremotos, problemas en los polos. Incluyendo cambios en los ciclos ya conocidos, los inviernos duran más, o los veranos se hacen eternos. – Jackie asintió entendiendo lo que le estaba diciendo

– Estamos juntos y eso no va a suceder.

– No Jackie… no estamos juntos… si tú decides quedarte con la madre, Printempo estará solo.

– Pero tu…

– Jackie, yo deje mi cuerpo y estoy en camino al río de la vida. Intentaré renacer lo antes posible, la madre me estará esperando en uno de los nidos.

– ¿Qué… pero te vez bien… te vez saludable?

– Jackie lo que ves es mi forma liberada de mi cuerpo. Necesito que me esperes Jackie… te prometo que voy a volver.

–No Carlín… yo no puedo hacerlo solo.

– No estarás solo… busca dentro de ti. Fenrir te ha dado un obsequio por petición de nuestra madre y de Verónica. Jackie tú tienes que sobrevivir… va a ser difícil. Pero no es el final. Es un nuevo inicio. La madre está contando con que el lobo que ahora te estará acompañado te permita sobrevivir a la transición. Mellea y sus hijos estarán para ayudarte a cuidar del nuevo hogar, además vas a contar con una manada que sigue creciendo. – Carlín abrazaba al joven que seguía llorando en sus brazos. No era posible que veinte años se hubieran convertido en una noche.

– Carlín… no me puedes dejar solo.

– Jackie estarás solo si tú no aceptas tu nueva realidad. Si rechazas a la manada tendrás dos razones para enloquecer, una tus poderes que no debieron despertar hasta que tuvieras veintiuno. – Carlín sentía el nudo en la garganta que ya no existía, deseaba ponerse a llorar como un niño. Cerró los ojos y fue egoísta por un momento. – Lo siento Jackie, puedes renunciar a todo e ir conmigo a los nidos. Pero tampoco estaremos juntos y posiblemente no esté yo para protegerte.

– Y yo no estaré para protegerte a ti… Carlín… ¿por qué es tan difícil?

– Porque la responsabilidad es grande, porque en las sombras hay alguien enloqueciendo a los padres de los guardianes. Porque el mundo se ha vuelto una máquina de hacer dinero alejada de lo que realmente es importante, la naturaleza, quien los nutres, les hace crecer y les ayuda a evolucionar.

– Eso es muy cínico.

– Ahora mismo me siento muy cínico, siento que este ser que está en contra de mantener el balance me ha robado los mejores años de tu crecimiento. Se que se abre una oportunidad nueva, pero no creas que me voy sin miedo. No sé qué ha de suceder y si podrás estar protegido.

– Carlín… la verdad es que ahora me toca proteger lo que tu iniciaste e incluso esperar a que me necesites en tu nueva vida.

– Lo sé pequeño, pero siento que me han estafado.

– Ya somos dos. – Jackie comenzó a llorar con fuerza y se dejó acunar por Carlín un buen rato, no había un llanto fuerte en éste, pero si se podía sentir el dolor que lo acompañaba.

En el lugar donde se habían colocado los cuerpos de los guardianes, en el lugar de Carlín comenzaron a crecer flores blancas y los árboles a su alrededor comenzaron a florecer. Era como si la naturaleza misma estuviera llorando. Pero esta vez no estaba sola, Mellea, Printempo y algunos de los hijos de la naturaleza compartían el llanto. Todos sintieron como la tierra temblaba y Lovera dejo que Verónica tomara el control, ya que el dolor de ambas las estaba ahogando.

– ¿Jackie?

– Es su decisión Verónica… aún estamos esperando. Puede ser hoy… puede ser en un mes o en un año. Pero él debe decidir despertar. Aun cuando la madre lo necesita, no lo estará forzando. – Verónica quería entrar y darle un par de patadas hasta despertarlo, pero entendía que el joven estaba en una situación donde no había precedentes.  

Jackie no sabía cuánto tiempo había pasado, pero sabía que era mucho… Carlín había desaparecido de su consciente, lo cual agradecía. Esperaba verlo pronto. Pero no sabía que pensar, muchos Carlín habían llegado a su mente, diferentes partes del mundo, pero siempre juntos. Un jardín medicinal, una botica de pueblo. Incluso la oscuridad absoluta del pasado, donde podías contar todas las estrellas ya que no existían las luces artificiales. Los recuerdos no eran de esta vida, eran de las vidas pasadas de Frost, aún era solo un susurro en su subconsciente, pero el obsequio lo agradecía, aunque a veces sentía una rabia enorme de no tener eso en estos momentos.

En cuanto a su amigo peludo, ese era un malhumorado, parecía no tener mucho en común con él o con Frost… recordó la lucha de Verónica con Lovera. No obstante, en su caso eran tres fuerzas y temía desaparecer ante la vitalidad de ambos seres. Podía sentir como la tierra se movía a su alrededor abrazándole, la madre seguía dormida. De tiempo en tiempo el lobo levantaba su cabeza y hacía un gesto de estar olfateando. Casi siempre era cuando la manada estaba cerca.

Era como si su mente se hubiese convertido en una casa de tres habitaciones. Cada uno de ellos debían salir de estas habitaciones si deseaban información del otro. Lo que nunca imaginó fue que Frost fuera otro adolescente más. Su figura era la de un joven algo malhumorado, pero sobre todo melancólico. El lobo por otra parte quería ir con la manada, quería correr bajo la luna y olvidarse de todo, era más un cachorro. Esto provocaba una incomodidad extra en Frost, por aquello de creerse un solitario. Jackie jamás podría entender como Carlín lo podía soportar.

La imagen de Carlín dándole la bienvenida a su hogar siendo un niño, una y otra vez regresaba a su mente. El sonido de unos golpeas en la puerta lo asustaron, era la primera vez que escuchaba ese sonido. Al buscar la procedencia noto como una puerta que nunca había estado allí, era abierta poco a poco.

Hola Jackie… mira sé que todo esto es nuevo… pero necesito saber que vas a hacer.

– ¿Qué? – Frost parecía molesto.

– Llevamos dos meses encerrados, el maldito cachorro no va a aguantar otra luna bajo tierra y la verdad yo tampoco con él lloriqueando.

– No entiendo… ¿Qué están esperando?

– A ti… ninguno de nosotros podemos tomar la decisión.

     – Pero… pero… yo…

     – Lo sé, pero la madre nos necesita y la loba que está rondando sobre nosotros, pronto comenzará a escarbarnos. Tienes que tomar la decisión, es solo tuya. Puedes contar con nosotros. – Jackie notó que a los pies de Frost había un lobo con guille de perro, parecía querer parecer inofensivo, pero los colmillos dictaban mucho de ser reconfortantes. Carlín no sé cómo lo voy a hacer sin ti… espero verte pronto. Con ese pensamiento Jackie abrazó a su lobo y se dejó abrazar por un muy incomodo Frost.

Sobre la tierra la manada estaba acostada, hacía frío, pero aún no comenzaba a nevar. Había seis lobos, Dante era uno… los otros habían sido enviados por las manadas ya que eran parecidos a Derek. Verónica aun los tenía bajo observación junto a Lovera, pero los tres nuevos miembros parecían tan temerosos de respirar como lo había estado Derek en una ocasión. Verónica aulló al cielo al sentir como la tierra se abría y el cuerpo de Jackie quedaba al descubierto. Seguía igual que antes, desnudo, pero no había sangre en él.

– Bien chico… es invierno… justo l oque yo necesito. – Verónica escuchó la vez y el comentario tan fuera de lugar salir de la boca de Jackie, los ojos azules cristal le dieron un susto. Esa no era mirada del chico.

– Hora Reina, no te asustes, tú y Lovera nos dieron la clave de como coexistir. Entidades separadas, compartiendo. Te dejo al cachorro, nos ha estado volviendo locos tratando de conocer a la manada.

Frost…

– Sí Reina… Frost. – con esa confirmación el chico cerró los ojos miró al cielo, el viento comenzó a moverse con mayor fuerza y fue como si lo abrazara, ni tres segundos después copos gruesos de nieves se sintieron caer. Para completar el cambió el cuerpo del joven cambió al de un lobo de ojos claros, era un cachorro que se movía de forma torpe. Se arrastró por el suelo hasta llegar donde Verónica que lo miraba sorprendida. No entendía por qué había cambiado de forma cuando no era luna llena. El cachorro le mostró su barriga a lo que Lovera se carcajeo… eres caramelo caliente, ¿No?  El tener la aceptación de Lovera pareció ponerle una batería en el trasero, ya que inició un juego donde iba a cada miembro de la manada los olía, corría a su alrededor y buscaba ser aceptado por estos. Los nuevos miembros parecían no saber que hacer, pero Derek que era el Omega se colocó sobre él gruñendo y lo llevó colgando del hocico donde Verónica y Lovera. Ambas se reían a carcajadas, risa que compartieron los miembros de la manada que se acercaron al cachorro a lamerlo para darle la bienvenida…

– ¿Verónica… Jackie? – Luz había llegado acompañada de varios miembros de los hogares. Todos habían estado preocupados por el joven que no despertaba. Incluyendo Mellea que se comenzó a reír de las patas blancas del lobo, ya que parecía tener medias. Luz lo tomó en brazos y lo abrazó con fuerza, Jackie volvió a su forma humana, con sus hermosos ojos azules cristal, llenos de lágrimas y comenzó a llorar por la pérdida de Carlín. Junto a él el cielo libero viento, nieve y oculto las estrellas. Todos sabían que la ventisca había llegado para quedarse, ya que era una demostración del dolor que el joven tenía en su pecho. Aun cuando era rodeado por su manada, por su familia. Lo que muchos de ellos temían no sería posible nunca.

– Jackie, Carlín estará pronto con nosotros y nos necesita. Será difícil, pero…

– Tenemos una misión… lo sé Verónica, no deja de doler el no verlo aquí con nosotros. Pero estamos listos. – Con esas palabras el joven cerró los ojos y dejo que la nieve callera sobre su rostro. Le gustaría sentir el frío como antes lo hacía, pero en esta ocasión podía sentir solamente el vacío de quien no estaba.        

 

Hasta la próxima

 

 

 

 


 

Próxima historia en la serie

Derek

 

 

Otras historias de la autora 

Wandaria: serie para jóvenes creada con W. López

A las buenas o las malas: novela juvenil

Realidad vs. Fantasía: semi autobiografía (contenido para adultos) 

Cazadora: Una Aventura fuera de lo normal y sensual (contenido para adultos) 


 

De la autora, para ti…

          Que puedo decir… no mucho… estoy desarrollando en estos momentos un proceso de redacción y publicación con mis estudiantes. Estoy disfrutando de crear nuevas aventuras para mis personajes y por primera vez estoy visitando lugares ofreciendo mis libros.

          El mundo sin fronteras me encanta, estoy detrás de las series tailandesas, sigo a Bruno Mars, sin dejar atrás a todos los locos que han inspirado algunas de mis historias a través de sus libros o música. Por otra parte me pueden encontrar en mi auto gritando de manera desproporcionada junto a la música de Black Pink. Sorry, nueva fanática de su música. En los pasillos de mi escuela pegando sustos a los estudiantes cuando les menciono a BTS o que sé que están “Shippeando”. Sí, sé lo que es, y me encanta la cara que ponen los estudiantes cuando lo menciono.

          He estado dejando salir mucho más de mí, al mundo. Ahora me enfrentó a un overload de historias que estaban esperando en fila y que ven su momento. No estoy sola, el reto lo ha aceptado mi hijo que me impulsa a ser mejor contando historias locas. Pero la lista es enorme y el tiempo es poco, que se le va a hacer… no les había prestado tanta atención y ahora todas quieren ser leídas. Suerte, mis buenos amigos, espero les gusten las locuras que se escapan a través de mis dedos. Juro que no serán pocas y la verdad, se divierten los personajes tanto como yo. Por otra parte, la traducción en inglés está siendo mucho más fluida. Poco a poco…

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