A las buenas o las malas

Dedicado a los que, como yo,

intentan poner

 sus historias en letras, mientras

que lectores alrededor

 del mundo las lean.

El problema

Era un hotelito en el área rural. Hermoso por su sencillez, pero llamativo por sus jardines, en la promoción se decía que tenían el poder de curar la mente y el alma de aquellos que paseaban por ellos. Los comentarios de los que allí habían estado eran mucho, incluso en asuntos del amor. Tanto así creando una leyenda que las bodas que sucedían allí, todas habían sido un éxito y muy pocas parejas mencionaban, que después de años de la boda, regresaban y era como renovar sus votos matrimoniales. Levantando la idea de que aquellos que se juraban amor en esos jardines era para toda la vida.

               --Ay… abu, la verdad que se nota tu mano en cada planta del lugar. Excelente ojo no hay duda. – un suspiro acompaño esa mirada al exterior del hotel.

No podía tener más de veinte habitaciones y según decía la promoción era el rincón favorito para cualquier tipo de enamorados o amantes, aunque contaba con áreas destinada para aquellos que no podían estar mucho tiempo fuera del trabajo. Por otra parte, benditos teléfonos con buscadores de internet integrados, ya que se encontraba en un rincón perdido de la mano de Dios. No podía negar que tan melosa descripción había estado a punto de hacerla vomitar en más de una ocasión. Era su primera vez en ese pueblo, ni siquiera de niña había visitado el hogar de su abuela, ni siquiera sabía pronunciar el nombre correctamente. El estado y el país, eso era lo único importante para saber llegar, no lo había creído a su madre cuando le dijo que el viaje era para morir, pero no le quedaba otra después de haber recorrido tantas millas.

Cuando había preguntado por su abuela en el vivero del cual era dueña, la mujer que le atendió le dio toda la información que necesitaba para llegar al lugar, pero como no se había presentado como la nieta, eran muchas las miradas de curiosidad que le habían dirigido. El recuerdo de la cara de susto al ella entrar aún le producía ganas de reír a carcajadas.

Se bajó de su querido VW escarabajo, con decisión, vestida de negro y con botas altas, sabía que llamaba la atención en el lugar. Más, por estar fuera de lugar con sus colores y estilo, que por su belleza. Su madre le había mencionado en una ocasión que lo único que tenían en común era el cabello pelirrojo y el genio, porque todo lo demás era de una mujer voluptuosa y cargada de curvas latinas. Lo que su pequeña madre con cinco dos no había sido nunca.

Llegó a la recepción y se quito las gafas para mostrar sus ojos negros, eran la nueva moda, unos contactos negros que cubrían todo. Eran un fastidio en lugares oscuros, pero eran excelente para esconder sus ojos de Bambi. Lo único que le atormentaba y le daba un aspecto… bueno de niña… ¿buena?

–Disculpe busco a la señora Flores. ¿Podría indicarme dónde puedo conseguirla? – estaba segura de que era por la impresión que había causado para que sin preguntarle quien era le dijeran donde podía encontrarla.

–Al doblar en el pasillo, la puerta que está a tu izquierda está reunida en la terraza.

–Gracias… que pase un bonito día. – le guiñe el ojo a la joven e intente borrar de mi mente todo ruido extra que iba golpeando mi consciente sin mi permiso. Seguí sus instrucciones, no tarde en escuchar la voz ronca de mi abuela, parecía frustrada. Una mujer fuerte que había criado sola a su única hija en un pueblo pequeño donde las excentricidades no eran toleradas, tenía un genio de los mil demonios, pero era muy difícil sacarla de sus casillas. Según el diario de mi madre, esa mujer había roto varias reglas, se había casado con un japonés y para colmo, había sido feliz. Luego al enviudar había montado su propio negocio con el seguro de vida que éste le había dejado, había comenzado a estudiar nuevamente. Convirtiendo una pequeña floristería en un negocio de jardinería artística y por último en un vivero cargado de posibilidades exóticas. Uno que recibía pedidos para todos los estados, tanto privados como comerciales. Al encontrarla de espalda no pudo evitar cubrirle los ojos como cuando era niña. Le sorprendió aquello que antes había sido una misión, ahora se sorprendió que con su gran altura era todo un placer. La mujer que la miraba del otro lado parecía no comprender y sus amigas estaban con la boca abierta. De seguro era por la belleza que había aparecido del mismo aire y nada que ver con los puntos extraños de vestimenta, maquillaje y ojos. –Adivina… Adivina…

–Bueno, sólo existe una joven tan descarada como para interrumpir mi reunión de trabajo. ¡Fransheska! ¿Qué haces por acá y tu madre? – dijo la mujer quitando las manos de sus ojos.

–¡Abuela…!

–Niña volviste a crecer… qué diablos estás comiendo. Disculpen un momento. – esto último dirigido a las mujeres que no le quitaban los ojos de encima.

–Estoy comiendo lo mismo de siempre. Sabes lo piquís que es mami con mi alimentación. Por otra parte, mami debe estar empezando a salir de casa, eso si encontró ya la nota en la que le digo que no me busque, que me he escapado y que no pienso regresar. – Eso lo dijo soltando una carcajada imaginando a su madre quedándose sin hacer nada, imposible. Algo melosa abrazó por completo a la mujer que siempre había admirado, pero que nunca había visitado en su casa. Tenía claro que era por el miedo de su madre a los secretos que podría encontrar o encontrarla a ella. Pero eso la tenía cansada, quería ser libre de la sombra que era su origen.

–¡Fransheska! Diablos, voy a llamarla, debe estar a punto de sufrir un ataque cardiaco. Espérame acá un momento. Me disculpo, la visita ha sido una sorpresa. Imagino que aún no has desayunado. – Vio que la joven asentía y llamó al camarero, le solicito un desayuno continental y un frappe de mango, sabía que le iba a gustar. Se alejó con el teléfono en la oreja intentando hablar con su hija, sin imaginar la tormenta que dejaba atrás en la mesa.

–Disculpa… ¿Comprendimos bien? ¿Eres la hija de Karla? – La joven sonrió esta vez escuchó todo lo que había en esa pregunta y lo que no estaba en ella. Esa mujer era la novia del dueño de ese lugar y había algo en su voz que le decía que su madre no era una de las personas favoritas de ese grupo. Dejo claro por qué estaba tan curiosa sobre ese dato, más todavía el miedo que le causaba.

–Sí…

–Eso significa que se casó. – Entre ellas se pusieron a cuchichear sobre lo mala amiga y el no haberles invitado la boda.

–No, no se caso. Soy el fruto de su amor de juventud. Creo que fue antes de salir de este pueblito de mierda. – Era cierto que no tenía por qué ser vulgar, pero esas mujeres le provocaban ganas de acuchillarlas. Eran un asco de seres humanos. Todos los secretos acumulados le estaban provocando dolor de cabeza.

–Jey mocosa, deberías tener más cuidado con lo que dices.

–¿Por qué…? Tengo delante a una mujer que está asustada con su reloj biológico, una que ha abortado a dos niños porque su amante es un hombre casado y otra que debe hasta los pantis por ser jugadora compulsiva, me van a poner en mi lugar. No lo creo… ninguna de las tres tiene moral para hacerlo. Quieren saber lo mejor de todo… las tres desean la chequera del mismo hombre. – Con eso se puso en pie para recibir al hombre que llevaba varios minutos mirándola desde los cristales, sin saber realmente que pensar. –Bendición pá. – con esas palabras se lanza a sus brazos con fuerza, provocando que él dé una media vuelta sorprendido dejándola de cara a la novia que parecía querer matar a alguien. Fransheska no pudo evitarlo, sólo por la cara, disfrutó sacándole la lengua. La que se formó después de esa fue tan grande que al llegar la abuela no sabía cómo se le había ocurrido dejar a su nieta, tan propensa a provocar problemas, sola con esas arpías. Es que se había vuelto loca. Su hija la iba a matar en cuanto llegara, más aún después de escuchar el mensaje donde le decía donde había llegado su hija.           

 

Capítulo 1

 

–Está bien ya… bajen el volumen. Usted jovencita podría explicar porque dice que soy su padre. – Giovanni no entendía nada de lo que sucedía. Pero no podía negar que la joven le parecía muy familiar, tanto que sentía el corazón en un puño.

–Fransheska, cuidado… sabes que aún eres demasiado joven para comprender de qué hablas.

–Abuela ahí donde lo vez está pensando en el preservativo que se rompió. En las dudas que siempre ha tenido al respecto y en lo mucho que ha amado a la mujer que un día fue mi madre. – La abuela la miró asustada, viendo que lo que siempre había temido se había hecho realidad. – No hay lío abu, tú sabes que cuando este don llega es para quedarse, lo viste en tu madre que murió joven acusada de brujería, en tu hermano que se negaba a tocar a nadie por miedo a lo que podía ver y viste como crecía con fuerza en tu hija que hoy día a creado un imperio gracias a ese don. – susurró la joven, que parecía haber envejecido varios años, la vida se notaba, no había sido buena compañera con esa pesadilla constante. – Llevo meses aprendiendo de mi don, así que por favor no digas que no sé qué estoy diciendo.

–Yo vuelvo a mi pregunta. ¿Puedes explicar de quien eres hija y que está sucediendo para que digas que soy tu padre? – Giovanni sentía que estaba enloqueciendo. Nada de esa conversación era normal. Esa joven con su estilo gótico tan parecido a la mujer que mencionaba, pero tan diferente a ella físicamente a parte del cabello, lo tenía en un patín de confusión.  

–Eso es fácil, conoces a Karla, te acostaste con ella hace diecisiete años y luego ella desapareció. Acá está su hija con dieciséis y dos meses. Tú has las matemáticas. Adivina por qué mi madre nunca me ha dejado visitar a mi abuela, que estaría escondiéndole a los que tienen buenos ojos y mejor memoria. – Giovanni tuvo que admitir que era cierto y más todavía la joven era el vivo retrato de…

–Mira quizá no lo sepas, pero tu madre fue una facilita. Se acostaba con cualquiera que le dedicara una mirada. – Las palabras venenosas de la ex futura esposa, fueron recibidas con una sonrisa.

–¿De verdad? Pá, que edad tenían cuando se acostaron tu y mi madre. – La joven se había sonrojado, pero aún así sonreía a su padre con la cabeza ladeada mientras escuchaba algo que nadie más podía.

–Habíamos cumplido dieciocho y diecinueve.

–Si no mal he escuchado te llevaste un susto de madre cuando estuvieron juntos. Podrías explicar; ¿por qué? – ¿Qué diablos? Giovanni miró a la mujer mayor buscando respuestas, pero que negaba con su cabeza sin poder explicar lo que veía en su nieta.

–Fue la primera noche con un hombre para ella y sin querer, tal vez por culpa de mis celos le hice mucho daño. – Se sentía como si fuera un joven de catorce confesando ante el grupo de niñas que había visto una revista para adultos.

–Eres un abusador, esa primera vez no te detuvo para pasar toda la noche en brazos de ella. – Todos recibieron esa afirmación con cara de susto, más todavía por la sonrisa de ella.

–Fran querida, ni siquiera se parece a ti. Además, ese tipo de secretos es parte de cada uno. No tienes derecho a compartirlos. – La mujer parecía querer sacar a la joven del lugar antes que dijera algo más.

–¿Pero estas víboras tienen derecho a menospreciar a mi madre? La verdad es que no pueden llegarle ni siquiera a la suela de los zapatos. Por favor, son unas trepadoras y tienen más esqueletos escondidos en el closet que el mismo diablo. Además, sobre no parecerme a él, eso es lo bueno abuela, él está viendo a alguien que ama en mí. ¿Verdad padre? – él no tuvo otra opción que asentir. No tenía idea de cómo esa jovencita lo sabía, pero allí estaba tan claro como el día y la noche. Para colmos, su madre entraba en ese momento por la puerta, con un vestido de verano hermoso que le quitaba varios años y que mostraba el cuerpo voluptuoso que exhibía la joven con su ropa apretada. Cerró los ojos y los volvió a abrir con miedo a que el espejismo desapareciera.

–OH… ya se de quienes son. – Todos se quedaron mirando a la joven que no le quitaba la vista a la mujer que sonreía sin comprender. – Sólo puedo imaginar los problemas que esos ojos le han dado, pero comparto el sentimiento. – Con esas palabras se quitó los lentes de contacto que escondían su último secreto. Giovanni y la madre de este pensaron que morían cuando una mirada exacta a la de ella les sonreía desde el rostro de la joven.

–Ciertamente, hija de puta saca a padre de dudas. – La voz ronca y sensual dejo a todos sorprendidos. Ninguno de los presentes se esperaba esa aparición.

   

 

 Capítulo 2

 

               El silencio se había posado en la habitación. La mujer que había llegado era pequeña de tamaño, pero su presencia era imponente. Siempre lo había sido, pero la madurez la había convertido en una fuerza a tener en consideración ante cualquier enfrentamiento. Giovanni no podía creer la imagen que tenía frente así. Con un moño apretado, una vestimenta de ejecutiva y como adorno a su femineidad unas pantallas y collar de perlas. Karla la mujer que se había paseado por sus sueños, tanto como en sus pesadillas, ahora ni siquiera se dignaba a mirarle.

               –Madre un gusto volverte a ver. – ambas mujeres mantuvieron la distancia, no hubo un encuentro efusivo y la mujer que había sido lava candente en sus brazos en su juventud, ahora miraba todo con frialdad.

               –Mám… por qué llegaste tan pronto. Yo estaba comenzando a conocer a mi padre. – Fransheska por primera vez parecía una niña frente a su madre.

               –Hablaremos luego a más detalle. ¿Has hecho algo o a sucedido algo importante que debamos arreglar? – Giovanni sostuvo el aliento mientras madre e hija se miraban una a otra como si estuvieran conversando en silencio. Karla lanzó una mirada de frío odio a su prometida, lo que le aseguro que la conversación que él sospechaba era real. – No me interesa la opinión que puedan tener sobre mí, pero cualquiera que intente hacer daño a mi hija pedirá en suplicas la muerte cuando acabe con él o ella. Laura verifica si existe algún gasto que cubrir incurrido por mi madre o mi hija, te espero en el auto.

               –Si señora. – La secretaria se apresuró a recepción, habló con los encargados y estos le señalaron al hombre que había dejado a atrás. Al regresar se disculpó en voz baja. – Mis disculpas señor Vasco, la recepcionista ha mencionado que el desayuno había sido una invitación vuestra. Es mi intención cubrir los gastos de las damas.

               – Qué damas y qué carajo. Una mocosa del demonio y una vieja chocha que no sabe donde tiene la cara, teniendo una hija tan descarada como para regresar por acá. – Todos tomaron aire, las amigas de la novia compartieron el chiste de ésta, pero Giovanni quería que la tierra se lo tragara. Nunca pensó que sería humillado en su hotel, por la mujer que pensó por un momento podría compartir su vida. Miró a su madre como pidiendo disculpas y agradeció en silencio que las mujeres a las que se referían hubiesen salido del lugar. 

               –Pido disculpas, más le suplico no repita este comentario ante mi hija. No deseo que nuestra relación se vea truncada desde el comienzo por malas intenciones de terceros. Además, no hay nada que cubrir. Ciertamente comprenderá que fue mi idea este desayuno en un intento de arreglar ciertos detalles de mi posible boda. – La incertidumbre en esas palabras para un hecho que las mujeres habían dado por sentado tuvo diferentes reacciones, Laura sonrió con sorna, la madre de Giovanni suspiro de alivio y las tres buenas amigas salieron del lugar humilladas. No tardaron en ser seguidas, aunque los pasos de Giovanni se detuvieron al ver la limosina que estaba en la entrada. Karla parecía estar dando órdenes a dos mujeres, que eran una reflejo de la otra, jóvenes que asintieron y tomaron unas llaves, para luego dirigirse a la camioneta de la señora Flores y VW que él conocía bien. Sonrió sin poder evitarlo recordando las horas que había pasado para mantenerlo vivo, el verlo corriendo y con un motor que parecía ronronear le dio esperanzas sobre el futuro, ese VW había sido la excusa perfecta para acercarse a Karla y pasar horas a su lado. Ahora sólo tenía que esperar a que Karla reconociera su presencia, bastaba con una mirada. Solamente una mirada para saber que todavía estaba en su pensamiento. 

               –No puedo decir que ha sido un placer, pero espero que más adelante eso se pueda remediar. Me disculpo por la controversia que pudo haber despertado la niña, aunque no debo disculparme de algunos insultos. – Esto último lo dijo dirigiéndose a las tres mujeres que no se habían movido del lugar y que miraban embobada el poder que Karla exhibía sin intentarlo. La chofer abrió la puerta a todas. Karla fue la última en entrar, sólo por unos segundos se volteo a mirarlo directamente a los ojos por primera vez y asintió, como reconociendo que luego tendrían que hablar, pero para él fue suficiente, la chispa seguía en su corazón y estaba decidido a descubrirla en el corazón de ella.  

               Él tuvo que apretar los dientes y los puños intentando controlar su deseo de ir tras ellas. Quería saber más, deseaba saberlo todo. Pero ella parecía no necesitarle, como uno luchaba contra el invierno. Simplemente uno no luchaba, uno sobrevivía y si no lo hacías morías antes de la llegada de la primavera. Pero él llegaría a ver esa primavera, apostaba hasta su alma a que sería de esa manera. 

               –Madre crees qué tengo derecho a entrar en sus vidas.

               –Legalmente sí, pero si lo haces por esa vía todas lo resentirán. Con lo independiente que son y siempre han sido, en bonito lío te has metido. Aunque la joven tiene pinta de ser una chiquilla resuelta, así que espérala. Va a regresar a tu lado, ya sea sólo con intención de alborotar tu ordenada vida. Ahora tendrás que pensar en que quieres que encuentre cuando regrese. – dijo la mujer que miraba con rabia a la novia de su hijo que parecía intentar congraciarse con ella. Lo que esa chiquilla estúpida no sabía era que siempre había sabido que era una alimaña ponzoñosa. En verdad que su hijo tenía un gusto peculiar por las mujeres que eran un serio problema.

 

~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~            ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~

              

En la limosina el silencio entre las tres mujeres era de velorio. Todas intentaban mantener su mente o mirada apartada del asunto principal.

               –¡KARLA! ¿Qué esperas para pegar el grito? – Fanshseka no podía creer como su abuela estaba gritando, era como si no comprendiera que nada de eso funcionaba con su hija.

               –Que quieres que te diga, dime si existe alguna forma de arreglar todo esto. En ningún momento pensé que Giovanni tenía posibilidad de ser el padre. Cuando Fransheska no se pareció a él o nadie de mi familia muy bien sabes que ambas pensamos lo peor. No por eso dejamos de cuidarle y amarle, pero nunca pensamos que era bueno que la trajéramos por estos lados. Lo malo es que ella ha demostrado en los últimos meses una habilidad que le permite conocer secretos de otros aún sin quererlo. Lo que no me ha permitido guardar el secreto de nuestras dudas bajo la máscara del amor juvenil. Supe desde la primera vez que tendría que enfrentarme a este día. Tu nieta es tan mula como todos los miembros de nuestra familia, incluyéndote a ti, a mi padre y a mí misma.

               –¿Qué?

               –Abuela respira, según mami me ha contado, existe un legado en nuestra sangre. Soy hija suya así que tengo un don igual que el de tío o mami.

               –Pero mi hermano murió loco y tu madre… por Dios… mírala, ya no sonríe, ni siquiera es capaz de mostrar enojo cuando sabes que debe estar furiosa por tu jugarreta. – la voz de su abuela estaba cargada de emoción, el dolor y el miedo estaban presente en su suplica.

               –Sí y esa es un de las razones por lo que he regresado a su hogar. Vamos a necesitar tu apoyo y el de mi padre. Sé que mami no quiere cargar a nadie con su condición, pero su lejanía con el mundo real… con el mundo que la puede mantener viva, no es saludable. – Fransheska vio a su madre negar con la cabeza como si no pudiera creer lo que escuchaba. – dime entonces que lo viste feliz al lado de esa busca fortunas. Dime que no viste como aún te ama y aún así estas dispuesta a darle la espalda. Ese es tu don, ver posibilidades y el como esas posibilidades han llegado a suceder.

               –Yo te digo lo que he visto, si tú me dices que has escuchado.

               –Mi familia se ha vuelto completamente loca. – Valeria parecía querer echarse a llorar, había vivido esa vida de locura con su madre y su hermano. Nunca pensó que su hija y nieta sufrirían esa condena.

               –No madre, simplemente hemos aceptado las cartas que la vida misma nos puso en la falda. Ahora observa el poder de tu nieta y el de tu hija. – de esta manera amabas compartieron información sobre el lugar, las personas que estaban cerca y los posibles futuros y de los pasados que habían sido testigos.

    

 Capítulo 3

             –Ok, la novia al igual que sus amigas dan saltos de alegría al pensar en la cartera de mi padre. Aún no saben que los hoteles están perdiendo dinero. Ni siquiera se dieron cuenta que él les había puesto una trampa con una tarjeta de crédito. Un juego sucio, pero tanto la abuela como mi padre, ambos son muy cuidadosos con el dinero. Algo que ver con la crisis económica que dejo el abuelo al morir. Parece que el dinero era de la familia materna y él hizo un buen trabajo despilfarrando cada centavo que caía en sus manos. La abuela cree que ha engordado seis libras, más está considerando meterse bajo el bisturí. Mi padre de por si estaba hecho un estúpido, deseaba matar a alguien llamado Michael, más zarandearte en cuanto te viera. Lo que no sucedió, así que no creo que lo otro suceda. – Valeria tomo aire, pero se relajo al ver que su hija no reaccionaba ante la mención de su viejo compañero de escuela y vecino.

               –¿Crees que tu padre necesita ayuda económica?

               –Está seguro de que el negocio que está emprendiendo con un socio va a funcionar. Tú sabrás mejor si funciona o no. – Fransheska se encogió de hombros, no era como si entendiera de negocios aún cuando escuchaba sobre ellos cada vez que iba a visitar a su madre en la oficina.

               –El negocio es bueno, pero la persona lo va a estafar. Giovanni tiene tres futuros ante él y un cuarto camino que no puedo ver, donde supongo estoy yo envuelta. Ya sabes que no puedo ver mi propio futuro. Se casa con la Barbie, cabeza hueca, se quedará con las manos vacías, ya que lo que más desea es un hijo y ella no se lo puede dar. Segundo futuro, se queda solo y tú le visitas, pero no es feliz y por alguna razón en la tercera opción lo vi en prisión. Pero lo único que lo podría hacer explotar es Michael y este ya está en la cárcel, así que dudo que pueda ser ese el caso.

               –Todo esto es real. ¿Verdad? Es que no les da miedo saber tanto de lo que otros desconocen.

               –No madre, yo he aprendido a vivir con ello y a sacar provecho. Es por ello que el futuro está asegurado económicamente y mi segundo trabajo mantiene cierto control en ocasiones en el mundo que nos rodea. – Hablaba de las veces en que había dado información a diferentes gobiernos para evitar atentados terroristas o salvar vidas bajo situaciones extremas de desastres naturales. –Sé que es difícil, pero a diferencia de tío Bob, sé muy bien que la locura es mi final y que tal vez termine sin poder reconocer el rostro que me mire desde el espejo. Pero a diferencia de él, yo he podido planificar para mi futuro, para no llegar a ser una carga para los que quiero. La perdida de emoción ha sido algo que no pude deslumbrar por esa maldita regla de no poder ver mi futuro. Pero por lo demás estoy satisfecha con lo que he logrado. Mírame, madre, crees que si hubiera sido una joven normal hubiera podido sacar hacia adelante a mi hija y poder ayudarla a madurar de la forma en que lo ha hecho. – La mujer asintió viendo a su hija bajo la luz del éxito que se había labrado, pero eso no quería decir que como madre no sufriera por su suerte.

               –Vamos Abu, las mujeres de esta familia son fuertes, y les gusta jugar duro, rápido y fuerte. – sólo pudieron compartir las carcajadas la mujer mayor y la joven mientras un brillo de anhelo se posaba en los ojos de la mujer que veía el pasado, futuro y las diferentes posibilidades con fría reacción.

               –Disculpen, es para informarles que estamos llegando a la casa. – dijo Laura a través del interfono de la limosina.

               –Gracias Laura. ¿Pudieron alquilar lugar cerca a la casa familiar? – Preguntó Karla con voz fría.

               –No había nada en alquiler, pero existen tres casas en venta. Si lo desea podemos pedir cita para la tarde.

               –No es necesario, compra la que más terreno tenga y prepárate para una compra rápida. Diles a las chicas que verifiquen el perímetro, pero sin ser demasiado rudas con los vecinos. Recuerden, no estamos en la ciudad. – Karla vio como su madre suspiraba como si estuviera acostumbrada a que su hija diera ordenes como un general en el ejercito.

               –Karla tienes que visitar a tu padre. Es la primera vez que pisas la casa en años y de seguro él necesita saber que estas bien.

               –Si tuvieses razón, él ya sabría todo lo que había de contar ya que tu lo mantendrías al tanto. – La mujer asintió aceptando que su hija decía la verdad. Pero eso no evitaría que su hija encendiera algo de incienso para su padre y que ella volviera a suplicar para que los cielos cuidaran de su hija. 

    

~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~               ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~       

 

               En el hotel la cosa era mucho más tensa. La discusión se había limitado a tres personas en la oficina de Giovanni y no por primera vez deseaba haber tenido esa conversación en privado con su madre. Suspiro profundo tratando de controlar su genio, que pareció estar en punto de ebullición desde que Karla había desaparecido dentro de la jodida limosina.

               –¡¡NO PUEDE SER TU HIJA!! ¡¡¡MALDICIÓN!!!– esa era la novia histérica anunciando a todos sus empleados, a toda voz que había problemas en el paraíso.

               –Disculpa querida pero la genética no miente. La niña se parece a mí y al lado de mi familia. – ambos sabían que ese intento de devolver un poco de orden a esa discusión era imposible. Pero todo estaba perdido desde el momento en que él permitió que Karla escapara de su lado. Años atrás debió enviar su orgullo al infierno e ir tras ella. Vio como ambas seguían enzarzadas en su conversación. Tanto así diciendo que hasta ahora la niña era la única heredera de ambos, no oficialmente, pero sí quedaba claro que eso cambiaria ante un notario lo antes posible.

               –Madre no ayudes. Además, una prueba de paternidad dejara claro sí es mi hija o no.

               –Como si eso te importara mucho. Lo único que deseas es ir corriendo tras la estúpida esa. – Giovanni sonrió ante lo acertado del comentario. –No tienes por qué hacerte esa maldita prueba, ninguna de las dos te ha necesitado. Se ve que Karla ha hecho su vida sin necesidad de tu dinero.

               –Esa no es una decisión que te toca tomar a ti. Juro que deberás espabilarte un poco más. Sabes muy bien que yo no estoy en vías de hacer una familia normal. Tenemos un trato que podemos romper en estos momentos evitando de esa manera dolores de cabezas futuros para ambos. – Tanto Giovanni y su madre la vieron salir como una tormenta por la puerta. Para el mundo eran una pareja de novios común y corriente, pero en la intimidad entre ellos, era más un contrato de negocios.

               –De verdad, no sé qué vas a hacer con esa mocosa.

               –Por ahora nada, necesito saber más de Fransheska y de Karla. Que ha sucedido con ambas en los últimos años y por qué Karla parece más un pedazo de hielo que la mujer que un día ame.

               –Qué vas a hacer cuando sepas. Sabes que esa chica siempre fue difícil y mantuvo a todos a raya. Tú no serás diferente en estos momentos.

               –Algo que he aprendido hoy, es que Karla no me ha olvidado, algo ha cambiado, pero si es una lucha… yo pienso ganarla. – En ese momento Miranda no supo que decir, pero sentía en su pecho un orgullo tan grande por el valor que mostraba su hijo. Era tan diferente a su padre, siempre lo había sido. 

   

~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~     

 

               –Maldita mocosa. Pero ambas se van a arrepentir de haber venido a estropear mis planes. – sus amigas asintieron, habían escuchado parte de la discusión desde la sala de espera. Por lo menos los gritos de su amiga. Las tres eran como uña y carne, siempre lo habían sido. Pero no había duda de lo que sucedería si esta fallaba en asegurar a Giovanni, las otras dos no perderían la oportunidad de cazarlo. Tal vez, por eso la amistad había durado tanto, eran, como decían algunos, harina del mismo costal.

               –Jey Waleska, por qué no visitamos a Michael. Tal vez pueda ayudarnos con la peste. – todas se miraron en silencio como compartiendo el plan que se estaba formando.

               –No es mala idea, pero alguien tiene puta idea de donde puede estar. No es como si tuviera contacto con criminales en mí día a día. – Waleska no dejo de mirar a sus amigas. Comenzó a caminar como si supiera que sería seguida por las otras, lo que en realidad sucedió. 

               –Yo no lo sé, pero sé que mi tía que es la secretaria de la señora Miranda debe saberlo.

               –Bien… ya tenemos el inicio. – Waleska se volteó hacia sus amigas por un segundo.

               –Alguien podría explicarme como esa mocosa de mierda supo lo de tus abortos Mildred, o lo tuyo Elizabeth o peor aún lo mío; tic–toc, tic–toc...– las mencionadas se encogieron de hombros.

               –No importa, la muy idiota se dará cuenta con quien se ha metido en cuanto encontremos a su verdadero papá. – las risas de las tres eran como música de pájaros en el aire. Varias personas se detuvieron para admirar la belleza, casi clonada, de las tres mujeres. Realmente eran un regalo de los dioses, incluso algunos hombres se miraron entre ellos, como si desearán acercarse. Lo cual no paso desapercibido con las mujeres las cuales comenzaron a moverse con más sensualidad. Sus carcajadas se volvieron vulgares al escuchar una cachetada y los gritos de una mujer insultando a su novio por estar mirando lo que no se le había perdido.

 

Capítulo 4

 

–Hola padre, hace mucho que no visito tu altar. Sé que nunca he estado completamente sola en este sendero que me ha tocado caminar y agradezco aquello que me has obsequiado. Amor y confianza en mí misma. Aún cuando yo no sabía si estaba haciendo lo correcto llevando mi embarazo a término, criando sola a mi hija y creando la empresa que he creado. Sé que estás orgulloso de tu nieta, se parece mucho a ti y a su tío abuelo, ambos cargados de vida, ambos cargados de amor para dar a todos los que lo busquen. Comprendo que es tarde, pero les presento a Fransheska, tiene dieciséis recién cumplidos y ya es todo un dolor de cabeza, como un día lo fui yo. – Fransheska vio como su madre hacía una reverencia en el suelo, lo cual era según la cultura japonesa, el lugar en que el abuelo Chang había nacido. Al ver la foto de su abuelo en el altar comprendió a quien se parecía su madre con su cuerpo pequeño y casi sin curvas. La abuela por otra parte no era grande, pero le había legado a su hija el cabello rojizo fuego y la mirada. No comprendía como su madre podía haber tomado algo de ambos de sus padres y haber hecho algo tan hermoso, mientras que ella no se parecía a ninguno de los dos, sino a su abuela paterna. Diablos cuanto daría por los ojos de su madre o por lo menos los ojos oscuros de su abuelo materno.

–Abuelo. – ella imitó la reverencia tocando la frente con el revés de sus manos que se mantenían en el suelo. –Tío, un honor conocerles.

–Niñas, el almuerzo está listo. Yo voy a la tienda a avisar que no hagan ningún pedido para la boda de Giovanni, realmente creo que, si se llega a dar, será por puro milagro. – La mujer salió por la puerta murmurando sus pensamientos. Pero ni su hija, ni la nieta prestaron atención a esta. Ambas tenían su atención puesta en lo que veían del pasado o escuchaban.

Karla no podía sonreír, aunque quisiera, mientras veía a su padre entrar con su esposa en brazos, o más aún mientras la sostenía a ella de bebe frente al altar presentándola a su mejor amigo.

Mientras Fransheska escuchaba las voces del pasado, entre mescladas con los deseos que plagaban el lugar, todo a través de las imágenes que observaba su madre. Ella sí tenía varias lágrimas bajando por sus mejillas al observar a su madre y el dolor que esta no podía expresar por todas las escenas que recibía. Incluyendo la soledad aterradora de su madre en una casa que se le había quedado grande al ella partir. Esa soledad no provocaba emociones en su madre, eso era lo que le asustaba. Ambas tenían claro que con el paso del tiempo y el uso de sus dones esa frialdad iba en aumento, destruyendo a la mujer que un día fue.

La joven tuvo que admitir que estaba perdiendo a su madre poco a poco, pronto no quedaría suficiente que pudiera reconocer su nombre. Algo se tenía que hacer… su padre tenía que ayudarla.

–Má, tenemos que decidir qué vamos a hacer con lo de Pá. No podemos dejar que lo estafen y mucho menos que se case con ese demonio de dos caras, o en este caso tres, porque esas amiguitas no son nada bueno solas, pero juntas son reinas del infierno. – Fransheska acompaño a su madre a la cocina, donde los olores le parecieron conocidos, cuando su abuela se había quedado con ellas, la cocina se convirtió en su dominio. No hubo forma de sacarla de ella, sin embargo, eran las únicas comidas que se hicieron en su hogar. Lo que había heredado de su madre era la capacidad de hacer un desastre de la cocina.

–Fran aún no es seguro que sea tu padre.

–Ok nos hacemos la prueba de paternidad. – la joven vio como su madre asentía. – Entonces cual es el resultado.

–Sí eres tú y tu padre solamente estará sobre el noventa por ciento de probabilidad. Pero si se añade a tus abuelas y a mí en la ecuación, estará sobre el noventa y ocho por ciento. – la información fue fría y como si la estuviera leyendo de la hoja de resultados. Lo que era seguro estaba haciendo, lo único que era una hoja que estaría en las manos de su padre o su hija en algún momento.

–Aclarado ese punto. Volvemos al tema principal; ¿Qué vamos a hacer?

–¿Qué quieres que haga Fran? No es tan fácil como decirle, “aquí tienes el dinero que necesitas”. Eso no lo va a hacer un hombre feliz. – el intento de ironía en su madre le provoco una sonrisa en los labios, la ironía no había llegado precisamente, pero se entendía. 

–No, pero con tu gente detrás de este negocio puedes entrar, asegurar que hay ganancias y que a mi padre no lo estafe ese cerdo. – Karla pareció mirar a su hija, se enojo por su incapacidad de mostrar orgullo. –Sé que te sientes orgullosa de mí. Eso es lo bueno de mi don, no tengo que sentirme fuera de tu mundo. Puedo escuchar tus pensamientos y tus deseos.

–Voy a llamar a Laura para que haga una cita con las partes, pero tienes que estar pendiente a ver qué es lo que quiere ese “cerdo”, como tú lo llamas, en realidad quiere. Sabes que tienes que controlar lo que sepas y no soltarlo como la última vez. – la joven asintió sonrojada, sabía muy bien que su madre no lo decía a mal, pero esa vez a la que se refería había provocado cierto escándalo con una mujer que estaba acostumbrada a parecer una víctima cuando era toda una reina de la estrategia. El negocio no se vio afectado, pero había costado mucho el poder explicar lo que sucedía.

–Mam siento lo de esa vez… sé que debo controlar mi genio si deseo sobrevivir a este don. Hare lo mejor que pueda. – Karla asintió, no había forma de controlar esa tormenta, solo esperar lo mejor.

–Laura… ¿todo bien con la compra? Bien. ¿La casa necesita arreglos? Es de esperarse, has un precio justo y que cubra parte de los arreglos con lo que nos ahorramos. Necesito que te comuniques al hotel, has una cita de negocio con Giovanni. Sí, Fransheska va a estar presente. Ya sé y se lo he dicho. Sin embargo, es algo que estoy haciendo a su petición, aún cuando tiene razón. Nos vemos luego. – Con esas palabras cerró la llamada y miró a su hija esperando su sonrisa. –Nos llamará en una hora a lo mucho con una contestación. Luego tendremos que dar una vuelta y ver la casa que acabamos de comprar.

–Tenemos que comer o la abuela se va a enojar con nosotras. – sirvieron la comida y su hija lo hizo cantando alguna canción que había escuchado en la radio, se sentaron a comer en un buen ambiente. Fue de esta forma en la que Valeria las encontró. Sonrió al verlas sin poder creer lo llena que se sentía la casa. –De nada abuela, juro que ha sido un placer venir a visitarte.

–Vivir contigo debe ser una pesadilla. – dijo la abuela con una sonrisa en los labios y negando con su cabeza. De verdad que no sabía que iba a hacer con esas nos niñas. –Vi a Laura en la casa de los Chiaves. Lleva vacía varios años y no ha sido cuidada. ¿La vas a comprar?

–Se puede decir que ya es nuestra y servirá su propósito en cuanto se termine con las remodelaciones.

–¿Y eso va a ser…?

–De asilo para tu hija loca. Más una central de mi compañía. Estoy vendiendo la mayoría de los negocios pequeños. Tu nieta no desea seguir con el negocio. Así que no vale de nada a esperar a que yo no pueda tomar una decisión y dejarla con el problema de decidir. Además, ya dejé el trabajo de bróker, ahora me toca descansar y evitar adelantar mi locura queriendo salvar al mundo. – Fransheska se levantó con mucho ruido y comenzó a lavar los trastes mientras tarareaba una cancioncilla. Su voz no tardó en quebrarse, sabía y temía por el futuro que le esperaba a su madre y le parecía más que injusto que alguien con el mundo para jugar, con una vida por delante estuviera atada a un destino tan cruel. Un destino que posiblemente le tocaba a ella seguir. –Lo siento Fransheska debí quedarme callada o no ser dada a los detalles.

–No es eso, es que me parece tan injusto. Furiosa con el destino por darnos estos dones versus el cobro tan grande. El tío ni siquiera pudo casarse. Al regresar de la guerra vivió encerrado en su habitación con miedo a ser tocado. Al final no pudo reconocer a su hermana, ni a su mejor amigo. Al cual amaba como un hermano. 

–Yo tuve a Giovanni, te tengo a ti y veamos que más nos tiene el destino guardado. Sabes que no soy de las que le enseñan la barriga a la vida, para que ésta la desgarre a mordiscos. Si me voy, será peleando hasta el final.

–Eso lo puedes jurar niña. Si alguien sabe dar una buena pelea, es tu madre. Tu tío pudo aprender a vivir con su don, pero temía a todo lo que veía, esto por las cosas que vio en la guerra y según tu abuelo, las cosas que vio en los actos secretos de aquellos que consideraba amigos. Para él fue imposible volver a confiar, solo pudo salvar a tu abuelo, nunca pensó que fuese ese jovenzuelo al que salvo el que lo traería de vuelta a casa. – Valeria estaba segura de que ella no se cruzaría de brazos al ver como su hija se deterioraba. La conversación termino cuando tocaron al timbre. Fue a abrir y no se sorprendió al encontrarse con Laura que parecía necesitar… un baño.

–Disculpe mi apariencia, un pequeño percance en la casa que se ha comprado la señora.

–Si lo desea el baño esta al final del pasillo.

–Está bien, lo agradezco, pero primero necesito hablar con la señora sobre la cita que solicitó. – Valeria, asintió, aunque deseaba preguntar de qué cita estaba hablando.

–Laura, dime… ¿qué ha sucedido? – La pregunta era de Fransheska, pero Karla también deseaba saber la respuesta.

–Digamos que el suelo de la casa ha demostrado ser menos solido de lo que parecía y que gracias a mis generosas curvas no supe que tan profundo era el sótano. Debo admitir que fue más el susto y el asco al tener que arrastrarme por el suelo para salir, que otra cosa. Los arquitectos estarán visitando el lugar mañana, luego tendremos la visita de los diferentes contratistas del área.

–Emplea a la mayor parte de ellos de estos lugares. De esa forma ayudaremos un poco al lugar. – La mujer asintió y un poco de polvo salió volando de su cabello.

–La cita con el señor Vasco y su amigo es hoy a las siete. Le sorprendió saber que era por asuntos de negocios y creo esperaba otra cosa. Le mencione que la joven estaría presente al igual que una de sus guardaespaldas y yo, por supuesto. He llamado a una de sus abogadas estará pisando suelo dentro de cuarenta y cinco minutos. Gracias al cielo, la había llamado para arreglar los papales de la casa y los contratos. Así que no creo que le moleste añadir una tarea más. – Karla miró su reloj de mano y vio que tenía varias horas, en las que podía buscar información sobre el negocio y poner al tanto a su abogada al respecto y de lo muy posible que todo se fuera al demonio. Lo que a ésta no le gustaría para nada.

–Madre, voy a necesitar que pongas a los jóvenes que trabajan para ti a arreglar el jardín de la nueva casa lo antes posible. Tienes carta blanca. Recuerda que es para mí y… bueno tú entiendes. Laura encárgate del contrato. Fransheska, necesito que te cambies de ropa, los lentes de contacto son validos, pero la ropa debe ser de negocio. Nada de escandalizar a los demás. – La joven asintió dispuesta a mezclar un poco de su estilo con la imagen que su madre deseaba. Gracias al cielo su madre comprendía mejor que nadie lo mucho que había odiado su mirada de niña buena. Pensó en los lentes que utilizaría, los de gato, esos darían una buena imagen. Pero con que los combinaría. No trajo mucha ropa. – parte de tu vestuario está en la que va a ser nuestra habitación. Laura escogió la ropa.

–¡Ah! Gracias Laura, sólo el cielo sabe lo que mi madre hubiera metido en la maleta.

–De nada señorita. Señora Karla, me disculpo, pero debo tomar un baño. – Laura iba a salir de la habitación, pero se vio detenida por Valeria, que pensó en asegurarse que realmente la mujer estuviera bien, pero esta se detuvo y volteo a mirar directamente a Karla. – Disculpe el perímetro fue subido, las gemelas esperan ordenes, la chofer alquiló un lugar cerca para todas ellas, pero es un estudio, lo bueno es que tiene lugar para estacionarse.

–Está bien, una de ellas debe acompañarnos la otra puede descansar, si las cosas salen bien no habrá mucho que hacer.

–Y si salen mal.

–El infierno se soltará y estaremos bailando con los demonios. – dijeron Karla y Fransheska al mismo tiempo. Era lo que Karla decía cuando iba en contra de su instinto, siempre sobrevivía, pero no quería decir que la lucha fuera fácil. Todos menos la que daba las órdenes sonrieron, pero Fransheska sabía que su madre compartía la broma.

 

Capítulo 5

–Nunca pensé que una cárcel fuera un lugar tan grotesco. La verdad es que tendré pesadillas para el resto de mi vida. – Elizabeth quería ponerse a llorar. De verdad fue a ella a quien se le ocurrió esa idea. Michael estaba ante ellas con cara de aburrido y algo más en sus ojos que le provocaba terror.

–Michael, querido… no sé que tanto sabes de Karla. Pero creo que debes saber que ha regresado al pueblo, forrada de dinero y con una hija. – eso pareció llamar su atención.

–¿Eso a mí qué? Ahora que recuerdo ella no era amiga vuestra precisamente. Así que nada bueno se deben traer entre manos.

–Cierto no éramos amigas y ahora mismo ella y su mocosa están en medio de mi arreglo para el futuro. Así que te tengo un pequeño negocio.

–Déjame adivinar. Yo la asusto para que salga corriendo del pueblo y tú te quedas con eso en lo que ella está poniendo sus manos y que tanto te interesa. Mira carita linda, acá esta el lío, no hay forma que yo pueda salir de este lugar y más todavía llegar a ser una amenaza para Karla y su hija.

–Ah… pero es que no te he dicho, la niña tiene dieciséis años, tú has la cuenta. Además, para que están las salidas bajo fianza y los buenos amigos. – ambos compartieron una sonrisa cómplice él estaba pensando en las posibilidades y Waleska estaba disfrutando con el dolor que le iba a provocar a Karla solo por haberse metido en su camino.

 

 ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~         ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~              

 

Las siete menos cinco y él no había podido sentarse tranquilo en una silla a mirar los papales que le habían enviado. Su mejor amigo lo miraba con un whisky en la mano. Realmente no era la reunión que esperaba, pero eso era mejor que nada. Estaba en una sala de conferencias del hotel, un lugar de trabajo que había creado tanto para la administración del hotel como para los que visitaban el lugar y necesitaban trabajar. Ahora se volvió hacia el ventanal deseando que esos minutos que le parecían eternos pasaran con rapidez.

–Señor… su cita de las siete ha llegado. – Su secretaria lo miraba confundida, pero era diligente y guardaba muy bien el control en sus facciones.

–Hazlas pasar por favor. Bien listos o no, acá vamos.

–Estás seguro de que deseas hacer esto, aun podemos ser tu y yo. – Giovanni no iba a desaprovechar ninguna oportunidad de crear un lazo con Karla, aunque fuera laboral.

–Buenas noches caballeros. – Karla saludo fríamente a ambos, presento al grupo que les acompañaba incluyendo a su abogada y guardaespaldas.

–Un placer. Karla tú dirás a que viene esta oferta.

–Soy algo así como inversionista en diferentes negocios. Tu idea y la de tu amigo llegó a mi atención mientras estudiaba tu situación. – Él fue a protestar, pero ella levanto la mano. –Protocolo para proteger a mí hija, nada más nada menos. Giovanni eres un hombre de negocios y sabes que proteger a tu familia es lo principal cuando esta se entrega a ideas descabelladas.

–Gracias mam. – ella asintió ante el comentario, Giovanni tuvo que reconocer que él hubiera hecho lo mismo en su situación.

–Veamos, yo cuento con dos compañías una es una red de comunicaciones de internet. Siempre está creando nuevos programas que ayudan a los usuarios algo así como “Friendly Users Programs”, la otra da buenos dividendos en la creación de juegos. Ambas son mi aportación a esta sociedad, claro está bajo la administración de mi gente, tú pones el dinero Giovanni como tenías planificado y tu amigo acá presente la creación de la nueva línea de juegos. Nada cambiaría, solo que serán tres lo envueltos y tendrán mayores recursos.

–Esas compañías que menciona son conocidas. – Laura se movió y entregó un portafolio al hombre que no tenía duda que eso era una buena proposición.

–¿Karla, por qué? – ella miró a su hija y esta asintió.

–Laura llévate al caballero y explica las herramientas con las que contará. Deja claro que se espera de él. – Giovanni fue a protestar, pero su amigo estaba tomando notas al borde de los papeles pensando en que tan grande podría llegar a ser el proyecto que en un inicio estaba limitado por los recursos. –Ahora niña explica.

–No tiene malas ideas, pero debe mucho dinero. Creo que ve esta oportunidad como una de hacer dinero en gran cantidad en poco tiempo. Sino ya sabes lo que va a suceder.

–¿Podemos confiar en él?

–¿Con dinero? Jamás, pero la verdad es un geek nacido. Creo que está enamorado de la persona errónea. – Después de esas palabras Fransheska salió de la habitación llevándose con ella a la gemela.

–Qué es todo esto. ¿A qué se refiere ella?

–Recuerdas los sucesos extraños que te avise te sucederían si no tenías cuidado. O los casi accidentes que evitaste. Bien siempre he podido ver más que los demás. No es una ciencia fiel, pero si justa cuando se sabe mirar con cuidado en los detalles. – él asintió pero sin poder comprender por completo. –Temprano vi como eras estafado por un amigo. Tu hija escuchó como están las cosas en los hoteles, ese es su don. Escuchar. Bueno la verdad ha quedado clara la situación, mientras él no tenga acceso a controlar dinero, todo irá a bien. Los veo a ambos con dinero suficiente para sobrevivir esta baja en la economía y él podrá saldar sus deudas y las de esa mujer. Aunque no le quedara mucho si no se aleja de ella a tiempo.

–¿Sabes que estás completamente loca? – Giovanni sonrió a Karla como cuando era joven, pero la sonrisa no fue compartida por esta.

–No completamente, aunque muy cerca de estarlo. – ella se volteó hacia la ventana después de levantarse de la silla. – No me queda mucho tiempo de cordura, tengo que dejar todo listo y claro. El hecho que tengas una relación con tu hija me tranquiliza, aunque me asusta lo que se esconde en la oscuridad.

–Cena conmigo mañana. Tendremos tiempo de dialogar con calma y ver cómo nos vamos a enfrentar a esta situación.  Sabes que estaré cambiando mi testamento, creo que mi madre ya comenzó a cambiar el de ella y la joven es la mayor beneficiara de ambos.

–¿La prueba de paternidad? –Karla lo miraba con duda.

–La voy a pedir, más por callar algunas bocas. No es que la necesite, mi madre y ella son dos gotas de agua.

–Si deseas el mejor resultado para la prueba, debes incluirnos a ambos y si puedes a las abuelas. – el asintió, pero no supo cómo reaccionar ante la frialdad de ella. La vio acercarse a la puerta y temió que saliera sin aceptar su invitación.

–A la cena de mañana, puedes pasar a buscarme a las cinco. No deseo pasar la noche fuera así que… un lugar cerca sería apropiado. – Ambos escucharon un grito de celebración en la puerta y Giovanni no pudo evitar una sonrisa en pensar en el lío que era su hija.

–¿Es siempre tan llena de vida? – Pregunto él, intentando imaginarse a su hija en otras situaciones o lo que Karla quiso decir.

–Siempre es de esta manera. Vuelvo a repetir, ten cuidado de confiar demasiado en los que crees están de tu parte. Tu hija confiará en ti y haces bien en escuchar su consejo, más cuando creas que estará hablando locuras. – Karla no compartió la sonrisa con él, pero parecía, aunque su rostro no lo mostraba, preocupada por algo.

–Qué sucede… Karla dime, por favor.

–Me voy y sé que aún sigues sin comprender la responsabilidad tan grande que tendrás en las manos si decides ser parte de la vida de tu hija. – ella se despidió sin darle una oportunidad para contestar. Pero la verdad no había forma de contestar, era cierto que aún no podía comprender lo que esas dos mujeres podían hacer. 

 

Capítulo 6

Fransheska les lanzó una sonrisa a sus cómplices. Nadie podía negar que cuando un grupo de mujeres se reunían bajo un propósito siempre era un peligro ponerse en su camino. Las gemelas habían buscado las flores que su abuela le había pedido, ella había preparado una crema perfumada que realmente no tenía un gran olor, pero que, según ella, ayudaría a liberar el olor femenino de su hija.

Laura mientras había buscado el vestido más provocativo que tenía la señora y un chal a juego para cubrirla si hacía frío. ¿Ella? Bueno se había encargado de la ropa interior y los zapatos. Su madre no diría nada, pero la ropa que ella había escogido era algodón, cuando esperas seducción debes estar vestida para seducir y ser seducida.

–Madre, Fransheska… qué está sucediendo…– Karla tenía el cabello suelto y este le llegaba hasta la cintura mojado siempre escondido en trenzas o moños apretados, había crecido sin que nadie se diera cuenta.

–¡Má! Es sólo buenos deseos de las mujeres que te queremos. Las gemelas buscaron ciertas flores que la abuela necesitaba para hacerte esta crema. Vamos ponla sobre tu cuerpo mientras yo te peino. – vio que se iba a negar, pero luego se encogió de hombros y se sentó en el borde de la cama haciendo precisamente lo que su hija había sugerido. Fransheska sonrió al escuchar el deseo de su madre de ponerse a gritar como una niña ante la ropa escandalosa que le esperaba. Ella observaba todo con frialdad, pero por dentro se sentía como la joven que nunca fue y que siempre deseo ser. –Todo va a salir bien, lo prometo.

–Me gustaría tener mayor fe en nuestro destino. Sabes que él no va a comprender. Ya intenté explicarle y cuando éramos jóvenes también lo intenté. Nunca llega a ver toda la situación. – Fransheska tendría que hablar con el idiota de su padre más adelante.

–¿Sabes cuánto se tardará lo de la prueba? – en la mañana habían hecho un viaje rápido a la ciudad. En el laboratorio que habían escogido le dieron un susto a la internista que le había tocado tomar muestras tanto de los padres, la joven como las abuelas. Sin embargo, Fransheska había disfrutado de la cara de la joven al verla junto a su abuela paterna. Era como si se preguntara si realmente era necesario.

–No sé cuánto tiempo tardarán. Pero la verdad es que no será mucho. El laboratorio tiene fama de ser rápido en sus resultados Puede que tu padre reciba los mismos en un par de días como mucho. Sabías que antes se tardaban semanas. – vio la sonrisa de su abuela, la mujer veía a su hija bajo una nueva luz. No era que hubiera estado perdiendo emociones, era que había perdido la capacidad de expresarlas. Pero esas emociones estaban presentes, en el temblor de sus manos mientras aplicaba la crema, en la forma que sus ojos se desviaban a la ropa que le esperaba sobre la cama, pero sobre todo en como intentaba cambiar de tema cuando se sentía incomoda. Vio a su nieta asentir ante su pensamiento y tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para no explotar en carcajadas.

–Señora, Kari ha avisado que el señor está saliendo de su casa de campo, donde ha pasado todo el día. Estará en su puerta en treinta minutos poco más, poco menos. – Karla asintió pensando en la casa de campo. Pero fue Fransheska la que se sonrojo como una colegiala.

–Iackkk, eso era algo que no necesitaba saber. – todas la miraron, su madre con un brillo casi malévolo en sus ojos, mientras que las otras dos mujeres con preguntas.

–No es mi culpa que estés escuchando lo que no debes. Ahora sal para que pueda vestirme tranquilamente.

–Prohibido cambiar cualquier parte de tu atuendo. Incluyendo la ropa interior.

–Cualquiera diría que tú eres la madre intentando casar a su hija con el joven codiciado de la ciudad.

–Estoy segura de que podrás devolverme el favor en un futuro. Ahora sexy, hermosa y dueña de su deseo. Recuerda que a las mujeres de nuestra familia les gusta jugar rápido, fuerte, y duro. – Las mujeres salieron de la habitación mientras ella quitaba la toalla que aún la cubría. Karla con dedos temblorosos coloco la poca crema que quedaba sobre su vientre y en sus pechos, no podía negar que deseaba entregarse a las posibilidades, aun cuando sabía que todo sería una desilusión para Giovanni, al verse con una fría sombra de lo que una vez tuvo.

  ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~         ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~             

    El estar todo el día trabajando en la cena y en la cabaña, había sido un viaje al mundo de los recuerdos. Había estado repitiendo la rutina de ese día diecisiete años atrás. En algunas ocasiones se había encontrado tarareando alguna balada que sonaba en el radio. Su madre había llegado en una visita de medico con una compra. Todo lo que ella llamaba afrodisiaco, estaba guardado en la nevera. Su compromiso no había sido roto oficialmente pero su madre le había dejado claro que si se casaba con esa “arpía” negaría haber parido un hijo tan idiota. Esas fueron sus palabras cuando explico que no sería infiel.

–No es infidelidad cuando lo que tienes con ella es un contrato de negocios. Además, la chica se está moviendo de forma peligrosa. No te preocupes, ya me encargo yo de hacer que se ahorque con su propia soga. – Tal vez si hubiera estado con su mente en lo que tenía en manos y no pensando en lo que podía suceder, recordando lo que en ese lugar había sucedido, hubiera sido más diestro en descifrar lo que su madre estaba intentando decirle.

–Ta ta… querido. Ya me largo y te dejo preparándote. PS, tienes profilácticos. ¿Verdad? – la vio salir soltando una carcajada y deseo saber, no por primera vez, cuál sería la pena por matar a su madre. Quizá viendo los atenuantes le darían una medalla al valor por haber soportado tantos años. Con una sonrisa en los labios había regresado al trabajo de limpiar la casa, cuando estuvo en la habitación abrió la gaveta sólo para cerciorarse de que si tenía protección. Tenía varios, sonrío al ver que había una caja que él no coloco allí y que era extragrande. ¿De verdad su madre pensaba que era tan joven?

Con una sonrisa en los labios por el recuerdo, toco a la puerta de la casa de la señora Flores. No le sorprendió encontrarse con Fransheska, pero si algo en su corazón se movió con intención al verla sonreírle con una mezcla de inocencia y picardía.

–Hola pá. La verdad es que llegaste unos minutos antes de treinta. Pero mami ya está casi lista. – Él quiso preguntar sobre esa afirmación. Pero su voz quedo atrapada en sus labios cuando vio aparecer tras la chiquilla a su madre. Era tan pequeña y delgada que daba la impresión de que desaparecería en cualquier momento. El vestido era corto, escotado y mostraba con orgullo todas las pecas que él en un tiempo había recorrido con sus labios. – ¡AHHHH! Lalalalalala…. Demasiada información… yo los dejo… me largo. Lalalalala 

–¿Dije algo…?

–No, pero de seguro pensaste algo que no debías a su lado. – Karla parecía tranquila y envuelta bajo ese férreo control que ejecutaba a la perfección.

–Luego me tendrás que explicar. Estás hermosa. Nos vamos…– la vio asentir y noto que, aunque tenía a varias féminas detrás de ella esperando verla salir, no se volteo para despedirse. Le ofreció a él el chal y con cuidado lo colocó sobre sus hombros notando la apertura del vestido que llegaba hasta donde la espalda perdía su nombre. El pensó en lo que deseaba hacer con esa piel expuesta y sus ideas fueron detenidas por un aullido de dolor que provenía de la casa. Y los gritos de Fransheska botándolos con rapidez.

–No sé qué te ha hecho gritar de esa forma, pero qué pensará tu padre.

–Realmente le importará un pepino, ya que su mente estaba en otra parte. De verdad si mi madre espera quedarse con la ropa puesta mucho tiempo, es una doncella con necesidad de poner los pies en el suelo. – Con esas palabras la joven dejo a la abuela y a Laura con la boca abierta. Mientras ella tendría que llenarse la cabeza con otra cosa para no pensar en los secretos que su padre dejo atrás. 

       ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~         ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~              

Giovanni se sentía como un adolescente nuevamente, no sabía cómo había podido conducir sin terminar empotrándose contra un poste. Sus ojos siempre se desviaban a la silenciosa figura de Karla. Ella no había dicho nada desde que habían dejado su hogar, él no tenía idea de que pensar, pero si no tenía cuidado iba a enviar todo al carajo y la tomaría sobre la primera superficie que pudiera. Cuando estaciono el auto frente a la conocida casa de ambos, la miró buscando una reacción, pero su corazón fue apretado en un puño al ver que su rostro no mostraba emoción alguna. 

–Bueno… pensé que acá tendríamos algo de privacidad. La casa sigue estando igual que antes. – dijo refiriéndose a la casa, ella asintió, pero no dijo nada para apoyar o rechazar su idea. Ese no era el primer intento de conversación y los temas más estúpidos se le habían ocurrido en un intento de hacerla hablar. –Podrías contarme cómo es que lograste salir adelante en la ciudad. Siempre me dijiste que tenías un plan, pero nunca pusiste las piezas sobre la mesa.

–Me fui para estudiar, esa era la idea, dos meses después descubrí que estaba embarazada y que no sabía quién era el padre. Comencé a utilizar el dinero que mi padre me dejo para la universidad, para apostar en la bolsa de valores, lo cual me dio un duplicado del dinero invertido. Me costó algo de tiempo acostumbrarme a mi formato de trabajo. Pero luego de eso fue cosa de estudiar menos, trabajar más en la bolsa y hacerme un nombre en proyectos e inversiones. Cuando logre terminar la universidad mi hija había nacido, tenía varias ofertas de trabajo y varias compañías pequeñas que estaban creciendo bajo mis manos. – Una explicación fría, nada que pudiera explicarle a él como habían sido esos primeros meses después de saber que estaba embarazada, como había sobrevivido a la violación… pero como diablos se preguntaba sobre ello. 

–Pudiste darla en adopción, por qué no lo hiciste.

–Es una niña especial y sabía que tenía posibilidades de terminar como yo, así que era mejor mantenerla cerca y ayudarla en lo que pudiera a desarrollarse y crecer. – La voz monótona de ella lo estaba sacando de quicio, no era normal estando con ella. Pero parecía que los años y el poder que ejercía habían dejado huella profunda.

–En algún momento pensante que yo debería saber.

–No.

–Maldición Karla… como es que puedes decirme, ahí sentada con fría calma, que no lo pensaste. – Ella lo miró directamente a los ojos y él dudo de lo que el brillo de su mirada quería decir.

–Te recuerdo, que mientras yo salía para mi universidad tú salías con rumbo desconocido a Europa escapando de los planes de tu padre. Yo no iba a ser quien te detuviera. Luego cuando nació y note que no se parecía a ti, ni a mí, sospeche que era hija de… Michael. Así que explícame para que te lo iba a decir.

–Carajo, no tenías por que pasar esta situación tu sola. Me hubiera gustado ayudarte aún cuando fuese hija de… – él guardo silencio, sabía que hubiera sido difícil aceptar un hijo de ese maldito, pero la verdad, por ella hubiera entregado su alma. La vio pararse de la mesa, dejando su palto intacto, y salir por la puerta trasera hacia el descuidado patio, el único lugar que no había terminado de arreglar después de años de abandono. –Karla te ame con locura, eras lo más importante. Hubiera querido estar a tu lado, lo abría matado de haber sabido lo que te hizo. Cuando al fin lo supe… tuvo suerte de estar tras las rejas, es la única razón por la que aún sigue con vida.

–No había razón para que ambos sufriéramos. Mi hija es fuerte, ha sabido encontrar a su padre sin necesidad de nuestra ayuda y más aún, está dispuesta a crear una relación contigo. – Giovanni perdió la paciencia, sabía que no debía hacerlo, pero la tomo de los brazos con fuerza y la hizo mirarlo.       

–¡Karla, quería estar contigo, ante lo que sufriste! Ambos confiábamos en él, no tenía derecho a tocarte sin tu consentimiento. Las cosas que dijo después… lo que le dijo a su novia sobre lo que te hizo. No tenías por que pasar por eso sola… no lo entiendes. Yo quería estar a tu lado… Maldición. Te amo… pero no te entiendo. - Giovanni comenzó a llorar por la rabia contenida, por el dolor que ella debió sentir ante la traición de alguien que ambos consideraban un amigo, pero más todavía por el tiempo que se perdió de su vida y la vida de su hija. –Los dos sufrimos, la distancia no nos evito el dolor y la soledad.

Giovanni al ver no reacción de ella la besó con fuerza intentando llegar a la mujer que un día fue. Sus lágrimas se mezclaron con el sabor dulce de ella, aun sin reacción, él continua con su exploración, su lengua se pasea con pasión por su boca recordando a la mujer que un día fue, la que se entregó a sus brazos en ese mismo lugar. Aun cuando ella estaba fría en sus brazos y sus manos atrapadas contra su pecho no lo acariciaban, sabía que su furia no fue por la falta de ella en llamarle. Estaba furioso consigo mismo y su impotencia para proteger a la mujer que amaba.

–Karla perdóname, perdón por no estar a tu lado, por no poder ayudarte a criar a nuestra hija, aunque has hecho un trabajo magnifico. Pero sobre todo perdón por no protegerte cuando y solo Dios sabe, todos podíamos ver que el estaba enamorado de ti y no estaría feliz con nuestra unión. Perdóname Pequeña… por favor perdona a este tonto. – Giovanni la besaba mientras balbuceaba esas palabras entre llanto apretándola contra su pecho. Cuando la miró a los ojos, noto que ella también lloraba. Tal vez por el tiempo perdido, tal vez por aquello que sintió en el pasado, pero a él no le importaba. La tenía en sus brazos y ella lo aceptaba. Eso era suficiente. –Podrías compartir conmigo esta noche Pequeña.

–Sí…– Un susurro, pero fue suficiente como para que él la tomara en brazos y la llevara en voladas hasta su habitación. Se alegró de haberla limpiado con el resto de la casa, pero ese fue el único pensamiento no relacionado con Karla que llegó a su cabeza. La beso profundamente y permitió que ella comenzara a sacar los botones de su camisa, él busco cómo abrir ese vestido y tuvo que gemir en cuanto logro quitarlo de su cuerpo. Era el mejor empaque que había visto. Los pechos pequeños estaban al aire y la tela que cubría el triangulo de rojizo cabello no se podía llamar ropa interior. La llevó a la cama y comenzó a acariciar cada rincón de ese pequeño cuerpo hasta sentirla gemir bajo sus dedos. En esta ocasión no sería un cerdo, si la conocía no habría estado con ningún hombre y eso significaba que le haría daño si no la amaba de forma correcta. Sin embargo, ella lo agarró con fuerza e intento halarlo contra su cuerpo.

–¿Karla estás planificando matarme…?

–No… por qué preguntas.

–Pequeña has estado a punto de enviarme a la sala de urgencias con un ataque cardiaco, tus manos deberían portarse bien a lo que disfruto de tu cuerpo, además tu ropa es como para levantar cualquier muerto.

–Lo siento yo no escogí la ropa. Lo hizo Fransheska.

–Bueno la niña tiene el sentido del humor de mi madre y el gusto exquisito de su padre. No hay duda. – Después de esas palabras no hubo más conversación, ella soltó un gritito cuando él le mordió el pezón, tuvo que sonreír al sentir las uñas de ella agarrando con fuerza su piel. Sintió sus dientes atrapando con fuerza sus labios, él exploró su boca con su lengua imitando con esta lo que deseaba hacer con otra parte de su anatomía y la sintió apretarse contra su endurecido miembro.

Quiso gritar como un salvaje, ella murmuraba algo contra su boca, pero eran susurros que no llegaba a comprender, cuando la sintió eliminando la barrera de su ropa supo a que se referían dichos susurros. Él no quito la tela de su ropa interior, sólo la movió al lado y gimió cuando ella lo recibió húmeda y caliente dentro de sí. El cuerpo femenino se aquejo bajo él, cuando intento salir para darle tiempo, ella enredo sus cortas piernas en su espalda y no le dejo escapar de su abrazo. No pasó mucho tiempo cuando la escuchó gritar su nombre y él no tardo en seguirle a la culminación del placer. Cuando intento moverse para no aplastarla, ella lo sostuvo sonriendo y con una sonrisa coqueta lamio su labio inferior. Después de eso fue todo más o menos escalando.

Hicieron el amor de forma lenta, de forma rápida y fuerte. En otra ocasión ambos se torturaron con caricias que sólo la madures de los años les permitía ofrecer a su pareja. Él le juro que la amaba, que todo sería diferente y ella sonrió quedándose dormida en sus brazos cuando la luz del amanecer entrababa por las ventanas. Fue en ese instante mientras el sueño se apoderaba de su cuerpo satisfecho que recordó los condones en la gaveta y se dijo que no importaba, ya que esa mujer sería su esposa antes que pudiera decir Supercalifragilisticexpialidocious.

Ninguno de los dos lo sabían, pero no pasaría mucho tiempo antes que su sueño fuera interrumpido por la realidad. Dos de esas realidades habían estado vigilando que nada sucediera y protegiendo a su jefa. Pero mientras ambos amantes se dejaron llevar en brazos de Morfeo, una de ella recibió una llamada que puso en su rostro una máscara fría, la que le permitía matar sin conciencia alguna.

Su jefa había sido la mujer que había salvado a dos chiquillas del infierno, por ella podían matar. El enemigo realmente no sabía a lo que se enfrentaba. Entre susurros ambas formaron un plan para mantener a su jefa en ese camino donde parecía haber encontrado un poco de felicidad.

 

 Capítulo 7

 

Tres días, eso era lo que había durado la paz en la vida de Karla. Fransheska estaba que quería arrancar cabezas. Cuatro precisamente. No tenía idea de quién era el hombre, pero por los secretos que se movían en la habitación no era alguien que deseara conocer. La familia se había reunido a petición de su padre en el hotel para celebrar la llegada de las pruebas de paternidad. El lugar había sido una de las salas privadas del restaurante del hotel. Era espaciosa y tenía una iluminación junto a una decoración alegre. Las víboras de cascabel habían llegado acompañando a un hombre que, al verlo su padre, había despertado en él deseos de asesinar. Las abuelas estaban pensando en llamar a la policía.

–Karla tanto tiempo sin verte.

–Si demasiado tiempo. A qué debo tu visita. – La frialdad en la voz de la mujer tomo por sorpresa a los recién llegados, pero eso no detuvo a Michael en su demostración de buena voluntad.

–No debes ser tan fría con un viejo amigo y el posible padre de tu hija.

–Michael para que quedes informado, ha llegado la prueba de paternidad de Fransheska, donde queda claro que Giovanni es el padre. Por otra parte, te pido que recuerdes que fue lo que te dije aquella noche cuando desperté de la droga que me habías dado. – El gemido de los presentes se vio interrumpido por el movimiento de las gemelas sosteniendo a Giovanni que deseaba matar al maldito.

–Dijiste de forma muy descriptiva como intentarías matarme. Pero ambos sabemos que te falta… cuerpo. Además, puede que no sea el padre, pero la niña definitivamente esta mejor que la madre, cualquier cosa un día de estos debería salir conmigo, cosa que le pueda contar los pequeños secretos que mantienes escondidos bajo la cama.

–Mala respuestas, si hubiese sido mi cuerpo poca cosa para enfrentarte, no me hubieras drogado esa noche. Ambos sabemos que eres muy poco hombre para soportar lo que te estás buscando. Además, tienes que saber que hay una cosa por la que he estado a punto de matar antes, es contra todo aquel que se ha metido con mi hija. En la vida de cada uno de nosotros hay algo que nos es sagrado, para mí, siempre ha sido mi hija. Kiri, no dejes que Giovanni entre en esto. Kari, por favor no dejes que lo mate. – Todos la miraron sin poder entender que quería decir, sus palabras no iban a la par con la voz fría y rostro calmado.  Kari mientras asintió y con un movimiento rápido le lanzó algo a Karla que lo cacho al vuelo. Esta se coloco la manopla como si fuera lo más normal del mundo y sonrió al apretar el puño. –Kari, de verdad, no dejes que lo mate.

Después de eso todos estarían un buen rato explicando que carajo había pasado. Karla se había trepado a la mesa con la gracia de un felino, había caminado entre la comida con seguridad y con una sonrisa casi macabra en los labios hasta haberse acercado a Michael que había dudado de que hacer, pero aún así se sorprendió de la patada que recibió en el pecho y de la rodilla que aterrizo sobre su estomago después del brinco de Karla en el aire. Con manopla en mano, está comenzó a golpear con todas sus fuerzas su rostro, lo único que se escuchaba en la habitación eran los gritos de histeria de las mujeres que habían traído a Michael y las carcajadas de Karla que seguía rompiéndole la cara al idiota que una noche la violó, la humilló y destrozó su confianza en el mundo y en los hombres en general. Pero sobre todo había amenazado, con palabras solapadas, con provocar esa pesadilla en su hija.

Kari, luego de un par de minutos, atrapó a Karla y recibió varios golpes evitando otros tantos, la otra gemela se unió a esta para poder detenerla, pero ninguna fue suficiente. Giovanni la abrazó con fuerza aún recibiendo algunos golpes, pero hasta que no la sintió relajarse en sus brazos no dejo de susurrar en su oído lo mucho que la amaba.

–La tipa está más loca que nunca. – dijo Waleska que no podía creer lo que había sucedido. No sabía qué hacer, o cómo reaccionar al ver que nada había salido tal como estaba en el plan.   

–Sí, lo mejor de todo es que un juez lo vera de esa manera y los policías también cuando lleguen. Pero yo estoy encabronada con ustedes tres idiotas. Así que aprieten los dientes. – Fransheska no se contuvo y golpeó como le habían enseñado las gemelas, pero disfruto más que todo rompiéndole la nariz a Waleska. Total, el médico no había hecho un gran trabajo en ella.

Giovanni le dejo el resto a su madre, tomo a su mujer en brazos y su hija lo siguió mientras la llevaba a una habitación, seguido de cerca por una de las gemelas. No sabía cuál de las dos era, pero realmente no estaba muy contento con ellas por haber permitido que Karla se enfrentara sola a ese canalla. Aunque tenía que admitir que debía tener cuidado de no hacer enojar a su Pequeña, era una mujer de cuidado, sin duda. Ese pensamiento en esa situación le hizo sonreír mirando el cuerpo que temblaba levemente en sus brazos. No había de aquello que decían que el perfume caro venía en envase pequeño… y el veneno también. Tenía que hacer malabares para colocar ese anillo en ese dedo, su Pequeño no volvería a desaparecer.

 

 ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~         ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~             

 

Fransheska había sospechado que algo difícil se avecinaba, cuando su madre le había pedido a las gemelas que se quedaran con ellas durante la cena. Debió haber escuchado mejor lo que se avecinaba, pero esta vez su madre había guardado un silencio total ante las posibilidades.

–¡Pequeña! Despierta… necesito saber que estas bien. – la gemela que les había seguido trajo agua fría en una vasija profunda y metió el puño de Karla en él, intento quitar la manopla, pero ésta aún dormida se negaba a soltarla.

–No va a despertar por varias horas señor. Es su mecanismo de defensa.

–De que carajos hablas Kiri.

–Es Kari y es cierto. No es la primera vez que mami se ha tenido que defender, es la primera vez que logra un ataque tan vicioso, pero cuando yo era joven la abuela me comento como un chico se sintió ofendido porque ella no quiso salir con él en la universidad y como tuvieron que separarlos antes de que se mataran. Luego, hace un par de años alguien que competía con ella no le gusto perder, e intento desquitarse provocando ciertos accidentes. Las gemelas ya estaban con nosotros y habíamos comenzado a entrenar con ellas. Ambas son buenas en lo que hacen, pero ninguna se esperaba el demonio que despertó cuando los accidentes se dirigieron contra mi persona. Él buscaba una reacción de ella, pero al no recibirla buscó herirla con su hija. Te juro que él no esperaba una reacción en la que por poco termina muerto y una gemela termino en el hospital. – Fransheska miraba a su madre con una sonrisa en los labios, era verdad que el perfume caro venía en frascos pequeños, pero diablos las bombas ahora también venían en modelos compactos. Eso usando parte de los pensamientos de su padre. – En ambas ocasiones mami tardo casi veinticuatro horas en despertar.

–Pequeña no me dejes fuera… por favor. O juro que voy a bajar y matare a ese cerdo con mis propias manos. – No fue Giovanni el único que se sorprendió cuando ella abrió los ojos, susurró un “no” con voz ronca, soltó la manopla y se acomodo para que él se acostara tras ella y la abrazara. Fueron segundos, pero tanto Kari como Fransheska, sonrieron ante el cambio en la rutina.    

 

 ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~         ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~             

 

–Bueno a la salud de nuestros hijos, yo me libre de una nuera de pesadillas, aunque este caso va a ser uno difícil. Pero he ganado una nuera algo loca y una nieta rara. Podrías explicarme porque las diferencias. – Miranda no dejaba de observa la habitación que minutos antes había estado atestada de gente.

–Con que quieres que comience.

–Con Karla… parece que no está bien y quiero saber en qué se está metiendo mi hijo. Aunque siendo sincera, sé que, aunque el mundo se acabé él no se alejara de ella.

–Me alegra saberlo abuela, ya que a mami le hace muy bien su presencia. Abu, logró despertar por unos segundos y ahora duerme en brazos de papi. Las gemelas están vigilando y cuidando que nada interrumpa el sueño. – Fransheska se sentó y aprovecho el vaso de vino que alguien había dejado en la mesa. Ninguna de las dos abuelas se acordó de decirle que no tenía edad para beber alcohol, metida cada una en su mente.

–Miranda…–dijo Valeria mirando a su nieta con cariño. –mi hija a heredado algo que puede ser una carga demasiado pesada para cualquier ser humano, pero es herencia de nuestra familia. Mi madre termino loca y quitándose la vida por que podía ver a las personas que habían fallecido. Mi hermano, al regresar de la guerra se dejo morir poco a poco de hambre, tocaba a personas o cosas y sentía su dolor o veía lo que habían hecho. Era una pesadilla estar cerca de otros seres humanos. Mi hija tiene la habilidad de ver en el pasado y el futuro. El costo ha sido grande, ha salvado muchas vidas al aprender a controlar su don. Más ha mantenido a su familia segura hasta ahora. Creo que lo de hoy ha sido un intento de que tu hijo no terminara en la cárcel. Creo que el primer día que regreso menciono algo de verlo tras rejas y creo haber escuchado el nombre de Michael como detonador.

–Cierto… ese día vio como era estafado por su amigo, sin saber la razón hasta que yo escuche los secretos del hombre. El idiota está enamorado de Elizabeth y le ha dado carta blanca a que gaste su dinero. – Fransheska comía como si nada hubiera pasado o como si no estuvieran soltando una bomba a la realidad de su abuela paterna.

–Ok, explícame que es lo que puedes hacer tú. Ya que no me ha pasado desapercibido que cosas raras salen de tu boca cuando menos lo imagino.

–Yo… mi querida abuela… escucho secretos. Tengo la habilidad de recibir pensamientos que son liberados con gran pasión. Por ejemplo, las imágenes la otra noche de lo que mi padre quería hacer con el cuerpo de mami. O como en este momento, estás pensando que estoy loca y acá mi abu piensa que soy todo un dolor de muelas. Sé que el amigo de papi no es mala gente, pero si se hubiera quedado con la puerta abierta al dinero de papi, hubiese intentado complacer a la mujer que ama, sin pensar en el desastre que eso sería. También supe la primera vez que te vi, que sospechabas haber engordado y estas vislumbrando visitar a un cirujano. – Miranda levanto la mano sin poder evitarlo, era demasiada información.  

–Resumiendo, es cierto que tienen grandes dones, pero a un alto costo. Mi madre y hermano locura, mi hija la pérdida de su habilidad para expresar emociones. Lo que tarde o temprano la llevara a la locura.

–Creo que eso puede cambiar. Creo que la locura en nuestra familia es el no encontrar con quien compartir el peso. Por ejemplo, tu papá dejo en seco a su esposa cuando esta comenzó a hablar con rincones vacios o muertos que él había conocido. En cambio, el tío se negó a probar suerte con el amor por terror a lo que podría ver. En cambio, mami siempre tuvo un buen suelo que pisar mientras compartió con papi, luego mientras yo la necesite. Fue ante las últimas situaciones en las que ha perdido un poco la fe en los seres humanos por experiencias propias o por aquello de lo que ha sido testigo que no ha tenido a que sostenerse, ya que se ha alejado de mí para darme espacio para yo cargar con mi don y no con su situación. Creo que papi tiene la habilidad de llegar a ella, sin importar lo lejos que pueda estar.

–Bien… no sé qué decir de verdad y tu Val tienes algún don, con una familia tan especial es extraño que tu no tengas un don. ¿No te parece querida?

–Yo no…

–Si tiene uno. – las dos mujeres la miraron a la joven sin poder comprender que quería decir.

–No me digas que no te has dado cuenta. ¿Por qué siempre yo? Verás tu don es con los seres vivos, sanan en tus manos. Animales, humanos o plantas. Pero como te has rodeado de plantas que realmente no provocan un gran peso en tu don, eso te mantiene a salvo. Si hubieses terminado como abogada, psicóloga o trabajadora social la historia sería diferente. Por qué crees que estas rodeada de tantos locos, tanto en casa, como en el trabajo. – Valeria tuvo que admitir que era extraño que todos menos ella tuviera un don, más todavía que aquellos que siempre llegaran a ella, eran personas en necesidad.

–Está bien, vamos a decir que tienes razón. ¿Cómo lo sabes?

–Eso es fácil, algo que tiene mi don es recibir pensamientos o energía que ha sido dejada en un lugar. Tus jardines crecen y multiplican tu energía. Por eso es que muchos desean pasearse por ellos. De igual forma pueden amplificar tu don, sanando a los que les visitan. No pensarás que mami pidió ese jardín en la casa que acaba de comprar, por puro accidente.

–¿Karla sabía? – no debía haber preguntado, aunque hubiese sonado como pregunta, era más una afirmación sobre el don de su hija a no dejar escapar mucho de lo que sabía.

–Síp… pero nunca quiso decirte por el miedo que te producen estos dones en nuestra familia. – La mujer asintió admitiendo que eso era verdad. No había forma de escapar al legado familiar.

–Ahora abuela Miranda, dime que es lo que va a suceder.

–Ni idea… Michael tuvo que ser llevado al hospital y eso nunca va a sonar bien ante el juez, más aún cuando tu madre solamente está durmiendo. – Fransheska asintió y supo que la cosa no estaría fácil, pero tenía una idea y lo más seguro es que funcionaria, más en el caso de su madre con los favores que le debían. -Tu por otro lado al ser menor, podrías enfrentarte a una fianza y a estar bajo probatoria.

–Valió la pena. Creo que todo saldrá bien, mami está en brazos de papi descansando, yo tengo fe en mi futuro y tengo dos abuelas maravillosas que espero pronto vayan conmigo de compras.

–A mi no me metas en ese lío niña.

–Que me estoy perdiendo Valeria, cualquiera diría que es lo peor que puede suceder.

–Más o menos, lo de esta niña no es hacer compras, es hacer maratones de compras. Terminamos completamente muertas. Miranda suerte con esa, disfruta de la nieta que hasta ahora no has tenido a tu lado. Te prometo llevar flores hermosas y de todo tipo a tu funeral. – Con una carcajada Valeria las dejo a ambas sentadas mientras ella regresaba a su casa para poner al tanto de lo sucedido a Laura. De seguro ésta sabría a quien llamar en este tipo de situaciones.

–No le hagas caso a la abuela, de seguro está pasión por las compras también la herede de ti. – Miranda no tuvo más que sonreír ya que sospechaba que era cierto.

–El problema está, querida, en que ya no soy tan joven.

 

 ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~         ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~             

              

Las gemelas habían llamado a sus otros jefes, ellos protegerían a la familia de este fiasco. Mientras ellas protegerían a los que dormían con la vida misma si fuese necesario. Ambas compartieron en silencio su preocupación, pero no se movieron de sus lugares donde podían ver a todos los que se acercarán. Cuando habían recibido el aviso, Karla había continuado con los planes como si nada, pero ellas habían estado en alerta roja. Esperando problemas, no se sorprendían por la toma de decisiones de su jefa.

Ambas aún recordaban el callejón oscuro donde las había encontrado, una con un arma en las manos y la otra con varias heridas de cuchillas en el vientre. Solo una ceja levantada y una llamada a la doctora en la que confiaba. Esa misma tarde ambas habían sido llevadas a una habitación iluminada, les dieron comida y les ofrecieron la oportunidad de hacer toda una nueva vida lejos de la violencia en la que habían crecido. Toda una vida de bendiciones frente a ellas, gracias a una mujer que no había gritado ante la sangre, que no se había asustado mientras sostenía con sus manos ensangrentadas el cuerpo de una de las gemelas.

Sus vidas habían vuelto a pertenecerles gracias a una mujer que les salvo, dándole una oportunidad para ser diferentes. Ahora esa era su familia, una niña que les había abrazado y les había dicho que todo saldría bien. Una Laura que había sido como una tía preocupada de que comieran en tiempo y tomarán sus medicamentos. Ahora se añadía un hombre por primera vez, no estaban muy confiadas en el resultado, pero si era la luz de Karla, lo protegerían como si fuera ella. Ambas miraron la puerta cerrada y asintieron al compartir la promesa silenciosa. 

 

 Capítulo 8

 –El juicio está siendo uno difícil, no sabemos qué hacer. – el abogado amigo de Miranda la miraba intentando comprender lo que sucedía. El tipo presentaba una cantidad de heridas que lo dejarían desfigurado para el resto de su vida y pedía una cantidad de dinero risible por daños. La mujer no había mostrado arrepentimiento, dolor, rabia o ninguna otra emoción que pudiera indicar como se sentía y eso nunca era bueno ante un juez. Era el juicio para ver si había causa y lo estaban perdiendo lamentablemente. Hasta ahora era el juez, más los miembros de la corte y las partes implicadas, pero en un pueblo tan pequeño la cosa estallaría como pólvora. Las puertas se abrieron y varios miembros del ejército, más lo que parecían hombres de la CIA entraron y aseguraron la puerta. Dieron órdenes para que se llevaran al hombre herido a otra habitación junto a la exnovia con sus amigas, que también fueron sacadas del lugar.

–Espero que puedan explicar que está sucediendo en mi corte. – el juez parecía querer estallar, con el rostro rojo de coraje miraba a los recién llegados como si fueran bacterias. 

–Disculpe su señoría, es un asunto de seguridad nacional. – Con esto hizo señales a una de las personas que estaban con ellos y dejaron entrar a alguien. – Disculpen damas, tenemos poco tiempo. –  Tanto Karla como Fransheska se pusieron en pie asintiendo. Cuando entró un joven con actitud rebelde, con sus manos y pies encadenados, ambas supieron lo que estaría por suceder. Karla le hizo espacio a su hija y esta comenzó a trabajar.

–Hace tres días tenía intención de entregar una nueva arma biológica al grupo… terrorista. – Fransheska estuvo a punto de soltar el nombre del grupo, pero miró a su alrededor y al hombre que había llegado a pedir ayuda. Él asintió comprendiendo a quien se refería. No había necesidad de mayor información. ¬–Él era el intermedio, pero no sabe mucho más de la situación o lo que transporta, aunque sospecha que tiene que ver con los hombres que han llegado a la organización recientemente.

–Joven podría describirlos. –Fransheska negó, pero dejo paso a su madre que miró al joven y recibió parte de las imágenes que este guardaba de su pasado, su don cuando era dirigido a sacar cada secreto que pudiera de una persona era mucho más aterrador, el pasado y los posibles futuros de esa persona quedaban en sus manos, solo tenía que pensar en las posibilidades. Todo quedaba ante ella descubierto, pero su mente se perdía, cada vez más lejos de la realidad, quedando atrapada en mundo de posibilidades que no le pertenecían, en posibilidades que nunca llegarían a realizarse ya que ella buscaría la mejor solución para evitarlas. Miró a su hija y sonrío al ver un futuro brillante, ella orgullosa caminando frente al mar de maldad que buscaba romper el precario balance del mundo. Cerró los ojos nuevamente y se volvió a concentrar en lo que tenía ante sí, ahora estaba trabajando. 

–Si abren la caja todos los presentes morirán poco a poco y una epidemia de gran magnitud acabara con la población en los próximos meses. Deben tener cuidado y el equipo especializado debe hacerse cargo de la recolección del elemento.  Guardo la caja en una estación de tren y los hombres a los que se refiere son americanos de descendencia islámica, aunque dudo que sigan el Corán. Parecen más interesados en ver los resultados del arma, que en una vendetta contra los Estados Unidos o el mundo. ¿Tienen el archivo de las fotos de sospechosos? – Karla guardo silencio mientras miraba las fotos señalo tres fotos y sonrío al joven que había visto como la mujer había acertado en señalar a sus jefes. –Deben vigilarlo, van a querer verlo muerto. 

–Más información sobre la estación por favor. – Ella cerró los ojos y pidió lápiz y papel que su hija ya se disponía a entregarle.  Ella anoto la estación de autobuses en el estado de Washington D.C. Él dio las órdenes por teléfono para mover a los agentes de la zona, más al equipo de epidemias y explosivos, sonrió con el triunfo de haber ganado esa pequeña batalla.

–Gracias Karla, Fransheska… su señoría me permite explicar lo que ha sucedido y lo que sucede con este caso. No tomará mucho tiempo y ya todo en mi lado se está moviendo como debe ser. –  El juez asintió mirando a la mujer que se había puesto palita y tambaleaba, recibió de uno de los recién llegados un archivo considerablemente amplió, mientras el prisionero era sacado del lugar sin armar ningún alboroto. El juez iba abriendo los ojos poco a poco ante las situaciones y los casos que había visto levemente mencionados en las noticias.

–Me quiere decir que estas mujeres han ayudado en todos estos casos. – preguntó el juez con cara de espanto.

–Fransheska se ha unido al equipo recientemente, lo que ayuda a acelerar el proceso de búsqueda de información. Por lo demás podrá encontrar en esos documentos, una lista de nombres y casos de asesinos en serie donde la señora ha ayudado a la detención del criminal. En algunas ocasiones hemos podido salvar victimas que según las estadísticas deberían haber fallecido en el proceso de esclarecimiento.  En la parte superior verá que la mujer no es procesable, más aún quedará explicito que el hombre que la acusa y pide indemnización la violó cuando tenía diecinueve años.

–Me quiere decir que no serán procesadas por que ustedes ponen sobre hechos y palabras que ellas no deberían ser penalizadas por sus actos.

–No su señoría, le estoy diciendo que el Gobierno de los Estados Unidos considera a estas dos mujeres un tesoro nacional y agentes activas de la seguridad nacional del País. Están fuera de su judicial, no por haber sido víctima, sino por el valor que ambas acarrean a la seguridad futura de este País. Tanto el hombre tiene un record escondido de delitos que saldrán a la luz en cuanto pegue a dar gritos y las mujeres quedarán silenciadas con varios delitos cometidos, incluido el intento de provocar daño psicológico y emocional en la señora. – Una vez dicho esto dio inicio a una grabación donde las tres mujeres hablaban con Michael sobre lo que le harían y como lo disfrutarían.

–Si ella sabe tanto, como es que no pudo evitar todo esto.

–Su señoría, no puedo ver mi futuro y lo que evite es que el hombre que amo terminara en la cárcel por asesinato. – Giovanni gimió al comprender por fin lo que estaba sucediendo. Ella había estado protegiéndolo esa noche, aunque la verdad nunca lo había necesitado.

–¿Fiscalía quiere seguir con el caso? – el juez pregunto con voz cansada, parecía querer retirarse a dormir.

–Después de escuchar esa conversación estaríamos locos su señoría. Es un caso perdido donde la señora puede afirmar defensa personal.

–Entonces, caso cerrado.

–Disculpe su señoría, lo destilado en esta corte queda sellado bajo el decreto en favor de la Seguridad Nacional. – varios de los hombres se movieron alrededor tomando información de los presentes y avisando las consecuencias de la divulgación de la información que tuvieron en ese lugar. Los abogados, fiscales e incluso el juez que puso mala cara al verse obligado a firmar. – Disculpen son procedimientos y todos los presentes sabemos lo delicado que son estos procesos. Karla esperaba que me llamaras, pero no me debe sorprender que fuesen las gemelas y Laura las que dieran la alerta de lo sucedido.

–Mami estuvo veinticuatro horas fuera.

–Ya veo. Es comprensible. – El hombre saludo de mano a Giovanni y se despidió de todos cuando vio que su gente había terminado. Los abogados se sentaron a discutir el caso que los habían traído al lugar. Los demás comenzaron a salir como si ya estuviera todo resuelto.

–Mami, vengo ahora. – Fransheska se movió hacia los abogados para dejar claro que si eran asuntos médicos estaban dispuestos a cubrir los gastos, pero estos serían valorados por un grupo médico de confianza. Cuando regreso con su familia encontró un silencio mortal. Al cerrar los ojos escuchó lo que había sucedido en esos pocos segundos.

–Karla… ¿seremos felices?

–No. – contesto ella con fría voz.

–¡Mami…!

–Fransheska sabes que es lo que nos espera. – dicho eso se dio la vuelta para salir, seguida de cerca por las gemelas que se movieron a la vez para cacharla cuando pareció perder el balance.

–¡Karla! ¡Hay que llevarla al médico! - gritó Giovanni que salió de su shock al verla tambalearse. La salida de la sala judicial fue un alboroto total, la familia preocupada por la mujer que iba en brazos de Giovanni fue lo único que vieron las amigas que sonrieron ante la mala suerte de la mujer y deseándole lo peor, sin saber la suerte que les esperaba dentro de sala.

 

 ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~         ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~             

 

–Pá tenemos que hablar. – Fransheska sabía que la conversación no sería fácil, pero nadie más se había ofrecido a explicarle la situación a éste.

–Sabes lo que le sucede a tu mamá. ¿Es lo mismo que la otra ocasión?

–Realmente no sé, pero no es de eso de lo que tenemos que hablar, es sobre la contestación que mami te dio a tu pregunta. – Él asintió y la siguió, pero mirando la puerta donde la mujer que amaba estaba siendo revisada por el médico y acompañada de su madre.

–¿Comprendes la habilidad de mami o la mía?

–No mucho, pero la verdad siempre ha sido algo extraña.

–Una buena descripción, ella ve el pasado y los posibles futuros en imágenes, yo escucho secretos y pensamientos fuertes, en la mayoría de los casos basta con que la persona piense en ello. Si no lo hace, yo hago la pregunta, para recibir de esta forma la respuesta. Acá está el problema, estos dones exigen un precio. Aún no sé cuál es el mío, pero en mami es sobre sus emociones, con el paso de los años ha perdido la capacidad de expresar como se siente y la imagen fría es más profunda. Sospechamos que le espera al igual que a mí, locura.

–¿Qué?

–Su abuela y tío murieron locos por culpa de sus dones, así que lo más seguro es que nosotros tengamos el mismo fin. La diferencia y esperanza la produce la reacción que mostró el día que llegó a la casa después de haber pasado la noche contigo. Estaba sonrojada y no podía dar una mirada directa, pero a la vez estaba satisfecha y podía mostrarlo. Creo que las personas que amamos tienen el poder de protegernos de ese destino. – Giovanni se dejó caer hacia atrás en el sillón. Esa explicación permitía que comprendiera tanto sobre la conducta de Karla y de las cosas que decía.

–¿Ella quiere que yo me aleje para no verla de esa manera? ¿¡Intenta protegerme otra vez!?- Fransheska asintió. Qué más podía decir al respecto. – ¡MALDITA SEA!     

–Pá, estas en el hospital. Mira te lo digo, ya que si te decides a ser parte de su vida va a poner pleito.

–Que lo intente. Esa Pequeña no se escapa de decir, sí quiero, ante un notario, juez o sacerdote. No me importa como lo haga, pero aún amarrada la llevare a nuestra boda. Carajo… 

–Me alegra saberlo. De esa forma nuestro hijo podrá nacer en un hogar establecido con ambos padres. – Esa afirmación en la voz fría de Karla provocó que Giovanni tropezara al intentar acercarse a ella. 

–Dime que es cierto. Dime que no me estas mintiendo Pequeña. – Ella levantó una ceja y le sonrió lo mejor que pudo, una sombra de su sonrisa en la juventud, pero fue suficiente para él, para saber que no la había perdido. 

–Bueno pido ser la niña de los anillos. – todos miraron a Fransheska como si le hubiera salido una cabeza extra. – ¿Qué? No me pueden negar el placer, tengo el vestido perfecto para ello.

–Ni loca te pondrás ese vestido. Si quieres estar presente en la boda, buscaras otra vestimenta. – Karla la miró con frialdad.

–Yo sé que a papi le encantaría verte en él. – Giovanni sabía que se estaba perdiendo parte de la conversación, pero no le importaba.

–Oye, no me has dicho que sí, a lo de cazarnos.

–Tú no me lo has pedido. – Él la beso y entre un beso u otro le pregunto, lo que ella contesto con un sí entre un beso u otro. Tanto fue el espectáculo que les pidieron que se marcharan del hospital. El grupo lo hizo entre carcajadas, con una novia sin reacción alguna y una hija de dieciséis intentando cubrirse los oídos mientras se quejaba de sus padres, que no decían una palabra.

 

 

¿Final?

 –Steve, ¿dónde estás? Deja de estar jugando a las escondidas. – La voz de Karla era una fría, pero se notaba en sus movimientos cierta preocupación.

–Quien diría que mis juegos de niño serían el agarre a la familia de nuestra madre. – Fransheska golpeo la cabeza de su hermano.

–Idiota…

–Fransheska y tú también Steve, me gustará saber que hacen acá escondidos. Déjenme pasar, no lleva mucho fuera del estado adormilado. – Un Giovanni con más años entró en la habitación con limonada y una sonrisa en los labios. –Karla qué buscas con tanta intensidad.

–A Steve, sé que se está escondiendo, pero hoy vienen las abuelas de visita y no quiero que se pierda la llegada.

–Mi amor Steve ha llegado de la universidad y nuestras madres, bueno ellas…

–¿Qué ha pasado? Cuánto tiempo llevo divagando.

–Sólo unos días, Fransheska tomó el caso después que distes las pistas, ya regreso y nuestras madres están en Europa bajo órdenes de no regresar hasta que hayan disfrutado de unas merecidas vacaciones.

–Recuerdo eso… bueno debo agradecer que no fueron semanas. – Fransheska miró a su madre, siempre regresaba, pero le había dado un susto a todo el mundo cuando no había reconocido a su hijo adulto y se había puesto a llorar por no encontrar la cuna, ni al bebe, sin saber que el hombre de casi dieciocho años frente a ella era ese mismo bebe que ella buscaba desesperada. Todos habían aprendido a trabajar con la mujer mientras su mente divagaba por otros tiempos, le daban el espacio que necesitaba y cuando compartía con su papá siempre regresaba al presente, recordando parte del tiempo perdido.

–Jey mam. Todo good. – Steve entro en la habitación dejándose caer en los colchones que había a los pies de su madre.

–Hola hijo, la verdad es que si, estás grande. Fransheska. – Ambas mujeres asintieron. Ninguna compartió información del caso, el trabajo de Fransheska era de seguridad y estaba atada por la confidencialidad, a su vez ayudaba a que su madre no utilizara sus dones lo más posible. Pero el intercambio silencioso de imágenes y secretos estaba entre ellas. Era imposible evitarlo.

–Dejen de hacer eso. El abuelo, el tío y mamá Chelsa te dan saludos y se alegran de verte bien. – ella asintió, su hijo tenía el don de hablar con aquellos que se habían ido. Pero el haber crecido protegido y amado aún siendo diferente, había evitado que terminara como la abuela de Karla. 

–Bueno cuéntame que has hecho en la universidad.

–Bueno el grupo de raros, tenemos dos estudiantes prepas. Uno puede ver parte del futuro, pero no es tan preciso como tú. Otra puede trabajar ecuaciones matemáticas a una velocidad vertiginosa y crear modelos de esas ecuaciones con ciertos materiales. ¡Ah! Logre mantener el control de tres objetos en el aire por más de cinco minutos. – El grupo de raros eran asiduos visitantes a la casa, el grupo lo había iniciado Fransheska al encontrar los secretos guardados por algunos compañeros, pero este había crecido hasta considerarse parte de la universidad. Lo cual creó un espacio más para que su hermanito pudiera crecer sin ser rechazado.

–Gracias Fransheska. – la joven mujer salió con una sonrisa en los labios y se recostó en la puerta que había cerrado.

 –Bien chicos y chicas… estuve a punto de terminar este libro en el capítulo anterior. Pero nunca sigo las reglas, ahora como verán en la historia no digo donde sucedió todo esto, ni dejo escrito apellidos que puedan reconocer. Como supondrán los nombres han sido cambiados. Michael sigue en la cárcel. Las víboras, no sé, ni me importa, mientras no se metan con mi familia. El amigo geek de papi logró hacerse con una fortuna, se enamoró de una compañera de la compañía y ambos siguen trabajando en el único negocio que ha mantenido mi madre. Ya saben donde están las abuelas, así que para que añadir al tema. Yo… bueno siento decirles que lo que hago está clasificado “Top Secret”. – Con estas palabras Fransheska se alejó por el pasillo, mientras reía a carcajadas de la broma hecha al viento. ¿O no?  

  ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~         ~~~~~~~~~~~~          ~~~~~~~~~~~~~~             

El club…

Tenía 19 años cuando sucedieron estos hechos. Espero les guste que los comparta.

               La carta le picaba en las manos, era el permiso del decanato de estudios a iniciar un club de personas que hacían trabajos variados, según eran necesarios en la universidad. La verdad es que la cosa era mucho más complicada, pero para que explicarle a los normales sobre ellos. Había identificado varios compañeros que habían escondido muy bien sus secretos, lo cual no era de extrañar que ella supiera con el don que tenía. Pero la verdad cada uno de ellos, de mala gana había firmado, pero deseaban crear un lugar donde poder sentirse seguros dentro de un mundo que los había rechazados por no comprender como se movían.

               La sonrisa de ella delato el logro alcanzado y el grito de varios eufóricos se hizo sentir en la cafetería de la universidad.  Algunos miraron en la dirección del bullicio, pero la mirada asesina de Fransheska detuvo cualquier comentario. Esta parecía una guerrera a punto de matar a cualquiera que se metiera con sus bebes.

               – Hoy vamos a casa para celebrar…  mami nos esta esperando con pizza y películas de terror. – Fransheska menciono a su madre y varios de los compañeros se pusieron pálidos. La mujer les ponía los pelos de punta, entre un rostro que no dejaba saber que pensaba y las cosas que decía, era para salir corriendo en dirección contraria. 

               –Estás segura qué es buena idea…- Jackie preguntó asustado, era la tercera vez que vería a la mujer y la primera no había sido nada linda… la segunda solo asintió y miro por unos minutos a Fransheska que solo soltó varias carcajadas.

               –Yo no me niego a la comida gratis… todos saben que una tiene que mantener la buena figura. -Yarie sonreía mientras hacia gestos para que miraran su cuero lleno de curvas, del cual se sentía orgullosa. Incluso era modelo, con intereses en la moda para mujeres grandes. El resto del grupo asintió o solo levantaron sus pulgares. Fransheska buscó con la mirada a su manzana podrida y lo encontró acostado en un banco alejado. Su habilidad le permitía saber lo que otros pensaban, algo así como su tío… por ello todos evitaban tocarlo, no por miedo, sino por evitarle el dolor que le provocaba.

               La única que rompía la regla era Fransheska que se echaba a reír cada vez que él se sonrojaba ante los pensamientos de ella. Esta vez no fue diferente.

               –¡Mujer no me toques mientras…! – el rostro era lo único que acusaba los pensamientos de la mujer que solo se reía a carcajadas.

               –Sabes que nos podríamos divertir tanto si tu solo te dieras la oportunidad… a no ese muerto no es mío, le hechas la culpa a mis padres. Se la pasan de amorosos todo el tiempo, así que mi inocencia murió a los dieciséis años. Créeme es cierto que uno nunca debería saber lo que pasa tras las puertas cerradas de las habitaciones de nuestros padres. – Los sonidos de asco y gritos de horror del grupo volvieron a provocar la mirada de los compañeros universitarios que no sabían cual era el alboroto de ese grupo de locos.

               –Yo fui creada por el pensamiento… lalalalalalalalala…- Rosi estaba tapándose los oídos, en un intento de no pensar en lo que sus padres hacían tras las puertas cerradas de sus respectivas casas con sus respectivas parejas…. Iackkkk.

               –Vamos no pueden ser tan inocentes, han visto lo peor del ser humano y aun así las relaciones intimas de sus padres los ponen a llorar como niños pequeños. Son todos unos bebes…

               ¬–¡Basta Fransheska! Tenemos el primer trabajo para mañana y tenemos que discutir como lo vamos a manejar. – Todos guardaron silencio ante la voz cantante del secretario del grupo. Ian se levantó de la improvisada cama y sonrío de manera cínica al grupo. –Esto será sencillo, pero debemos encontrar evidencia. Tenemos varias compañeras que se sienten acosadas por alguien que no ha dado rostro. Les ha dejado una rosa marchita en diferentes lugares.

               –Ok… vamos a casa, comemos y vemos a ver como solucionamos este pequeño problema. De seguro podemos escandalizar a las gemelas con las ideas que se nos ocurran.

               –No sé como te han dejado sola…

               ¬–Eso fácil… las amenace con decirle a la chica que les gusta que piensan cuando están cerca de ella. Es increíble el cómo pudieron enamorarse de la misma chica… pero bueno son las gemelas. – Fransheska sonrió al ver la cara de amargura de Yarie. Sí solo ella supiera.  

               –Ok… no quiero saber nada más. Eso me suena a invasión de privacidad a la máxima potencia. Por ahora debemos ver como nos enfrentamos a nuestro primer trabajo oficial como el club “Jack of all trades”

               –Eso fácil… les pegamos duro, rápido y fuerte… –Fransheska escuchó varios gritos de asentimiento al igual de algunos gemidos de dolor. Todos sabían lo que era luchar contra la tormenta Fransheska y no salir ilesos. Ian había sido el peor parado, que había sentido como las joyas de la corona perdían su lugar en su anatomía y se posaban en su garganta por un accidente de la mujer que se paseaba por su mente como si fuera un centro comercial. Mierda… la sonrisa de Fransheska le decía que había escuchado ese pensamiento. Estaba jodido…

 

Comentarios

Entradas populares