Novela Cristopher (SA #1) Versión Español
Una historia, donde la pérdida de un niño... el dolor de no poder protegerlo y la confusión por no verle más, se une a todo por aquellos que en su momento prometieron proteger creando un todo.
Estos sucesos están a punto de destruir el legado y trabajo de los creadores del Hogar de Adopciones: "Santuario de amor". Un lugar donde la realidad, el pasado y sus cadenas, destruirán o harán más fuertes a todos los que allí habitan.
Dedicado J y a su bebe
Portada por Nomar Maldonado
C.C. 2014: Santuario de amor: Cristopher by Cristyal Crast, M. Rodríguez, portada Nomar Maldonado is licensed under a Creative Commons Attribution– NonCommercial– ShareAlike 4.0 International License.
Capítulo 1
La sala de conferencia estaba cargada de un silencio pesado, solo roto por los sollozos quebrados de cinco mujeres que no sabían si estar tristes por la pérdida o furiosas por los hechos. Más el brillo de impotencia en todos los presentes era vil evidencia, del dolor que les acompañaba y de haber fallado.
—Armato, esto no puede volver a suceder. Una sola vez es demasiado. — Los periódicos con las noticias, el archivo que nunca había llegado a sus manos en la búsqueda de información en el futuro padre. Todo ello componía un grupo de verdad y mentiras, que parecían más una pesadilla.
La pareja había llegado un año atrás al pequeño pueblo, buscando a un niño al cual amar. Encontrando la casa de adopción Santuario de Amor. Con diez años de experiencia, cinco hogares con niños de diferentes edades y hasta ese momento un ciento por ciento de hogares felices y saludables, cada uno de ellos cargados del apoyo de los administradores del Santuario. Cuando unos meses atrás Christopher había solicitado que la pareja lo adoptara, todos habían dado un salto de fe. La pareja debía volver a mudarse en pocas semanas. El chiquillo de once años estaba listo para irse con ellos, incluso había dado una charla a varios de los administradores de las razones por las que debía ir con ellos.
Una de las exigencias del hogar de adopción era que todo niño debía estar un año bajo supervisión de las madres del hogar, la pareja recibía apoyo directo en el proceso de aclimatarse a una nueva composición familiar. Incluso participaban de actividades y de talleres grupales para nuevos padres según las edades de los niños.
Con Christopher no se había seguido el procedimiento, se había investigado profundamente, pero nunca llegaron a la verdad de Paul, él un maltratante y Laura una víctima pasiva. Dos seres enfermos, que lo ocultaron muy bien a todos. La alarma había llegado tarde, un archivo sellado en la vida de Carlos en la que como joven había asesinado a un cachorro por ser el centro de atención de su novia. A la cual había violado y dejado por muerta, después de matar al cachorro.
Todo por culpa de la maldita burocracia, tal vez ellos debieron esperar más, pero nunca imaginaron que la información sellada por ser un menor de quince años cuando cometió los hechos, les costaría la vida de uno de sus niños. La ley les había negado el archivo. Ante la ley no había forma de juzgar al adulto por actos cometidos en la adolescencia. Los datos sobre la muerte de Laura y Cristopher, no estaban claros, según las noticias un hombre celoso había matado a su esposa e hijo. Esto había sido días antes de que fueran a visitarlos dos madres del Santuario y un abogado.
—¿Cómo fue que, al mudarse, perdimos los derechos de visita sobre Christopher?
—Según las leyes del Departamento de la Familia, al estar en otro estado, a ellos les tocaba hacer las visitas. Pero Christopher era uno más en sus listas… así que las visitas nunca se realizaron. – dijo Reymund con voz ronca, parecía no haber dormido en varias noches, lo cual era compartido por todos los compañeros abogados del Santuario. Nadie reconocía lo que era descanso desde la perdida de Cristopher. Todos estaban buscando respuestas, todos necesitaban respuestas, después de esa pesadilla.
—Entonces explícame por qué la primera visita nuestra se canceló. — El grito de angustia de Katty hizo saltar a muchos. Una mujer de 56 años, acostumbrada a trabajar con niños delicados, enfermos y adictos nunca gritaba.
—Katty, recuerda que esa semana fue Christopher el que nos pidió que no fuéramos. Ya que tenían planificado hacer un viaje para visitarnos y él quería vernos a todos. La visita nunca se dio. Creo que pudo ser una promesa vacía de parte de los padres, dentro del desenlace. Lo que sí estoy de acuerdo con Verónica es que esto no puede volver a pasar. Nuestros niños no pueden perderse entre papeles de burocracia. A nivel legal, el tiempo extra les permitió sacarnos del proceso. Quien solicitó el proceso fue la madre, así que ella tenía algo que escondernos.
—¿Cómo es que pasaron la revisión de antecedentes?
—Los padres de Paul, pagaron una pequeña fortuna para que su hijo quedara completamente limpio de un record criminal. El archivo que esta sobre la mesa, fue conseguido por uno de los investigadores de una forma no legal. — Armato tenía un pedazo de sí mismo hecho pedazos, pero tenía que estar allí. Christopher se merecía el que revisaran todo lo que hicieron y buscar el error. Estaba más que de acuerdo con Verónica, esto no podía volver a suceder. Él la había acompañado a reconocer el cuerpo del chico, la había visto pelearse con las autoridades para recuperar el cuerpo y poder llevarlo a casa. Durante el entierro, un fuego salvaje brilló en los ojos femeninos, lo que nunca antes había sucedido. Ahora había que recoger los pedazos, pero ella parecía lista para hacer la guerra a quien quisiera llevarse a cualquiera de sus niños.
Verónica siempre había sido la calma en la tormenta, el puerto seguro para todos los que habían llegado allí heridos. Aun cuando era una adolescente pegada a su abuela, era la que había sabido sanar las heridas de todos los niños que eran enviados a esos lugares dándolos por perdidos. Donde una doña Carlota, con un genio de los mil demonios, con un corazón del tamaño del universo y ganas de amar como el océano los había acogido. Verónica se parecía más a su abuela en ese momento, con una mirada asesina y una mente capaz de destrozar el sistema que los había sacado de la vida de Christopher.
—Quiero que esto se sepa, quiero que la corte suprema se entere de lo que han hecho. No me importa cómo, ni cuánto tiempo se tarde, pero quiero que nuestros hogares y centros de adopción tengan luz verde para mirar hasta dentro de los malditos pantis y calzoncillos de los posibles padres. ¿Queda claro?
—Te vas a ir en contra del sistema.
—Me voy a llevar por el medio al mismo Dios, al diablo, al sistema y hasta al presidente si se atreven a ponerse al frente. Se lo repito a todos, esto no puede volver a suceder. Este caso es uno entre cientos que hemos trabajado, pero esta maldita porquería debe estar sucediendo por miles en otros lugares. Saben muy bien que ellos no se llevaron a Christopher de este Santuario de forma fácil. Fueron investigados, fueron evaluados por diferentes profesionales. Incluso tuvieron que trabajar en los hogares hasta que un niño o niña los escogiera. Qué pasa con los lugares donde son los adultos los que escogen a los niños. ¡Estos hogares no son un maldito supermercado!— La voz de Verónica nada tenía que ver con gritos e histeria, por ello era mucho más intimidante. Lo que le guiaba era una furia silenciosa. — Quiero hablar con el investigador que encontró este archivo.
—No sé si es posible. Es un lobo solitario. Logré que trabajara para nosotros en este caso, porque prometí no dar su información. La verdad es que en los últimos años ha estado con todas las hornillas de la estufa llena.
—Me importa un carajo, dale mi número, mi dirección y dile que tiene trabajo que hacer. Quiero que sea el que investigue a los futuros padres. Quiero saber hasta la marca de pasta de dientes que compran. — Armato no sabía que pensar, las violaciones a las leyes no serían la primera vez. Pero Verónica estaba obsesionada con el tema, así que no había forma de negarse.
—Ok, le doy tu info. No prometo nada.
—Armato, te lo voy a poner de forma clara. Dile de forma literal a ese detective, que lo quiero a mi lado trabajando con nuestros niños. Pagaré lo que sea necesario, si no acepta y uno de nuestros pequeños sufre por falta de información, me voy a quedar con sus intestinos en las manos. —Verónica miró a su alrededor sin compasión alguna y hablando muy en serio. —¿Queda claro?— todos en la sala susurraron un sí, con manos alzadas. Nadie iba a llevarle la contraria a un ángel encojonado.
Verónica salió por la puerta con el corazón en un puño, para entrar a su oficina como si la estuvieran persiguiendo mil demonios. No tenía idea de cómo iba a volver a encaminar todo esto, pero se negaba a perder a uno de sus bebes, por falta de información. Estaba segura que hubiera sido suficiente haber visitado unos días a Christopher, para poder salvarle la vida. Tal vez un día hubiera sido suficiente para salvar a su bebe. Diablos, por qué los habían dejado fuera. Le había fallado a su abuela, a los niños que confían en ella para protegerlos, pero sobre todo le había fallado a Christopher y no podía evitarlo.
Capítulo 2
—Derek, necesitamos de tu ayuda. — Armato escuchó la voz de ese ser al que deseaba proteger de la tormenta, no sabía cuántas veces había dudado en llamarlo. Pero no le quedaba otra, Verónica no iba a aceptar medias tintas con este punto. — Sé que fue cosa de una vez ya que no es tu área, pero Derek, lo perdimos. Christopher está muerto, apuñalado 17 veces por un desgraciado. Según su diario, se puede entender que fue violado por su madre y Verónica aún no sabe esa parte. Lo que te digo es que tienes trabajo. Citando las palabras de Verónica: el dinero no es problema, si dices que no y perdemos otro niño ella irá por tus entrañas. Como la vi hoy, no lo dudo. Está buscando un culpable y quiere que rueden cabezas. Ahora está contra el sistema por entorpecer el proceso, tanto el de adquisición de información, como el de evitar la visita a nuestros niños cuando salen de nuestra jurisdicción. Está dispuesta a hacer un espacio para ti. Creo que es hora de que vengas y conozcas a mi familia. No es el mejor momento, pero creo que es una oportunidad para colocar todo en su lugar.
—Por qué me debería preocupar de una mujer que no me conoce.
—Te lo voy a poner de esta forma. Verónica es una omega a la que han herido en lo más profundo de su manada. Uno de sus cachorros ha sido asesinado de forma cruel por quienes juraron protegerlo, créeme no quieres a esa mujer detrás de tu cuello.
—Sabía que eras malas noticias cuando me pediste trabajar con... bueno para el santuario. Esto se puede complicar.
—Tenías que salir corriendo de nuevo del lugar en que estabas, no tenías trabajo y es un trabajo en el que eres excelente. O por lo menos esa puede ser tu excusa, sabes que lo hubieras hecho aun estando en otra situación. Solo déjalo en que ella te conozca, no creo que haya mucho trabajo. Ella estará vigilando a los que tenemos cerca y no hemos visto en más de unos meses. Te envió por texto la información de contacto. No importa cuándo o cómo, pero llámala. Podría ser que encuentres que no eres tan indeseado en el mundo como piensas. — Armato, susurró más para sí, que para Derek, que había colgado cuando le dijo lo del texto. Él suspiró de nuevo mirando el lugar que todos y cada uno de ellos habían creado para dar a los niños que llegaban a los hogares, una oportunidad. Sin embargo, la llegada de Derek antes de tiempo complicaba un poco sus planes. Por lo menos era excelente trabajando en varios frentes a la vez.
Capítulo 3
¿Cuántos días habían pasado? Verónica no podía creer que Christopher no estuviera a su lado, que no volvería a escuchar su voz musical. Todo eso tenía que haber sido una pesadilla. Había revisado el caso más de una docena de veces, nada indicaba que no hubiesen sido aptos para tener un hijo. Las posibilidades la estaban matando poco a poco, despertando dudas sobre los futuros padres. Sus niños no le habían visto en semanas. Como les iba a dar la cara, si aún no sabía que había hecho mal.
Unos golpes en la puerta le sacaron de su lugar mirando papeles, ya los sabía de memoria, lo que le enloquecía aún más. Fue a la puerta buscando la hora en el viejo reloj de pared, del abuelo. –¡Las dos de la mañana, mierda, otra noche sin dormir! – murmuro para sí misma, con el corazón alborotado se acercó a la puerta. Si alguien le estaba visitando a esa hora tenía que ser importante. Abrió la puerta recordando la llamada de un mes atrás, donde le habían dado la noticia de Cristopher. Al abrir se encontró con un extraño al que nunca había visto. Por un momento pensó que se había vuelto loca, lo que tenía delante de si era una montaña de puro músculo, vestido de negro parecía más parte de un bar que una visita al Santuario.
—Buenas noches señorita Verónica. Armato me dijo que debía pasar por aquí en cuanto llegara. Siento lo tarde, desperfectos con el auto. — Verónica no pudo entender la conversación. El hombre gigantesco la miraba con miedo, como si ella le fuera a decir que lo estaba esperando para golpearlo, pisotearlo y luego echarlo.
—¿Derek? — El asintió saltando de un pie a otro, parecía querer estar en cualquier otro lugar, menos allí. — Pasa, ya no te esperaba hoy. Aunque me alegra que hayas llegado. Necesito que me digas que nos falta para hacer la revisión de los padres. Hay que revisar todo el procedimiento y donde podemos mirar para saber que pueden estar escondiendo los adultos que quieren adoptar.
—Bueno, Armato me mostró cuales son los procedimientos actuales, son muy completos, siguen las exigencias del proceso de adopción más allá de lo que dispone la ley y están mucho más completos que otras agencias de adopción. Dentro de lo que es el mundo legal cumplen con todo. Lo único que podría aportar son elementos ilegales que no son… recom…— La voz de él se ahogó ante la mirada de ella.
—Precisamente por eso estás aquí. Quiero saber todo de los posibles padres. No convertiré a uno de mis bebes en víctimas por falta de información.
—Lo que quiere es violar los derechos de los futuros padres…
—¿Y? — Diablos, Armato no estaba errado al pensar que ella estaba perdiendo el manto civilizado. Parecía más que una loba protegiendo a la manada, una madre osa furiosa cuidando de sus cachorros. —En el nivel legal se están haciendo los arreglos para que los que pidan ser parte del programa, “Adoptando a mi papá y mamá”, sepan que se estará haciendo todo tipo de investigación. Lo que necesito es que me ayudes a ver cada hueco que está siendo entorpecido por el sistema legal.
—¿Adoptando a mi papá y mamá? No entiendo: ¿no son un lugar para adoptar niños?
—No, nuestros hogares son lugares donde los niños adoptan a sus padres. Todo interesado en ser un candidato tiene que compartir con todos los niños, estos compartirán en grupos pequeños y en actividades donde los cinco hogares se unen. Son los niños los que deciden si un adulto puede ser el padre que desea. — Derek la miraba como si le hubiera salido una nueva cabeza.
—No entiendo muy bien. Pero sé que no hay mucho en que pueda ayudar.
—Hoy por supuesto que no. Mañana nos reuniremos todos, luego estarás visitando los hogares conmigo y conocerás la dinámica. Aún no sé cómo los padres adoptivos de Christopher pudieron engañar a todos los niños, madres y demás miembros del equipo.
—Ellos no engañaron a nadie… — Verónica que había estado caminando con calma hacia las habitaciones para mostrar donde Derek estaría durmiendo, se detuvo de golpe, volteándose con tanta fuerza que parecía como si lo fuera a golpear. A lo que él reacciono de forma extraña, exponiendo el cuello y tensándose, como esperando el golpe. Verónica supo que de cualquier lugar que él había llegado había sido tan maltratado como cualquiera de sus bebés. Lo que significaba que allí no lo dejarían regresar. Ver a un hombre tan grande esperando ser golpeado por algo que dijo, le rompía el corazón. ¿Por qué no pudo haberlo encontrado cuando era un niño? Sabía que era ilógico desear cambiar el pasado, pero verlo listo para ser maltratado le hería el alma.
—Derek, por muy furiosa que este, no me voy aún a los golpes. Relájate, por favor explícame todo lo que significa lo que dijiste. — Él asintió después de murmurar algo como alfa, pero ella no estaba segura de haberlo escuchado bien.
—Según estuve investigando, Laura la madre adoptiva de Christopher había sido abusada sexualmente de niña. A los 18 por causa de cambios en la ley y según las notas en su archivo por “pesadillas” se sometió a un tratamiento de hipnosis. Luego comenzó a vivir una vida normal. En cambio Paul, fue víctima de sus padres. Quienes tenían una relación obsesiva de uno con el otro. Supuestamente recibió tratamiento y fue por ello que el caso se cerró a los 15 años. Sin embargo, fue con amigos de la familia ya que estos le interesaba resguardar ante la sociedad lo que sucedía en el hogar. Se supone que estuvieran bien. Según los datos que recibimos del diario de Cristopher, algo sucedió con Laura que la cambio de momento. Ese suceso fue lo que causó la pérdida de la vida del grupo familiar. — Derek no la miraba directamente, sabía que no tenía que decirle todo eso, pero era parte de su personalidad. Siempre seguía órdenes, por ello es que se mantenía lejos de todos.
—¿Qué diario? — Derek se tensó, sabía que una tormenta se avecinaba y era él quien le había dado el “GO”. —Amarto, maldición….
—Yo… bueno… es qué…
—Date un baño y descansa, yo hablo con Amarto. _ Verónica levantó la mano para evitar el mar de nervios en que se estaba convirtiendo Derek. —Tu habitación es la primera puerta a la derecha, en el baño hay toallas limpias.
Derek la vio tomar el celular de la mesa y salir por la puerta. Deseo poder seguirla, pero había recibido una orden y tenía que seguirla. Armato había dicho que ella era una omega, al diablo con esa descripción, si ella era una, él era una dulce mariposa. Podía dar gracias a los cielos que ella no tenía garras y colmillos, porque la sangre estaría corriendo torrencialmente. Con la espalda encorvada se encaminó hacía el baño, deseando nunca haber llegado. Sabía muy bien que con ella controlando todo, le sería muy difícil escapar. Pero eso sí, parecía que al fin estaría seguro.
Verónica entendía lo que Armato había intentado hacer. Pero éste tenía que aprender que ya no era la niña que un día conoció. Con decisión dejo que el teléfono sonará varias veces.
—¿Los niños están bien? — La voz ronca de Armato le puso un nudo en la garganta. No era ella la única que seguía herida por la pérdida de Cristopher. Despertando de madrugada ante una llamada, era razón para esperar lo peor.
—Todos están bien, tu eres el que estas a punto de morir. ¿Dónde está el diario de Cristopher?
—Mierda… Derek llegó. — La solicitud de Armato de estar presente cuando se reuniera con Derek acababa de tomar otra connotación. —El diario está conmigo. Por favor, no le des más órdenes a Derek. Él es… bueno es… mierda, no sé cómo explicarlo.
—¿Sabías que ha sido abusado desde la infancia?
—Es difícil no saberlo cuando realmente las características las vemos en cada niño que llega herido. — Armato se preguntó una vez más porque no había sido capaz de protegerlo, aun así sabía que él había sufrido una océano más en los últimos años. Solo de pensarlo le hervía la sangre, pero igual se sentía con las manos atadas ya que eran mundos diferentes. —Verónica, él es… es un caso especial. No va a tratar con adultos y su trabajo prefiere hacerlo en solitario. En la mayoría de los casos es un adicto a las computadoras, de las cuales no se mueve. Realmente no sé cómo tomo mi llamada, ni la razón para la que me hiciera caso al venir... su estilo de vida es... bueno... diablos. No confía en los adultos, esa es la verdad. En los pocos casos en que se ha mezclado con personas las cosas no han terminado bien para él.
—¿Estás adoptándolo?
—La verdad, sí… aún no tengo claro que espera de este lugar. Pero si me lo permite deseo que se quede con nosotros. Es alguien, bueno… luego hablaremos de ello. Por ahora por favor, no le ordenes nada más… para él es difícil no seguir las mismas, por no decir que le es imposible.
—Intentaré no dar órdenes, sabes que será difícil. Quiero que se quede un tiempo con nosotros, pero no expondré a los chicos a peligro.
—Los adultos son los que estarán en peligro con él. La única razón por la que está en tu casa en estos momentos es porque hay niños de por medio. Mientras que es un blando con adultos y actúa como si les tuviese miedo, la verdad un niño saca todo lo bueno que lleva en sí, todo en favor de protegerles. Las pocas veces que lo he visto llevar la contraria a su conducta, ha sido por defender a un niño.
—Tomaré tu palabra. Quiero el diario mañana en la mañana.
—No. — Una palabra, no era la primera vez en esa semana en que sentía que quería asesinar a alguien. Pero Armato había estado a salvo hasta ese instante.
—¿Qué?
—Cuando lo leas no podrás evitar estallar. Necesito que estés preparada, es algo horrible conociendo a Cristopher, en los últimos meses usaba el diario mucho más, te podrás imaginar que es muy descriptivo en su lenguaje. Tú aún no lo has llorado, no estás lista para leer esto. He estado esperando que pases por el proceso de luto. Pero no te has dejado caer. — Armato la conocía bien, no había forma de negar la acusación. Pero eso no quería decir que él debía escoger cuando ella estuviera preparada para algo así.
—Quiero ver el diario. Si lo tienes, lo vas a traer mañana a la oficina.
—Solo si me prometes que no lo leerás en la oficina.
—¿Tan mal está la cosa?
—Sí, confía… cuando reacciones como lo hice yo, vas a querer estar sola para gritar, llorar y todo lo demás que yo quise hacer. Eso sí, acompañada de un coñac fuerte o major aun tequila puro. — Si Armato había reaccionado de esa manera ante lo leído, no le quedaba más opción que seguir su consejo.
—Está bien, pero lo quiero en mis manos. Como quiera estaba pensando en visitar la cabaña. — No le dijo que su deseo de escapar había comenzado desde que recibió la llamada de teléfono, con la noticia de Christopher, eso no venía al caso en ese instante. — Nos vemos mañana, recuerda que Derek va a necesitar un lugar donde quedarse. Mientras yo esté afuera puede quedarse en mi casa. Pero cuando regrese no puede estar en mi apartamento. Con lo controladora que soy, no se sentirá nada cómodo.
—Está bien. Ya había pensado en ello. — Con esas palabras enigmáticas ambos colgaron y Verónica se fue a su cuarto a preparar un bolso de viaje ligero. La cabaña siempre estaba lista para una de sus visitas, pero era la primera vez que la utilizaría para sanar. Su abuela la había conservado a duras penas. Ese lugar había sido la pasión de su hijo y su esposo, a los que perdió en un accidente de tránsito. Allí fue donde su abuela la había llevado a sanar ante la pérdida de su padre y su querido abuelo, allí fue donde ambas lloraron, rieron recordando las travesuras de ambos hombres. Más aún en ese lugar era donde cada uno de los chicos que había adoptado había comenzado a sanar. En definitiva, era el lugar ideal para enfrentarse a las verdades del diario de Cristopher.
Capítulo 4
—Katty, te quedas a cargo. Yo estaré de vuelta al inicio de la próxima semana. Armato, que has pensado sobre la vivienda de Derek. No lo quiero lejos de todos. —Observó que Derek en una esquina de la sala, justo detrás de Armato, daba un salto. Luego tendría que preguntar cuál era la historia entre esos dos. —Derek, no sé qué esperabas al llegar aquí. Pero te digo una cosa, mientras tu prioridad sea la seguridad de cada uno de nuestros bebés, te juro que cada uno de los que estamos en esta habitación velaremos por que estés bien, tengas donde vivir y que nadie te haga daño.
—Yo… yo soy un adulto.
—Lo sabemos tesoro, pero tienes que aprender que aquí todos cuidamos de todos. Es la única forma de protegernos y crecer. —Katty sabía muy bien cómo acercarse sin ser ofensiva. Un talento que Verónica deseaba poseer, pero con su personalidad directa era casi imposible.
—¿Cuántos chicos nos faltan por visitar?
—Siete, están programados para lo que queda de esta semana. Todos los padres han comprendido la visita y el cambio de política. Están de acuerdo en que debemos cuidar a todos los chicos de la misma manera. Armato ha trabajado con el nuevo contrato para los futuros padres y Jazmine ha cruzado referencias con tres estados que tienen políticas de adopción más fuertes que las nuestras, para confirmar la legalidad de las prácticas. — Katty seguía parada junto a Derek, acariciando la espalda de este como si fuera un niño. Verónica asintió en su dirección, tanto por lo que ella había explicado, como aceptando la necesidad de proteger a Derek. No tenía idea de quien había jodido tanto al adulto en que éste se había convertido, pero estaba segura que esas pesadillas no serían fáciles de ponerlas a descansar. Derek sería un trabajo a largo plazo, con su ropa y retraimiento no sería fácil integrarlo al grupo. Se alegraba que todos parecían haberlo aceptado, el silencio había estado cargado de aprensión. Hasta que al entrar por la puerta con su gran tamaño había golpeado con su frente el marco de la puerta, quitando en ese momento la impresión negativa que podía causar su gran altura. Desde ese momento Katty había volado alrededor del joven y Armato no lo había dejado solo un momento, este último no se había dado cuenta de las miradas que de vez en cuando escapaban en su dirección por parte de Derek. Sin embargo, Armato parecía haber encontrado su lugar en el mundo. –Yo estaré acompañando a Derek en su visita con los más chicos. Necesita saber cuál es su razón para estar trabajando con nosotros. Sé que habías quedado en ir con él, pero la verdad creo que una madre de hogar, será mejor para que comprenda esta nueva visión y tu querida, necesitas tiempo a solas…
Verónica asintió nuevamente, no tenía voz para llevar la contraria a esas palabras. Su corazón estaba en otro lado, toda su atención estaba allí al igual que en otra parte, no obstante esa parte oscura que se esconde del mundo se encontraba en el diario de Cristopher. Esa libreta llena de dibujos y verdades estaba provocando una fogata en su cerebro, el peso en su cartera no era extraño, pero parecía hoy a diferencia de siempre, que llevaba consigo una casa con varias familias habitando dentro.
—Ya coloque el archivo de Christopher en mi oficina. Por mucho que busqué donde pudimos haber fallado, no encuentro donde. —La primera lágrima estaba al borde. Sabía que si empezaba a llorar nunca pararía. Con esas palabras salió por la puerta a punto de explotar. No quiso escuchar palabras de consuelo, estaba segura de haberle fallado a su bebe. No merecía consuelo hasta saber en qué se habían equivocado, era la única forma en que podrían sobrevivir a esa tempestad. Ya había leído el archivo de Paul, sobre su padre enfermo y violento contra todos los que se acercaban a su esposa. Incluyendo a su único hijo. De igual forma las reacciones obsesivas de Paul con su novia de secundaría. Sin olvidar la forma en que había llegado la información de los abusos a los que fue expuesta Laura, lo que hacía de Paul un ser mucho más protector. Entonces qué carajo había salido mal.
Capítulo 5
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Marzo 14, 2012
No sé por qué nos han dado estas libretas. Bitácora para chicos y diarios para chicas, la verdad no espero escribir nada. Más me gusta dibujar, así que voy a ver que se me ocurre. ~
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Después de esa primera página todo lo que hay son dibujos y caricaturas. Algunas las podía identificar por su relación con actividades realizadas para los niños del Santuario. La adopción de Karla, el regreso de Luis de la universidad. Y la cena anual para todos los miembros del Santuario, tanto los que habían sido adoptados, la comunidad que les brindaba abrigo y más aún para los padres, tanto los pasados, como los futuros que estarían en el proceso de adopción. Para esa actividad fue la entrada de Laura y Paul Frank’s, Christopher había dibujado a la pareja a su lado y a todos los demás alrededor de ellos. Él siempre había sido sensible y había tenido debilidad por aquellos padres temerosos a ser rechazados. Un chico valiente que nunca dejaba de brillar y cuidar de todos los que le rodeaban.
Verónica cerró los ojos una vez más, intentando resistir las ganas que tenía de llorar, recordando lo que todo lo hermoso que había olvidado tras la pérdida. Preguntándose una vez más como fue posible que hubieran perdido a ese niño. Con manos temblorosa dio un trago de la copa de vino que tenía al lado, de igual forma volvió a servir, deseando no tener que necesitarla, pero confiando en la palabra de Armato. No le quedaba duda que iba a desear estar tomando algo más fuerte.
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Noviembre 3, 2012
La señora Laura estuvo hoy jugando con todos nosotros. Nos enseñó a trabajar figuras de animales con barro. Yo hice un oso, ella un conejo. La verdad le quedo muy bien bonito. Lo mejor de todo, al terminar se lo regalo a Tamy y prometió hacerles un conejo de barro a todas las chicas del hogar. Yo prefiero los osos.
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El dibujo del oso de Christopher estaba junto a un pequeño conejo que se dejaba ver entre las patas delanteras del oso, saludando con confianza.
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Noviembre 9, 2012
Tamy se fue a quedar este fin de semana con Laura, ambas van a tener lo que se conoce como un fin de semana para chicas. ¿Qué hacen las chicas cuando están solas? Son tan extrañas, pero creo que Paul es súper guai… nunca pensé que un adulto pudiera saltar y hacer piruetas en patineta.
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Después de varios dibujos más que hacían referencia a navidad, despedida de año y más aún el día de la amistad, Cristopher no había escrito nada más hasta llegar a la decisión que les cambio la vida a todos.
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Marzo 5, 2013
Tamy escogió a sus papas y no fue la señora Laura, sé que ella no lloró al enterarse, pero estaba triste. Mañana iré a preguntarle a Veró si ya algunos de los chicos han pedido a Laura y Paul como padres. Espero que a Laura no le moleste tener a un chico en vez de ser una niña. Pero creo que realmente desean tener a alguien a quien amar, a mí me gustaría cuidarles también.
Marzo 8, 2013
Dicen que hablando la gente se entiende, yo no entiendo. Laura no podía creer que yo los quisiera como padres. Parecía feliz y Paúl sonreía de oreja a oreja. Esta semana iré a visitarlos y ellos irán conmigo a comprar materiales para uno de los talleres de dibujo de la señora Katty. Espero que todo salga, creo que, bueno… eso.
Marzo 11, 2013
Hoy estuvimos de compras, no fuimos solos, pero la señora Laura no me dejó solo durante todo el día. Varias veces estuvo mirándome en silencio, cuando le preguntaba si sucedía algo, sonreía y acariciaba mi cabeza. Veró me explicó que Laura había preguntado en un inicio por mí, pero como yo nunca había mostrado interés por algún padre. Laura se había preparado para no ser escogida por mí.
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Bajo el comentario había un signo de pregunta con una carita confundida. Lo cual hizo sonreír a Verónica, aun cuando su mente se llenaba de dudas mientras seguía leyendo.
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Marzo 30, 2013
Paúl estuvo hablando conmigo, después de un día de pesca en grupo. Él me invitó a un helado, yo pedí de pistacho. Paúl me preguntó la razón por la que nunca había escogido a alguien antes. Yo le explique que nunca había encontrado alguien que otros chicos no deseaban como padres. Guardo silencio por un buen rato, pero cuando lo hizo asintió como si hubiera comprendido algo. No dijo que, pero yo tampoco pregunté.
Abril 2, 2013
Laura estuvo ayudando en la casa de Katty, hicieron cambios en el nido. La habitación de los bebés ahora cuenta con un hermoso bosque, con osos, gatos monteses, lobos, aves y algunos sueños. Laura estuvo pintando mucho tiempo, entre Paul y yo le llevamos comida. Pero si no nos quedábamos con ella, se le olvidaba comer. Aprendí mucho y lo mejor de todo le gusta pintar tanto como a mí.
Abril 7, 2013
Escribir en esta libreta se está convirtiendo en una costumbre, hoy estuve ayudando a Paul mientras arreglaba un columpio. Creo que Veró está buscando que pasemos tiempo juntos, el problema estuvo en que ni Paul, ni yo, sabíamos cómo arreglar un columpio. Tuvo que llegar Armato para ayudar. Pero el columpio término arreglado, lo probé y di un salto que no pudieron vencer Paul, ni Armato.
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El dibujo del columpio al lado de tres figuras hizo sonreír a Verónica, pero no sin lágrimas. El dolor provocado por la pérdida era una herida abierta. Ella cerró la libreta y salió de la pequeña cabaña, con los ojos aguados se movió un poco hacia el bosque que le rodeaba. No llegó muy lejos, entre las lágrimas y un gruñido que llegaba desde las sombras, decidió que estaba más segura en el claro que rodaba su hogar. Se sentó en un árbol caído y dejó que los sollozos escaparan de su pecho. Total no había nadie que le escuchara. Aún no entendía qué había sucedido con Paul y Laura, pero el leer lo que Cristopher había escrito, le dejó claro que algo había sucedido después de mudarse. La imagen de una pareja que se amaba y con capacidad de amar a un chico tan especial como Christopher, no había dejado de atormentarla desde la muerte de este. ¿En que se había equivocado? ¿Cómo pudieron engañar a todos en los hogares? Si hubiera sido sólo ella, se hubiera podido justificar como un error de juicio. Pero no había sido sólo ella quien había estado de acuerdo con la adopción. Los cinco abogados siempre discutían las posibilidades con las madres encargadas. Los niños en la mayoría eran buenos juzgando a las personas. Laura y Paul nunca habían sido rechazados, incluso se habían convertido en parte esencial de la comunidad. Ningún otro chico los había pedido como padres, muchos habían visto la cara de Cristopher al saber que Laura era artista plástica. Reconocida por sus obras a nivel nacional. Nadie había dicho nada, pero Laura siempre estaba pendiente de lo que él preadolescente creaba en las clases de artes.
Debía admitir, mientras intentaba limpiar su rostro de lágrimas, que temía a lo que el diario revelaría. La idea de la bitácora siempre le había parecido buena. Había sido en muchas ocasiones la única forma en la que su abuela había podido comunicarse con los chicos recién llegados al hogar. Incluso recordaba que uno se negó a hablar por un año y medio, el pedir refresco, agua o comida era una lista de notas y conversaciones escritas entre él y su abuela. Quien diría que ese chico se terminaría convirtiendo en abogado, el recuerdo de la mirada desconfiada de Rey, la hizo sonreír ante la comparación del hoy. Mientras disfrutaba del recuerdo, escuchó como la maleza se movía tras ella, ruidos naturales cuando se estaba rodeado de animales, pero aun así se levantó de un salto esperando ver algún animal salvaje a punto de tomar un buen pedazo de la tonta humana que había invadido su hogar. Suspiró aliviada al notar que no había nada que le hiciera correr, pero sabía que le estaban observando.
Respiró profundo, tratando de convencerse en voz alta, que no estaba loca. Sin embargo, el hablar sola era un mal signo para confirmar cordura. Una vibración y un sonido poco natural la hicieron brincar del susto. Su teléfono avisaba una llamada entrante, el mundo real había llegado en menos de cuarenta horas, por otra parte deseaba esconderse en lo más profundo del bosque, donde nadie la encontrará. Mientras tenía excusa para salir corriendo sin que pareciera que tenía miedo a los ojos que la miraban desde las sombras. Decidió ser prudente y caminar de forma lenta hasta la cabaña. Luego hablaría con los chicos a ver si ellos habían notado algo fuera de lo común en el lugar.
—Dime Luz, que sucede. – mientras hablaba su mirada no se alejaba de las sombras, pero sus pasos eran lentos y seguros hacía la protección de la cabaña.
—Siento molestarte, ha habido un caso feo. Nos llamó Adriana desde el hospital. — Verónica no sabía qué pensar. Luz era la única que nunca había reaccionado de forma acelerada. Podía sentir en su voz que deseaba ir corriendo a ese hospital.
—¿Que sucedió Luz?
—El caso se parece… bueno se parece al mío.
—¡Mierda! Ok. Llama a los chicos, diles que se pongan a investigar el caso. Derek debe confirmar el rastro electrónico de la chica. Yo regreso mañana en la mañana y partimos con todo listo a ver en que podemos ayudar. Si Adriana tiene oportunidad de hablar con la niña, que solo le diga que no está sola. Los chicos que no se le acerquen. Mientras tu deja todo listo, en cuanto puedas te adelantas. —La escuchó escribir y repetir algunas cosas, esperaba que no se hubiera quedado nada. Pero realmente todo era el procedimiento a seguir en estos casos. Lo único nuevo es que podrían ver mucho más allá, gracias a Derek.
—Gracias Verónica. — Verónica cortó la llamada, sabía que todo lo que había ordenado lo podía hacer ella. Luz pronto se daría cuenta que era así, pero ella había necesitado de ese tiempo y las órdenes, para no sentirse inútil.
—Cristopher, lo siento, no puedo dedicarte todo el tiempo que se merecen tus palabras. — dijo Verónica al viento y tomó la bitácora del chico, para continuar leyendo después de respirar profundo.
Capítulo 6
No podía ser, no sabía siquiera cómo había llegado al lugar, las lágrimas la estaban ahogando. El dolor en su pecho era una mezcla de falta de aire por todo lo que había corrido, por las palabras de Cristopher en su bitácora, y el dolor de tres personas heridas por una sociedad podrida que la obligaban a correr. Era inútil, nunca podías escapar de tu mente, de tu recuerdo, de tus heridas, pero ese pensamiento lógico no podía detener la desesperación en su pecho. Desesperación por Laura que había intentado salvarlo incluso de sí misma, por Paul que nunca recibió ayuda, nunca aprendió a cuidar, proteger sin obsesión. Pero sobre todo por las palabras del chico que bailaban en su cerebro sin detenerse, donde quedaba claro que deseaba protegerlos y quererlos hasta el final.
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Enero 5, 2014
La casa es bien bonita, tengo mi propio cuarto por primera vez. Paul fue con nosotros a comprar todas las cosas de arte que estaríamos necesitando. Incluso sorprendió a Laura con una visita a la galería que está interesada en exhibir algunas de las obras de ella. Ella acepto, sólo si hacían un espacio para uno de mis cuadros. Ese no estaría en venta, era para que estuviéramos todos juntos.
Enero 9, 2014
Después de varios días ya hemos visitado algunas escuelas que pueden ser interesantes. Extraño a mis amigos, pero la verdad es que las clases de arte que ofrecen acá, no las hubiera podido tomar en otro lugar. Hoy paso algo raro. Laura me llevó a comer a un restaurante familiar y un hombre que estaba entrando la detuvo antes de salir del lugar. Lo extraño fue que este nos siguió a la casa. Laura comenzó a llorar mientras él tocaba a la puerta. Paul llegó y lo echó de la propiedad y ayudó a Laura a darse un baño. Yo preparé una sopa de pollo y le lleve un vaso de leche. Paul me hizo prometerle que protegeríamos a Laura de cualquier persona que se acercara a ella. Yo asentí sin entender.
Al otro día Laura estaba ida, no quiso salir de la casa, pero se asomaba por las ventanas. Llamaba a Paul para decirle que ellos estaban allí, que no se habían ido. En varias ocasiones Laura comenzó a llorar como si fuera Anita, con sus cinco años.
Febrero 14, 2014
Paul dejó de comer en la casa, llegó tarde en dos ocasiones seguidas y agotado. Parecía como si estuviera buscando algo. Cuando le pregunté qué sucedía se negó a contarme. Yo les deje solos, que podía hacer. Nada en ese momento. ¡No entiendo! Veró como me gustaría que estuvieras acá, sé que podrías ayudarnos…
Febrero 3, 2014
Hoy me desperté cuando aún era de noche con los gritos de Laura. Paul estaba con ella, pero ella no dejaba de gritar. Tiene miedo de estar volviéndose loca, tiene terror de que todos se enteren que no está bien y me alejen de ella. Paul sólo la abrazaba y asentía, pero miraba de vez en cuando a la ventana con algo oscuro. En la tarde Laura estaba tirada en el sofá, agotada de tanto llorar, viendo al techo. Cuando Paul llegó a la casa con un grupo de papeles se fueron a la habitación a hablar. Luego de unos minutos lo que se escuchaban eran los gritos de Laura pidiéndole que regresaran al Santuario. Que volvieran al hogar que antes habían tenido. No sé qué hacer, Veró de seguro hubiera llamado a todos, para ayudar. Pero como lo hago cuando todos están tan lejos.
Marzo 15, 2014
Hoy Laura se levantó tarde, era mi primer día de clase en la escuela espacial, que escogimos. Paul me llevó a la escuela. Pero no me sentí bien y pedí permiso para regresar. En la escuela nadie sabe quién soy, así que le dije al profe que iría a la enfermería y salí de la escuela sin que nadie me detuviera. Cuando llegue a la casa, Laura estaba encerrada en el cuarto bajo llave, golpeando y pidiendo que la dejaran salir. Cuando abrí el pestillo me sorprendió ver su rostro hinchado por el llanto y por algunos golpes. No pude hacer mucho, ya que poco después llegó Paul y la volvió a encerrar. A mí me dijo que Laura estaba perdiendo la cordura, que podía ser un peligro para sí misma.
Marzo 22, 2014
Laura me dijo que estaríamos visitando el Santuario, que no se podía quedar en esa casa. Cuando llegó en la tarde Paul se encerró con ella de nuevo. No sé qué paso, pero al llegar al cuarto Paul salió gritando que lo estaba dejando solo y que no lo iba a permitir. Que no podía romper su promesa.
Yo entré al cuarto y Laura estaba tirada en la cama con el cuerpo lleno de golpes. Rápido fui al baño y con varias toallas húmedas intente limpiar la piel. Como lo hacía mami Luz. No me atrevo a decir lo que sucedió. Pero Laura no hacía más que disculparse después que todo terminara. No fue mi primer beso, pero todo lo demás fue… no lo que esperaba. Ella gritaba que estaba loca, que nunca debió tocarme de esa manera. Pidió perdón muchas veces… yo solo me quede callado sin saber que decir.
Mayo 26, 2014
Hoy en la noche regresamos al Santuario, Laura está decidida a no “hacerme daño” Así que espera hablar con Verónica para que me busquen ayuda por lo sucedido. No voy a dejar a Laura y a Paul, pase lo que pasen, por lo que se han gritado y dicho… ellos al igual que mis hermanos en casa de mami Luz, estamos todos rotos. Laura y Paul, puede que no sean mis papás, pero los quiero igual y quiero que sanen. Como dice Veró: La única forma de crecer, aprender y volver a reír, es caer, llorar y volver a levantarnos con las rodillas raspadas junto a un ego maltratado. Mis papas van a estar bien. Los sé.
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Verónica sentía que las palabras de Cristopher habían provocado más de un golpe a su pecho. Dentro de su desesperación, siguió corriendo como si le estuvieran persiguiendo los perros del infierno. Sintió mucho después de estar moviéndose sin rumbo en el bosque, que sus pies perdían el suelo, su cuerpo caía al vacío con varios golpes, después se detuvo. Intentó sujetarse a cualquier cosa, pero no veía nada por las lágrimas en sus ojos. Solo podía sentir un dolor profundo en su muñeca que la sostenía en el aire, lo que fuese detenía su caída la tenía atrapada con una gran fuerza.
No supo que era, le tenía atrapada y posiblemente a salvo, pero podía sentir una boca húmeda como de perro, atrapando su piel entre dientes afilados, los gruñidos del animal eran una buena pista. Buscó con la mirada hacia arriba, pero para poder ver claramente tendría que limpiar sus ojos llenos de lágrimas o no tenerlos tan hinchados, lo cual era imposible ya que con su mano libre estaba agarrándose a todo lo que podía mientras esa boca le alaba. Logró terminar de impulsarse con sus rodillas y quedar recostada en la húmeda tierra. En ese momento usó su camisa para limpiar todo rastro de llanto. Aun con el dolor en la muñeca por la mordida, podía sentir dolor en otras partes del cuerpo, donde había recibido golpes al caer. Se volteó al escuchar unos gruñidos que parecían humanos.
Allí entre las sombras estaba un lobo de pelaje rojizo, alejándose de forma lenta, caminando con decisión hacia un pequeño niño, un chiquillo como de unos cinco años, que lo esperaba ágatas, gruñendo en la dirección que el lobo se alejaba, sin duda estaba loca, nunca podría pensar en un niño dirigiendo gruñidos al lugar donde ella estaba. Deseo poder ir tras ellos, pero al intentar levantarse, las piernas le temblaron y volvió a caer en el suelo. Donde la oscuridad se la trago y el cuerpo perdió toda su fuerza.
Capítulo 7
La voz que llegaba a sus oídos provocaba en su cabeza un infierno, las piedras que tenía en la espalda le estaban volviendo loca. Al pensar en las piedras recordó, el accidente, al lobo y al niño. Intento recordar los rasgos del niño, pero los rasgos principales le parecían borrosos, lo había visto entre las sombras. Piel oscura y unos ojos oscuros en un manto blanco junto a unos dientes blancos. Eso era lo único que recordaba, las sombras lo habían protegido bien. Los dientes los recordaba y estaba segura que solo era así por los sonidos que escapaban de esa boca y la mirada de ferocidad. Cuando intentó incorporarse no pudo, la cabeza le latía con fuerza y no había nada que pudiera hacer para detenerlo. Dentro de ese estado sabía que si se movía, todo su cuerpo se rompería en mil pedazos.
—La encontré, pero huele a lobo. Armato, no hay lobos en esta zona, ¿verdad? Esa es la razón principal por las que escogí seguir tu consejo de vivir en esta área. — La voz se apagó por un momento, como si escuchara algo. — No, no puedo seguir el rastro. Todo este lugar huele al lobo. Puede ser que sea uno solitario, como yo. Ella tiene algunas heridas en la piel, pero nada serio. La muñeca tiene una mordedura, hay que mantenerla vigilada por aquello de infección, pero sólo un lycan puede convertir a un humano en lobo, así que estamos a salvos... pero el olor es extraño. – el silencio de momento como si escuchará una pregunta. –De esos no quedan, si sobreviven, según la leyenda siempre están cerca de una manada. Acá sólo huele a un lobo. Sí, la llevare a la cabaña. Prepárate para explicarle cómo fue que la encontramos. Por qué si me pregunta, se fue todo al diablo.
—Cierto, pero primero me tendrás que explicar porque estas desnudo. — Verónica mirando a Derek desde el suelo, no podía creer todo lo que se podía perder bajo la ropa, él se volteó dando un salto y ella en ese momento entendió la frase “Pálido como la muerte.” Intentó decir algo más, un intento de tranquilizarle, pero perdió nuevamente la capacidad de hablar. Tal vez se había golpeado la cabeza al caer.
—Mierda… — eso fue lo último que escuchó decir a Derek, dentro de ese mundo de inconsciencia que se la tragaba.