Publicado el 14/6/13
Blog Cdristyal Crast
Esta carta, querido Ricardo, es la forma de
darte las gracias, o de devolverte los golpes que tiras y dan como dardo en la
diana. En primer lugar las gracias por cosas que no sabes que has hecho y por
otras tantas que yo me he inventado. Eres culpable de tanto que la lista no
tiene comienzo, escribes lo que llevas por dentro, lo que vez, lo que sientes,
escribes primeo para ti y luego a nosotras, hasta que nos llevas enredadas
entre una canción y otra.
Por como la carta va, es cierto lo que sospechas,
soy la rara, la que grita cuando se entera que estarás cerca y claro esta, la
que nunca llega a tus conciertos. La que tiene todos tus discos y los canta
desafinando, mientras se ríe de las cosas que se le ocurren cuando te está
escuchando. Puedes estar seguro que soy una más de las que sueña con enamorarte
con las técnicas sabias de una mathahary o geisha, coqueteando hasta llamar tu
atención, utilizando su cuerpo perfecto, para atraerte a una noche de entera
pasión. Sin embargo, ya siendo sincera, soy la de gafas, el ratón de
biblioteca, la come libros incansable, que se esconde entre cuentos e
historietas. Solamente porque se siente de esa forma, cómoda con lo que le
rodea. Sí y doble sí, soy la que se
esconde del mundo tras la fachada de niña buena, por que no le queda más
remedio, pero que rompe con todas las reglas a través de este medio… “Las
Letras”
Hoy pienso en el tiempo
como un amigo travieso que se traga nuestros sueños en cuanto nos descuidamos,
pero como tú, yo vivo por el cuento o novela que todavía no se me ha escapado, por
esas palabras tercas que darán forma a los personajes que dentro de mí desean
salir a jugar. Condenado tiempo que con
sus jugarretas nos hace más sabios y menos soñadores, junto a esta falta de
ganas por disfrutar de los sueños… tonto el que le hace caso, como lo he hecho
yo hasta que te he escuchado una vez más.
Admito que no me veo
gritando tu nombre en uno de tus conciertos, pero si voy no sé como podre
evitarlo, que dilema el mío, de seguro pierdo la voz, el orgullo y ante todos
la razón. Esa es una buena descripción de lo que provocas en mi sistema
nervioso, estoy ciento por ciento segura que no soy la única que te endilga ese
muerto. Por lo que sí me quejo entre estas líneas locas y disparejas, es no ser
la jovencita de ventipocos que se lance con todo sobre el escenario para
robarte un beso… mientras que la realidad golpea a la mujer de treinta y… que
piensa en todo lo que por la boca se pega. Vamos que estoy un poco menos que
loca, pero ya me siento abuela con unos ochenta encima que ni aguanto, ni
quiero cuando te escucho cantando sobre mis complejos.
¡Irónico lo que nos
hace la vida! Y ya que he aclarado menos que más lo de mi edad, también aclaro
que fui la de mala fama, soy de aquellas que alimentan a los chismosos por
culpa de unas ganas inquietas durante la juventud rebelde que hoy se oculta con
buenos modales y una sonrisa serena. Hoy lo digo igual que ayer, sin vergüenza,
cariño, de algo tenían que vivir y comer los vecinos chismosos y doblemente
amargados. Lastima no atraparte en esos años de loqueras… Tu casado y yo
soñando…
Suplicante en la soledad,
veo hoy como las letras se escapan igual que el agua entre los dedos, por ello
escribo entregada, apasionada… tal vez un poco enamorada, en un intento de
escapar de la realidad que somete, aprisiona… amarga. Esa realidad que es más
una visión de fin de mundo, dentro del santuario creado por este montón de
palabras saboreadas, ilusionadas… endulzadas… con tu voz al fondo de ese cuarto
de tentaciones. En esa pequeña habitación donde mezclo a esa pesadilla que
muchos catalogan como vida, con la pura necesidad; mezclar esa falta de
sonrisas, con el calor que provocas siendo mi fantasía; sin olvidar mezclar el
nuevo despertar con la misma rutina con la humedad que me afecta al verte ante mí,
como gladiador de la fantasía, dando sin saberlo sentido a la realidad que me
habita.
“COÑO” Comienzo
escribiendo de blanco para terminar con lo negro, juro que la culpa la tienes
tu… con tu cinismo, con las fantasías que no alcanzan para satisfacer, con la
similitud de lo que nos dejas, con lo que nunca contamos. Es que tus canciones
contienen la magia para transportarnos a vivir lo que no hemos vivido, llenando
esos momentos de melancolía, pero “CARAJO” me revuelvo inquieta y me quejo, lo haces
convirtiendo en arte, mis complejos.
Creas con sonido y
embrujo un hermoso cuadro que pintas con tus palabras, nos escandalizas y nos
enamoras… a mi dependiendo del día hasta me empelotas, más aún cundo algunas de
tus canciones terminan siendo cachetadas que susurras en mi oído, como serenata
en domingo. Vamos que eres hombre primero que sueño, eres la fantasía que yo
como muchas contigo tengo.
“DIABLOS” que se le puede hacer, tu tan lejos y
acá nosotras… yo… todas las otras… con tantas ganas. Ganas de estremecerte con
un beso, ganas de rozar tu cuerpo con mi piel, ganas de entregarte el calor que
esconden las curvas que me han dado los años y ganas de dejarte entrar en el
recoveco de secretos que escondo como mujer: “Que sólo el cielo sabe; no son
pocos…” Pero sobre todo ganas de no conocerte, de no tenerte enfrente… por
miedo a que el sueño, el hombre, la fantasía se me escape.
Dejo plasmado en esta confesión sin cura, que
escribo sin el deseo de matar al sueño que comienza con tu canción en la radio y
el deseo de tus ganas y las mías luchando por lo eterno. Estoy segura nunca leerás
esto, ya que no es para ti… es para mi en un intento de sacar las palabras que
se atoran en mi pecho al escuchar una lista de más de cien canciones que me
hacen sentir mujer, humilde, salvaje y toda tuya. Mis palabras son sólo ese
escape a la sobredosis de Ricardo Arjona con la que sueño.
Ahora al mundo me enfrento con paso ligero, me
encuentro en cada esquina con tu no-recuerdo, con ese momento en el que nunca
has participado, aun así, siendo el centro de ese mundo de dos seres que nunca
se encontraron, pero que juegan entre palabras con la posibilidad nunca
obtenida. Las historias subidas de tonos, donde eres victima de mi imaginación,
son más de las que puedo contar. Pero juro, mi querido Arjona que no soy la
única.
Eres musa traviesa para mis dedos que hurgan
entre secretos. En definitiva y como punto final…. Proponiendo que sigas tú “JODIENDO
CON MIS COMPLEJOS” mientras yo sigo recogiendo las musas tiradas desde tu
última travesura. Ricardo, “Mil Gracias”
por todo lo que no sabes, por tantas fantasías y por el juego hasta hoy… acometido, que se juega en distancia y silencio.
(Anotación del presente: ya fui a un concierto tuyo... lo disfrute de lejos y si me quede sin voz. TQ)
 |
Entre todas las fotos, esta me encanta... algo avergonzada por la pasión incontrolada de mis palabras, pero feliz de ponerlas en libertad. | | | | | | |
Comentarios
Publicar un comentario