Carta desde el olvido para ti:

 OJO: lo escribi medio enamorada en el 2013, cosa que hoy leo con sonrisa en los labios y comparto algo avergonzada por lo romantica que me sentí en ese momento.

 

Espero que te encuentres bien y sonriendo mucho, deseando que alguna de estas sonrisas sean pensando en mi. Esa sonrisa traviesa y ladeada con la que te enfrentas a esos momentos en que nos encontramos. Siendo parte de tu pasado me lastima el silencio sin que lo sepas, sin que escuches alguna queja.

No sabes cuantas veces he tomado el teléfono en mis manos apunto de llamar a tu número personal, sin terminar de hacer la llamada. “No quiero molestar”. “No quiero convertirme en una piedra en el camino” “No deseo saber que de mí te has olvidado”. Todos estos pensamientos se pasean por mi mente mientras observó el aparato que no quiere sonar, tanto me tiene en espera que lo he llegado a odiar. 

Tal vez algún día te llame o me llames, quien sabe si en ese momento quieras o yo quiera, recibir la llamada. ¿Con el paso de los días se habrá olvidado uno del otro, sin darse cuenta que el tiempo ha pasado y la distancia a cerrado la puerta a los buenos momentos compartidos? Nuestros caminos siempre se encontrarán con ratos robados a una cruel rutina. Escondo a mi ser dentro del consejo que de mi boca a salido para otras: Así no se puede hacer una vida, de instantes hurtados, de saltos al vacío esperando, siempre esperando por una nueva caricia, por una oportunidad que nos deja vacías.

Dentro de estas letras que nunca has de leer, juro que he pecado en silencio, he guardado lo que más deseo. No he dicho lo que me molesta, nunca he solicitado que seas considerado con ciertos detalles que me alejan de tu ser. Así que una nueva pregunta nace dentro de mi ser: ¿Realmente es culpable la distancia y el tiempo, del vacío que golpea mi pecho? Hoy mientras leo este viejo pensamiento, puedo jurar que soy tan culpable como los antes mencionados. A ti te digo: Nunca lo dudes aun en la lejanía sigo pensando en ti, deseándote bienestar. Siempre tuya entre las sombras hasta que llames y me invites a pecar.

 

C. Crast

10.2013