No somos hermanos (Libro1: Cuarta parte)

 Este capítulo ha sido editado (se eliminaron partes) que se consideraban para un publico adulto. Solo estará disponible la edición completa a finales de julio 2025, en la publicación formal electronica y fisica. 

[...]



Cuarta parte

Frente a las puertas del infierno

Johaniel suspiró y cruzó los dedos apretando con fuerza hasta que el blanco de su piel se volvió más pronunciado. 

-¿Cuáles son los detalles? - le pregunto al hombre que estaba frente a él vestido en negro y al que reconocía como su mano derecha dentro del grupo de sombras, encargados de segunridad, investigación o… eliminación de riesgos. 

-Acaban de comer y Beatriz puso una droga en el vaso de refresco de su herm… de Zenien. - La mirada era suficiente como para que Kristien cambiara el término por el que se refería al otro joven. Johaniel suspiró profundo pensando que no era la  primera vez que tenía que limpiar la basura en la familia de su padre. Que mala estrella tenía ese hombre para que fuera lo mejor que había producido esa mierda de familia, aún no entendía cómo era capaz de vivir honorablemente cuándo toda su familia estaba llena de ladrones, mentirosos y asesinos, o peor aún en este caso una violadora. 

Al llegar a la casa no supo si de verdad quería enfrentarse a toda esa porquería, sabía que no le gustaría para nada la escena… también tenía claro que no tenía la obligación de proteger a ese mocoso. Pero la idea de imaginar ese rostro varonil sin esa sonrisa inocente lo hacía tragar con fuerza… bueno también tenía que admitir que había algo placentero en joderle los planes a esa bruja. Suspiro profundamente y entró a la casa… 

-¿Qué haces? la voz de Zenien era ronca y parecía estar borracho.

-No mucho… estoy aburrida y creo que me puedes ayudar. 

-Yo no… no quiero… quita… tu mano… - la voz fue ahogada por sonidos guturales y gemidos producidos por ella. Zenien gimió de dolor al sentir las uñas de la mujer y sus dientes en el pecho. Johaniel notó desde la puerta como el joven la empujaba con todas las fuerzas que le quedaban. -¡Dije qué no quiero!  

-Esta bien Zenien, lo único que tengo que hacer es llamar a Johaniel para que tome tu lugar. - Zenien apretó los puños mientras bajaba la vista. Se notaba confundido y Johaniel esperaba que le dijera a esa bruja que se fuera a la mierda. 

-No a Johaniel no le hagas nada…- Un sollozo escapó de los labios del joven como detener a la mujer. - Mi hermano no tiene qué pasar por eso. - Johaniel vio cómo el cuerpo pesado de Zenien se dejaba caer en el sofá rindiéndose a lo que Beatriz sonrió con triunfo. 

-Maldición…- Beatriz saltó del susto al verlo en la puerta.

-¿Johaniel? 

-De cuándo acá eres mi hermano. No necesito qué me protejas de mierda como esta. 

-¡Johaniel! - La mujer pasó de la sorpresa a la rabia ante las palabras del joven. Mientras Zenien lloraba sorprendido ante esa situación qué lo confundía. Era un niño de catorce años en un cuerpo que no lo representaba. La rabia inundó a Johaniel de forma incontrolada al verlo con la mirada perdida, con la ropa fuera de lugar… y moviéndose incómodo. 

-Johaniel…

-¡Callate! … Sube a tu habitación…

-Yo… yo… lo siento.

-¿Por qué carajos te estás disculpando? La única culpable de esta escena de pesadilla es la zorra de mierda que no sabe comportarse. - Zenien se movió de forma torpe intentando decir algo, pero sacudió la cabeza lo qué provocó que perdiera el equilibrio mientras se levantaba. Johaniel lo sostuvo preguntando cuándo se había acercado a este, pero olvidó su pregunta cuándo sintió que el peso los tiraría, a los dos al suelo. -Jake ayudalo a llegar a su cuarto. - Brenda dio un brinco al ver a un hombre que entraba en la habitación como si hubiera estado esperando por la orden del joven. Johaniel en silencio observó como lo sostenían y lo sacaban de la habitación. 

-Johaniel… yo… 

-Callate. Kristien ¿Llegaron? 

-Sí. 

-Bien. Ahora Beatriz esto es lo que va a suceder. Un par de caballeros te van a acompañar a casa de mi abuelo. Él te va a dar dinero suficiente como para que vivas cómodamente al otro lado del mundo, sin lujos pero estarás bien. Será de esa manera solo porque eres la hermana de mi padre. No vas a estar libre de escarmiento y estoy seguro que desearás morir mil veces antes de que la noche acabe. Pero recuerda que en el momento en que decidas regresar, en ese momento es en el que perderás la vida. Te juro que ese será tu último día. ¿Entiendes? -Johaniel miró a Kristen que asintió y se llevó a una mujer temblorosa que no intentó siquiera escapar. Siempre supo que ese niño era un monstruo. Ahora cuándo la eliminó de la casa, supo que nunca la había visto como ser humano. Esa mirada era la de un ser supremo a un insecto…

 La mujer aún no temía lo que Johaniel podía hacer, pero sentía terror ante la mención de su abuelo. Johaniel golpeó la pared y se quedó mirando al vacío. Es que, ¿No tenía a nadie cuerdo en la familia? No entendía a las mujeres y no podía negar que el odio que sentía por ellas nació con su madre, pero no existía en su vida ninguna mujer que se mereciera su respeto. Un gruñido escapó de su boca al recordar la sonrisa dulce de la madre de Zenien cada vez que le deseaba las buenas noches. Sintió una punzada en su pecho, pensando que había fallado al no proteger al hijo de esta. 

- ¡Maldición! - Con deseo de terminar esa noche de pesadilla se encamino al baño cuándo lo detuvieron unos gritos del segundo piso. 

-¡Johaniel… no dejes que te toque! - A quién intentaba salvar ese enloquecido joven, no sabía si llorar o reír. Él nunca había estado en peligro, pero tampoco era posible explicar la razón para que fuera así. 

-Zenien tranquilízate. La mujer ya se fue. Jake y Kristen ayudadme a darle un baño. - Jake miró con susto a Zenien que se había cuadrado para golpear a cualquiera que siguiera esa orden. 

- ¡No me tocas…! ¡Te juro que no me tocas! - Johaniel pasó sus dedos por entre las hebras de su cabello con desesperación. 

-Todos fuera de la habitación ahora. 

-Tu al baño, si te revientas por idiota, allí te vas a quedar. ¡Me entiendes! - Johaniel lo vió asentir mirando con duda a los hombres que habían escapado como si los persiguieran los mil demonios, sin saber que el demonio al qué huían era al que estaba a punto de explotar como un volcán de furia. La energía del joven amo parecía querer picarlos en mil pedazos. Lo que era normal en los descendientes de esa familia. 

 Zenien se movió con cuidado agarrándose de todos los muebles en el camino hasta llegar al baño, se quitó la ropa de forma torpe pero con prisa. En ese instante, estando delante de él completamente desnudo Johaniel deseó salir corriendo de la pequeña habitación. Había entrado con intención de regular la temperatura y estar al pendiente ante alguna caída, pero el cuerpo sonrojado y excitado lo había detenido. 

-Johaniel lo siento… 

-Maldición… hombre metete a bañar. No sé lo que esa loca te puso en la bebida, pero no estás bien. Voy a llamar al médico. Por ahora solo agua fría es lo que te espera. La noche sería una, muy larga.

[...]

-Señor… tiene que despertar. 

-Jake te voy a matar… no creas que lo he olvidado. - Murmuro Johaniel con rencor ante el cobarde que había salido corriendo la noche anterior. 

-Señor, Zenien tiene fiebre.- La voz de Kristen lo despertó en un instante, no tenía duda de que en la habitación había varios sombras esperando instrucciones, pero no le importó estar desnudo ante ellos, las marcas de besos y mordidas casi habían desaparecido. Ambos eran demasiado jóvenes para dejar esa evidencia. Con cansancio quitó el edredón y acarició la frente de Zenien que murmuraba incoherencias mientras temblores recorrían su cuerpo.

- Maldición, qué carajo le dio es perra. 

- Ni ella lo sabe, se lo vendió una amiga qué lo tenía guardado de una noche espectacular. Una orgia que la dichosa amiga dijo cuándo le preguntamos, que estuvo fenomenal. Ya llevamos lo que tenía a mano la mujer al laboratorio. Los resultados salen en un par de días, hasta ahora encontraron dos elementos que van desde viagra hasta algo que usan con animales para la reproducción. - Kristen contestó aun cuándo sabía que el joven amo no esperaba respuesta. Todos ellos habían estado trabajando intentando tener lo que se necesitaría al otro día para evitar la muerte. Bueno alguno de ellos se miraron en silencio, todos sabían que era mejor decir algo que quedarse callado ante la mirada asesina de este. 

- Medicinas para la fiebre, un poco de caldo de pollo y algo de ropa para ambos. ¡Ahora! ¡No olviden el agua helada! - Johaniel no se movió. Ese era el control absoluto que todo monstruo como él tenía sobre ellos, que han jurado servir a esa familia por generaciones, cada uno de los sombras presentes sabían que en cualquier momento ese joven los podría eliminar si no hacían lo que les ordenaban. Lo que tenía a punto de salto, a los sombras que les acompañaban era la fría furia que podían notar en el joven amo, que cuidaba de Zenien con algo parecido a la… ternura. Las dudas fueron acalladas con una mirada de Kristen, la cual no dejaba lugar a preguntas.   

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