No somos hermanos (Libro 1: Sexta parte)
Sexta parte
1er día en la escuela ¡No somos hermanos!
El silencio en el coche era mortal. Los adultos susurraban sobre cosas por hacer, mientras que los hijos sentados en la parte trasera iban pegados a sus puertas respectivamente. Se notaba que no deseaban estar uno cerca del otro. No había diálogo, no se miraban y cuándo les hacían preguntas contestaban con monosílabos o peor aún con murmullos inentendibles. Los adultos al estacionar se bajaron algo preocupados, pero no antes de enviar miradas suplicantes a sus hijos, deseando que todo saliera bien en ese primer día. Johaniel suspiro profundo y sin decir más se preparó para salir corriendo en dirección contraria a esa familia de locos. No podía negar que estaba inestable con las emociones… es mejor olvidarse de todo… pensó para sí, sin dejar de sonreír de manera angelical. Cuándo iba a salir corriendo una garra del gigante que tenía al lado lo detuvo. Iba a gruñir una profanidad, pero las palabras de éste lo detuvieron.
-Johaniel… En la escuela no nos conocemos. ¿Queda CLARO? - ¿Es qué el idiota le había gruñido? De seguro deseaba morir de forma dolorosa y lenta. Lo miró desde los pies hasta el rostro, las botas, las cadenas, el liner de ojos negro y el cabello sobre estos, gritaba roquero con mala actitud desde lejos y él no quería que lo colocaran en el mismo lugar de esa locura en dos patas. No podía negar que le molestaba que fuera Zenien el qué pusiera los límites en su interacción en la escuela.
-Zenien querido… “hermano” sabes que tengo que cuidar. Papi dijo qué teníamos que cuidar uno del otro.- Johaniel escapó después de sonreír con inocencia a la familia, aunque su voz interna está gritando con deseos de cortar esa mano que lo había tocado íntimamente, para luego olvidar cada una de las caricias.
-Por eso lo digo tonto…- Zenien murmuro sin explicar más, pero con resiganación. Era la primera vez qué tenía un hermano.
Johaniel se detuvo escuchando la mención del nuevo estudiante entre los compañeros de clase, descripciones ridículas desde que tenía dieciocho años, que se había quedado en el grado varias veces, que lo habían echado de su escuela anterior por ser un matón. El murmullo más ridículo de todos era el cómo había estado en prisión por un par de años por haber, casi, matado a quince de los compañeros de clase. Johaniel que sabía la verdad de ese matón, miró al techo exasperado, deseando que todos guardaran silencio de una vez. Poco después el profesor entró al salón de clase cargando un libro y varios papeles, lo acompañaba unos pasos atrás Zenien, que miraba a todos lados con reto y enojado, era como si un pequeño gigante llenara el salón con su presencia. Maldita genética de ese mocoso, parecía tener la misma edad del profesor. Al verlos juntos entendió la razón de mucho de los rumores.
-Silencio…- El profesor miró a los estudiantes que corrían a acomodarse en sus asientos. -Bien… le damos al nuevo estudiantes. Su nombre es Zenien López M’cson, tiene catorce años y por asuntos familiares tuvo que cambiar de escuela. Espero que todos lo reciban con respeto. ¿Algo qué desees compartir con tus compañeros?
-No… - Rotundo, pero sin ser maleducado. Fue suficiente para acallar todas las preguntas que se podían ver en los rostros de los estudiantes. El profesor lo miró con el ceño fruncido, preguntando por qué el cambio de actitud, sin poder hacer algo al respecto observó los espacios en el salón, buscando dónde acomodarlo. Johaniel era el único sin pareja de trabajo aun cuándo era excelente. Siempre había una razón para que su compañero renunciara a trabajar con el joven. Suspiró profundamente cuándo vio que el joven levantaba su mano. ¿Oh? ¿Por qué el cambio?
-Sí Johaniel… dime.
-Como es el primer día de clase de mi hermano, creo que es mejor que se siente conmigo. Yo le ayudo a ponerse al día con el material.- Eso provocó qué todos miraran al demonio que estaba al lado del profesor, que parecía querer explotar de rabia y luego al ángel que sonreía inocente. Algunos incluso recordaron todo lo que estuvieron diciendo antes de que llegara el profesor sin saber que había familia del nuevo estudiante en el salón. Algunos gimieron y desearon echarse a llorar al notar la mirada asesina de Zenien, otros incluso murmuraron que era verdad todos los heridos en el pasado del joven, olvidando que el profesor había mencionado catorce años como la edad del recién llegado.
- Creo que… bueno es una opción. Zenien te puedes sentar junto a Johaniel. - El profesor no sabía qué hacer en esa situación dónde el ambiente en el salón parecía cargado de electricidad. Todo buen maestro sabía bien como engavetar los problemas que no podía solucionar, más aún cuándo el salón siempre estaba lleno de casos raros.
-Zenien se que no querías que dijera que somos hermanos pero… bueno… la verdad sería difícil con los compañeros. -Zenien miró alrededor con ojos entrecerrados lo que provocó que los otros estudiantes desviaran la mirada. Murmuró un entiendo y se sentó junto a Johaniel que bajó la mirada para esconder la sonrisa de triunfo. -Lo siento Zenien…
-Bueno… vamos a comenzar hoy discutiendo el quiz qué hicimos en la clase anterior.- El profesor cortó el silencio que se posó en el espacio con una afirmación que provocó un gemido en los estudiantes que sabían que habían fracasado en el dichoso quiz sorpresa. No era que la especulación hubiese terminado, incluso algunas miradas fanáticas miraban a Johaniel con adoración y al recién llegado con deseos de matarlo. Zenien podía sentir las dagas contra él, pero no las entendía, en las escuelas anteriores era solo miedo o desprecio.
El problema estaba en que el joven no sabía que en tiempo récord se había convertido en el enemigo número uno de la mitad de la escuela mientras que la otra parte estaba interesada en saber cómo terminaría ese culebrón épico. Qué malo era el chisme… pero que mucho los entretenía.
Más de tres meses, Zenien estaba más que confundido, sentía que había entrado a un universo alterno. Ya era la tercera vez que le invitaban a partirle la cara, para llegar y encontrar a los anfitriones hechos mierda por alguien más. Hasta ahora había tenido que llamar a la seguridad de la escuela para que recogieran a los jóvenes que siempre decían no saber quien les había dejado en ese estado. Lo único que le había salvado era que Johaniel se negaba a dejarlo solo, así que siempre tenía un testigo que juraba que no había sido su hermano con ojos llorosos. Sin duda, esa escuela estaba llena de locos. No importaba el género, en cada esquina podía encontrar a alguien mirarlo con cara de asesino, pero nadie decía la razón para esos deseos. Luego de varias semanas lo miraban con dudas e incluso con miedo, pero de nada servía explicarles que él no tenía nada que ver con las golpizas.
-Esto es más que insensato, tiene que haber un psicópata en la escuela. No sé quién está casi matando a esos idiotas… -Zenien murmuró caminando al lado de un Johaniel que parecía flotar a su lado.
-¿Te molesta?
-No, pero me asusta. tu por lo pronto evita ir a cualquier lugar solo. Esta escuela es demasiado peligrosa. No sé cómo ha ganado fama como una de las mejores del país. - Zenien mantenía la distancia en la escuela, ni siquiera le hablaba. Pero fuera del salón de clase, dónde nadie los veía lo trataba con cuidado y a veces con cariño. Siempre que no hubiera testigos, dejaba en claro que se preocupaba por Johaniel. Lo que había brindado algo de paz a una relación que había sido un infierno desde el inicio.
-Ok, vamos casa. - El hermano menor sonrió con inocencia mientras le lanzaba una última mirada a los insectos de mierda que no conocían su lugar. Las sombras que seguían a Joahniel habían aumentado a petición de éste último, pero nunca pensaron que estarían protegiendo al hermano mayor en esa ecuación. Kristen, seguía reportando todo detalle al abuelo del joven que solo sonreía disfrutando de la idea de que su nieto estaría libre de la maldición de la familia si todo salía bien.
Los compañeros de clase, murmuraban en los pasillos historias descabelladas que explican el cómo ese nuevo estudiante era hijo de la mafia. De igual forma el terror se apoderaba de cada uno de ellos al ver entorpecidos sus deseos de estar cerca de Johaniel. Nuevas reglas nacieron en la interacción de los estudiantes, si querías sobrevivir con el cuerpo intacto, no retes a los hermanos, no te acerques a ellos, no mires a ninguno con deseo. Si deseabas pelear, invitalos fuera de la escuela, pero asegúrate de nunca estar solo, ya que lo más seguro es que tu cuerpo no recistiría la tortura a la que serías sometido. En realidad en la escuela había un nuevo rey y todos sabían que se llamaba Zenien. Nadie quería meterse con él.
Dichos murmullos hacían reír a Johaniel y suspirar muy profundamente a los sombras que siempre los acompañaban, que habían visto su trabajo multiplicado por idiotas ignorantes que desconocen el dragón que estaba entre ellos en un paquete angelical.
Kristen miró al cielo por primera vez pensando en cómo terminaría esa… pesadilla. El joven amo sonreía más, pero las emociones eran tan volátiles que siempre estaba esperando la navaja en el cuello. Por otro lado el joven Zenien vivía protegido de todo y todos, sin saber qué se había convertido en el núcleo de la felicidad de alguien qué nunca había reconocido dicha emoción y qué ahora estaba obsesionado con ésta.
Fin de la primera parte…
Notoda de la autora:
Este es el final del primer libro, solo aviso que quedan tres más parecido a este esperando a tener tiempo y el animo de publicarlo. Deseo que la publicación no tarde, pero la realidad manda y hay mucho por hacer.
Por ahora aviso que el libro fisico ya se comenzó a corregir y este va a contener todo lo que en esta publicación en línea a sido censurado.
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